Final

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Leer hasta el final.

Fue inevitable. Después de tanto tiempo, finalmente la búsqueda se vio forzada a detenerse. No sólo no habían podido encontrar nada respecto a la localización de la manada, si no que también, Blaise estaba embarazado y Kyle había desaparecido. Cumpliendo una semana desde su desaparición.

La situación era complicada, no era feliz para ninguno. No como debió haber sido. Como se imagino que sería. Estaban llenos de preocupación, tristeza, enojo y desesperación.

Nuevamente Kyle había desaparecido de sus vidas y era muy probable que se encontrará en el peor de los peligros. Aún recordaba perfectamente la conversación que mantuvo con Angel.

Flashback.

—¡Tú no lo entiendes, no es tu hijo quien se perdió!

—¡Es mi hijo el que fue por el tuyo a esa maldita manada! —Su cuerpo se congelo al ver como luego de tantos gritos y reclamos de su parte el Alfa había reaccionado. Finalmente Angel había explotado. —¡Es la segunda vez que Kyle se aleja de nuestro lado y estoy preocupado, maldita sea, es un niño aún!

Ambos se observaron. Llevaban un peso grande... Ambos tenían hijos que no habían podido criar desde pequeños, llevaban el mismo peso y a la vez, tan diferente.

—Solo quiero encontrarlo. Necesito a mi hijo. Las lágrimas comenzaron a caer por sus ojos. —Necesito su ayuda Angel, no estaría pidiendola si no fuera así. Hice hasta lo imposible para buscarlo. Siento morir cada que pasa un día más sin verlo. Es mi hijo.

—No podemos simplemente ir a por él. No ahora, aún menos si se trata de esa manada. Tú no entiendes lo peligrosa que es.

—Entonces explícame. Dime todo lo que necesito saber para buscarlo.

—Escucha Sam. Si el Consejo se lo dio a esa manada, entonces a penas te vean te asesinaran. Es obvio que hicieron un trato, un sucio trato por debajo de la alfombra para mantener a tu hijo lejos de ti.

—¿Entonces que pretendes que haga? Estoy muerto en vida sin él. Llevo quince años sin verlo, sin sentirlo, sin conocerlo.

Angel se mantuvo en silencio unos momentos, observándolo, sin querer decir aquellas palabras.

—Esperar. No hay nada que puedas hacer. Noto claramente como decir aquellas palabras le costo. No podemos ir a buscarlo. Ni a él ni a Kyle, no tenemos idea de donde es y no estamos preparados para pelear contra ellos. Es peligroso y la decisión más sabia es esperar.

—¿Qué tan peligrosos son?

Mordió su labio. Si Angel, siendo un Alfa tan grande y peligroso temía hacer algo por su propio hijo, recomendandole inclusive esperar, entonces no estaba mintiendo.

—Son Alfas despiadados y fríos, matarán sin importar la edad. Se matan entre ellos, se dominan los unos a los otros. Están tan enfermos que pierden su parte humana y se vuelven lobos salvajes. Ellos matarán a quien sea y saldrán impunes, sin reglas ni castigos hay peligro.

Fin del flashback.

Nunca le dijeron a nadie de aquella conversación logrando que simplemente pensaran que Sam había desistido de buscar a su hijo por el momento por la situación de Blaise y su enfermedad. Porque poco a poco, había comenzado a enfermarse debido a la tristeza, su Omega se debilitaba con cada día que pasaba y cada vez salía con menos frecuencia de su casa. Pero Alan nunca lo dejó solo. Continuamente lo visitaba, quedándose a dormir y ayudándolo en su trabajo. Lo cuidaba y se esmeraba en darle todo el afecto posible para disminuir el dolor de la situación.

—¿Sammy?

Observó a su pareja, tratando de recordar que es de lo que probablemente estuvieran hablando antes de que se perdiera en los dolorosos sucesos del fresco recuerdo del pasado.

—Lo siento. No te estaba prestando atención. Estaba...

—¿Recordando?Asintió cabizbajo pero recibió el abrazo que Alan le obsequiaba.  —Ya... Todo estará bien. Esta bien que lo sueltes... Déjalo ir.

—Estoy cansado de ésto.  Fue lo único que logró decir antes de llorar nuevamente. Cansado y dolido.  —Ya no quiero seguir con esto, no quiero vivir, no quiero seguir. Esto es demasiado doloroso para mi, esto es demasiado para mi en cualquier sentido Alan. No puedo seguir así. Duele tanto... Mi corazón pesa tanto y con cada día, con cada maldito respiro me siento morir.

Cada palabra, cada una de sus palabras lo lastimaba, lo heria.  Pero entendía plenamente que el lazo que Sam compartía con aquel niño que nunca conoció era mucho más fuerte que el que ambos poseían, y aunque no podía hacer nada para traer de vuelta a ese niño o a su hermano, daría todo lo que pudiese para hacerlo.

Odiaba que lo único que pudiera hacer fuera tratar de consolar a su Omega, que se encontraba en aquel estado tan deplorable. Apenas si comía, lo que producía que sus huesos sobresalían y su piel se viera tan pálida y hasta amarilla. Sus grandes ojeras bajo sus ojos y su debilidad. Sam no era ni la sombra de lo que había sido en un inicio.

 —Sammy...

El ruido de un automóvil lo desconcertó. Ambos se observaron con curiosidad. Suavemente limpió las lágrimas de los ojos de Sam mientras habló.

—¿Alguien vendría?

—No, se supone que papá Angel vendría mañana.

El ruido de los golpes en la puerta hizo que Alan se levantará, ayudando a Sam a levantarse para que ambos recibieran al invitado sorpresivo.

Todo paso en cámara lenta antes que desde el interior de la sala cayera de rodillas al suelo volviendo a llorar. Alan había abierto la puerta a Kyle y a un chico delgado y alto. Al instante pudo reconocer ese aroma, a su hijo. Un sentimiento inexplicable golpeo en todo su interior y la desesperación de abrazarlo recorrió su cuerpo, sin embargo, no podía moverse de su lugar, quedando en una especie de shock.

 —Sam...  Pronto tuvo a Kyle junto a él, tomando su brazo y levantándolo cuidadosamente —Te presento a Keanu, tu hijo.

Un gemido de desesperación salió de sus labios. El chico se acercaba a paso lento, cuidadoso, temeroso. Pudo sentir su cuerpo tensarse bajo sus brazos, inevitablemente no pudo contenerse por más tiempo, solo quiso abrazarlo, necesitaba abrazarlo luego de tanto tiempo. Y al fin, pudo tener entre sus brazos a su hijo.

Finalmente... Había recuperado a su hijo.

FIN.

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Aun falta el epílogo, pero finalmente la historia llegó a su fin.

Gracias por leer.

Bye bye.

Hijo de Omegas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora