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"Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas."

Rabindranath Tagore.

No lo creo. No puedes estar hablando encerio. Blaise yo voy a matarte, ¿¡Cómo se te ocurre hacer algo así!? ¿¡Dónde demonios se supone que este ahora Kyle!?

¡Angel no me pongas más nervios de los que ya tengo, no quería que esto sucediese así! Frustrado sacudió su cabello, tenía lágrimas en sus ojos, estaba preocupado. —¡También estoy preocupado por Kyle, no tengo idea de donde esta!

Sam miraba todo sentado en una de las camas de la habitación del hotel, sentía las manos de Alan en sus hombros, tratando de relajarlo.
Pero no podía estar tranquilo. No cuando Kyle había escapado por la noche, llevándose el automóvil para buscar él solo a su hijo.

Kyle también era como un hijo para él y la idea de que algo le sucediera por su culpa lo atormentaba.

Por primera vez en su vida esperaba que la manada estuviera desierta, que no hubiera nada y que Kyle volviera con su triste mirada a decirles que no habían nadie, que era una pista falsa, lo que sea.

No podría vivir con la consciencia dañada por su egoísmo en llevar a Kyle hasta allí.

Todo estará bien, lo prometo.

No prometas cosas falsas Alan. —Ambos observaron a Angel, su serio rostro y su mandíbula marcada a causa de la fuerza que hacía al mantener sus dientes apretados entre sí. Inclusive podía ver sus colmillos fuera, lo que implicaba que el Alfa estaba más que molesto. —Si ninguno hubiera venido hasta aquí y buscaran otros métodos para encontrar al niño, nada de esto hubiera pasado.

No podíamos pedir ayuda a nadie más, el Consejo nos quiere lejos de ese niño y lo escondió. Nadie nos ayudaría.

Entonces el Consejo sabrá porqué lo hizo.

Angel no, tu sabes, mejor que nadie que el Consejo se equivoca y tiene muchas fallas.

Blaise... Su tono fue de advertencia, un tono que incómodo a todos los presentes.

¿O no fue en tu manada que ocurrieron esas atrocidades? ¿O no fue gracias al despiste del Consejo que tu padre no recibió castigo alguno por lo que hizo, a ti y a tu madre? ¿O...?

¡Basta, no tienes idea de nada Blaise!

Salió del lugar dejando tras si un fuerte aura de furia. Blaise hizo una mueca, se había excedido.

Cruzaste la línea. Sorprendidos observaron a David quien se había mantenido en silencio y se dirigió a su padre Omega. —Papá siempre busca mantenernos a salvo y se preocupa por todos nosotros. No es justo que lo trates así.

El niño fue directo a la puerta, con la intención de salir.

¿A-A dónde vas?

Con papá.

Sin más, salió tras su padre.
Ellos solían llamarlo pequeño traicionero por estar del lado de su padre Alfa cada que sus padres discutían, pero muchas veces, supuso que sus hermanos eran ilusos por más grandes que fueran.
Siempre apoyaban a su padre Omega, dejando solo a Angel cuando la mayoría de las veces, él tuvo razón.

A muy temprana edad llegó a la conclusión de que todos eran estúpidos por dejarse llevar por la categoría.
Un Alfa podía llorar, un Omega podía matar, un Beta podría ser más impotente que un Alfa o más frágil que un Omega. La categoría no limpiaba los errores o crímenes, esa ideología y las personas que la llevaban a cabo eran estúpidas.

Hijo de Omegas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora