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Ni siquiera había cambiado sus ropas, estaba con pijama en la sala de espera. Fox y Jacob le hacían compañía en la desesperante espera.

Su cuerpo le pedía sacar todo aquello, pero no sabía como.

–¿Café?– Zendaya se sentó a su lado, extendiendo un vaso para él. Le hubiese sido deliciosa, si no fuera por la situación.

Lo tomó con una mano, sin sentir el calor. Sus manos sudaban frío. Vio que su hermana llegaba apresurada para ir por los pequeños que se habían quedado solos.

Una fuerte culpa lo asaltó: ¿cómo dejó a sus niños solos? Su estómago se apretó por la ansiedad.

–Ten, creo que están dormidos. Sabes donde está todo – habló con vos suave y baja, como quien quiere evitar llorar.

Maggie le abrazó con fuerza y se deshizo. Tenía miedo, muchísimo. Tristeza también: le recordó a su Heath. Lloró dejando salir todo, desahogando su alma, matando su ansiedad.

–Me tengo que ir, cariño – Jake asintió y se alejó. La mujer le extendió un pañuelo, besó su frente y se fue.

Volvió a sentarse, esa vez sin dejar de llorar. Sintió dos brazos distintos abrazarlo, intentando consolarle. Del lado derecho estaba Fox, de las izquierdo Zendaya.

Sorbió su nariz, algo avergonzado, pero menos agobiado. Limpió su rostro con el pañuelo ya húmedo. Al ver a un hombre con bata acercarse se levantó rápido.

–¿Familiares de Holland?– preguntó al ver al castaño de pie

–Soy su alfa, su familia está por llegar – contestó con la voz algo ronca

–De acuerdo. Fue una situación difícil y complicada. Por todo el estrés sucedió. Lo lamentamos –la sangre que recorría su cuerpo de pronto de fue a los pies.

Lo esperaba pero no quería creerlo.

Sintió su cuerpo pesado, sus manos aún más frías y un pitído insoportable en los oídos. Asintió sin saber porqué.

–¿Lo sabe?– le surgió una duda, tal vez la más importante

–En cuanto despierte le diremos.

Volvió a asentir, viendo como aquel sujeto se alejaba. Era desconcertante. De un día pars otro dejó de esperar a aquel producto de amor entre Tom y él.

Cuatro meses, de los cuales había vivido muy poco.

Pasos sonaron por el lugar, y al voltear, ambas familias esperando por respuestas. Los cuatro presentes sabían que no sería una noche fácil y tranquila. Otra guerra estallaría.
Zendaya adoptó su actitud profesional, mientras que Jackson estaba dispuesto a golpear si era necesario.

–¿Y mi hijo?– preguntó Nicola

–¿Cómo está mi nieto?– la pregunta fue arrojada por la madre de Jake.

–Señores, por favor, tomen asiento – pidió la morena, mirando a Gyllenhaal, quien le hizo una señal para indicar que estaba bien.

Una vez que todos estaban sentados y atentos, el ojiazul comenzó a contar las malas noticias, por lo que la sala entera comenzó a llenarse de ruido gracias a las palabras que intercambiaban.

Y la culpa se la arrojaban unos a otros.

El ojiazul no soportó y de un grito calló a todos, dejandolos sorprendidos.

–Les voy a pedir que se retiren – pidió Zendaya con voz de alfa – Sin excusas. Largo.

Los cuatro padres se quedaron mudos, pero al ver que el semblante de los tres alfas se endurecía más tomaron sus cosas y salieron.

Mistery Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora