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"A solas soy alguien. En la calle nadie."

Gabriel Celaya.

Incomoda, esa era la palabra que describía la situación dentro del automóvil.

Nadie había hablado ni dicho palabra alguna desde el anterior suceso. A ese punto, ya habían ingresado en el bosque.

Desde aquí nos iremos solos.

Dijo el Beta luego de que ingresaran a un especie de pueblo perdido en el bosque.

Puedo...

No, ya hiciste mucho, nosotros nos vamos. El automóvil paro. —Baja Alan.

Sin querer decir nada, bajo. Espero apartado unos minutos hasta ver bajar al Beta.

Ambos caminaron por uno de los tantos caminos, no sabía cuanto tiempo tardarían en ver a su padre. Se sentía ansioso, nervioso, su estómago hecho un nudo. Temblaba por el frío que corría ese día pero se mantenía caminando, hasta sentir una chaqueta sobre sus brazos.

¿Cómo es mi padre?

Preguntó finalmente, sintiendo esa curiosidad picar. Teniendo la leve necesidad de saber algo más de su progenitor.

Es... Alto, fuerte, mandon... Un Alfa en todo su esplendor.

¿Por qué me abandono?

Preguntó entonces, si bien, tenía entendido que los Alfas jamás se habían cargo de sus hijos (y que por ello los Omega eran entrenados para criar a los niños) ¿Por qué jamás lo fue a ver?

Eso podrías preguntárselo a él.

¿Y si no quiere verme?

La inseguridad y temor atacó. No podría ser culpado por ello. Estaba pronto de conocer a un desconocido que en algún momento, fue importante en su vida.

Seguro querrá hacerlo.

No estuvo confiado de esas palabras, pero no dijo nada más.

El supuesto hogar de su padre consistía de un edificio algo grande. Había una especie de tienda con comida, ellos ingresaron al callejón, repentinamente se sintió incómodo y pudo escuchar la voz de Sammy gritarle "Te dije que te alejaras de esta mierda" tapo su boca, lo sentía tan real, pero con dolor en su corazón, sabía que sólo era su imaginación.

Él no había aprendido nada bueno de los callejones.

El Beta tocó una puerta metálica y grandota que se encontraba en el extremo de la escalera al costado del edificio.

Abrió un gran Alfa, alto, cabello oscuro, ojos profundos y negros, algo pálido y fuerte... Muy fuerte y enojado.

Tengo que hablar con Blaise.

Oficialmente, estaba confundido, no tenía la menor idea de quien era Blaise, supuso que no era su padre, ¿O si?

¿Y él?

Su voz era fuerte, imponente, tal y como se esperaba del típico Alfa. Eso asusto.

Él viene conmigo.

Blaise no está.

¿¡Quién es Angel!?

Aquel último grito pertenecía a una tercera persona y con un gruñido, el gran Alfa les permitió ingresar.

Hijo de Omegas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora