XXII. El final de un viaje

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Más de un porrazo te habías dado al intentar controlar el vuelo con tu nuevo stand, tenias rasmilladuras por los brazos y piernas siendo que aun cuando el cuerpo te dolía decidiste avanzar sintiendo miedo en lo profundo del estómago, en eso nuevamente caes pero como hace pequeños instantes el tiempo vuelve a congelarse.

Era una situación aterradora sin duda ver como todo se pausaba y no tenías control alguno sobre tu cuerpo ni el contexto que se desarrollaba a tu alrededor, apretando los dientes te maldijiste por ser tan lenta.

Miraste tu stand en silencio, era como tener una consola o computadora nueva se veía poderosa pero no sabías siquiera como usarla y eso la volvía completamente inútil.

-Fuck -Murmuraste entre dientes siendo que tu insulto resonó en el tiempo detenido.

Momento ¿resonó? Observaste tu stand que tenía los ojos abiertos dejando ver dos pupilas casi invisibles en lo que pensabas lo sucedido una idea loca surgió en tu mente, ¿podrías ser capaz de moverte por el tiempo compartido como energía?

«Si E es igual a MC al cuadrado...» La idea de transformarte en energía era aterradora pero antes de que pudieras detenerte a pensar los pros y contras tu stand desaparece absorbiéndote por completo hasta formar un haz de luz que se expandía por rapidez por todos lados buscando en cada parte de la ciudad hasta que en un momento dado algo llamo tu atención y rápidamente descendiste notando que el tiempo se había descongelado.

Parecía una ilusión como un fantasma, era la figura de Joseph quien miraba hacía el frente hasta notar tu presencia y brindarte una pequeña sonrisa.

«Crece y cuídalos por mi ¿vale?» Le oíste murmurar, tu labio inferior tembló recordando todos esos momentos en los que el viejo Joseph Joestar cuido de ti, especialmente cuando te recogió.

De repente los sentimientos te abrumaron y nuevamente volviste a tu forma de energía con la cual a una velocidad impresionante atravesaste a Dio desde el centro hasta llegar con Jotaro quien te observo impresionado al verte.

Ninguno de los dos dijo una palabra en lo que comenzaban a pelear.

[...]

Que Jotaro aprendiese a controlar el tiempo detenido fue un gran alivio, especialmente cuando finalmente le dio un golpe al vampiro, observaste de reojo a Jotaro quien hablaba con Dio, tu te limitaste a sacar tu stand y con la inmensa espada cargando esta con hamon cortaste su cabeza viéndole en silencio mientras que Jotaro mantenía las manos en sus bolsillos.

«¡Overdrive!»

Dio observaba la escena sintiendo como su cuerpo y especialmente su cabeza comenzaba a deshacerse, frente a el e iluminados con la tenue luz que llegaba de los faroles tu y Jotaro le observaban pero en menos de un instante antes de desaparecer vio dos figuras más en la escena.

Jonathan le observaba en silencio justo como lo recordaba y ahí estaba ella de pie observando la escena con su cabello al viento y observándole con sus penetrantes ojos, aquella escena fue la ultima que vio antes de dejar este mundo y en cierto modo, no podía pedir más.

Estaban en un vehículo de la fundación Speedwagon siendo que tu te encontrabas sentada mirando de reojo el cuerpo ya muerto de Joseph junto al de Dio que aun no se había desintegrado del todo.

-¿Por qué trajeron el cuerpo de Dio aquí? -Preguntaste mirando de reojo a Jotaro.

-Dio debe devolver lo que tomo. -Te contesto el pelinegro.

En un inicio estabas algo incrédula pero luego de pensarlo unos segundos la idea no parecía tan loca, si star platinum comenzaba a reanimar el corazón de Joseph por otro lado twisted sister podía hacer que sus nervios se reactivaran con un impulso eléctrico.

-Hagámoslo -Dijiste mirando al pelinegro y luego volteándote con los médicos -Preparen la transfusión.

Cuando star platinum apareció el tuyo también, pero antes de que este empezara a hacer algo tu stand une sus manos con la mano de star.

-¿Qué haces? -Pregunto Jotaro observándote confundido, podía sentir la calidez de tu mano sobre la suya aun cuando solo fueran sus stands los que interactuaban.

-Necesitaras un impulso eléctrico, sumado a que utilizare mi hamon para eliminar cualquier cosa que venga de Dio, lo hice antes conmigo misma así que lo tengo calculado -Explicaste sin siquiera dignarte a mirarle siendo tu expresión una estoica en lo que los dos stands ingresaban sus manos dentro del cuerpo de Joseph.

Gracias a las descargas que enviaste y el hecho de que Jotaro comenzó a reanimar el corazón del mayor este comenzó a tener pulso y su cerebro a enviar señales a los nervios.

Suspiraste aliviada a lo que le veías levantarse.

-¡Sois unos ingenuos! -Exclamo el anciano a lo que le observaste algo sacada de onda. -¡Me habéis dado otra oportunidad!

Cuando Jotaro estaba a punto de atacar sueltas un suspiro mirando la escena en silencio.

-¡Soy yo! -Volvió Joseph a decir temeroso de recibir un golpe de star platinum. -Mi nombre es Joseph Joestar nací el 27 de septiembre de 1920, mi esposa se llama Suzie Q.

-¿Cómo se llama mi novio? -Cuestionaste con las manos en la cintura siendo observada por ambos Joestar.

-¡¿Tienes un novio?! ¡No lo aceptaré! ¡Aun eres demasiado pequeña! -Exclamo el hombre mayor a lo que suspiraste.

-Es él.

Se quedaron en el desierto, una vez amaneció dejando el cuerpo de Dio desintegrándose por causa del sol, observaste el amanecer en silencio antes de encender con ayuda de tu stand una llama que se mantuvo flotando en el aire como rememorando a los amigos que habían perdido.

[...]

-Puedes venir conmigo a Nueva York -Dijo Joseph mirando a Polnareff quien había recogido sus cosas.

-Sería divertido tenerte cerca. -Confesaste sonriendo débilmente - Te presentaré a algunas amigas que seguro caerán por ti.

Polnareff soltó una suave risa a lo que despeinaba tu cabello.

-Tengo que volver, aun cuando no tenga familia, Francia es mi patria. -Añadió el peli plateado.

-Si llegó a ir a Francia tienes que ser mi guía -Añadiste intentando aligerar el ambiente, el de ojos azules sonrió.

-Por supuesto -Acepto el más alto a lo que sonreíste.

Dejaste a los varones charlar en lo que ibas a los baños a por algo de agua.

-Te vamos a extrañar -Dijo Joseph mirando a su camarada quien le sonrió de vuelta.

-Espero no se olviden de mi -Comento Polnareff -Y Jotaro, asegúrate de amarrar a esa chica, como ellas no quedan muchas.

El grupo subió al avión siendo que Polnareff tomo un vuelo rumbo a París vosotros siguieron esperando hasta que el vuelo a Japón anuncio su llegada y todos subieron a este.

Tu estabas sentada al lado de la ventana observando el paisaje en silencio, pensativa ya que había pasado mucho en el último día.

Suspiraste llevando una mano a tu collar, aquel zafiro que estuvo junto a ti durante toda la travesía.

«Señora Juno, Abuela Aurora, mamá ... finalmente podréis descansar en paz.» pensaste y aquello sin lugar a dudas te hizo sonreír.

Finalmente las desgracias que caían sobre tu familia terminarían.

Fin.

Stardust Crusaders.

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Quiero dar las gracias a todos los que apoyaron cada capítulo de esta historia, aguantando mis faltas de ortografía e ideas bizarras, gracias por tanto y perdón por tan poco. Bueno, tengo planeado otros proyectos con esta historia y personaje, pero eso de ahí lo veremos, nuevamente muchas gracias, os quiero.

Amar y perder a la vez →「Jotaro Kujo; Dio Brando」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora