V. Destinos Enlazados Pt.2

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Juno corría confusa con sus sentimientos, confusa por aquel beso y más que todo molesta por ello se dio una vuelta alrededor de la mansión junto a Danny antes de volver a entrar e ir a la cocina con intenciones de ayudar a la gente y así despejar su mente, cuando Jonathan llegó empezaron a comer siendo este ultimo regañado a ratos por su padre debido a sus pocos modales en la mesa, Juno simplemente trataba de justificarlo y así alivianar su carga todo esto sin mantener contacto visual con Dio quien sin duda alguna la estaba observando con atención, cosa de la que Jonathan se dio cuenta.

Cuando comenzó a anochecer la chica de cabellos castaño oscuro subió a su habitación con la intención de tomar una ducha y luego meterse a la cama a dormir pero en eso escucho a los dos jóvenes en el pasillo.

-¿Por qué mirabas tanto a Juno? -Era la voz de Jonathan, la chica se escondió en la oscuridad queriendo escuchar la conversación aunque aquello no era propio de ella.

-¿Qué te importa? tu tienes a tu noviecita, quizá yo también quiero una. -Respondió Dio.

-Escucha Dio, si me enteró que le faltaste el respeto te juro que te las verás conmigo, buenas noches. -Sentencio Jonathan para luego entrar a su habitación, el rubio guardo sus manos en sus bolsillos.

-Es descortés escuchar conversaciones ajenas, Juno. -Dijo el chico de ojos marrones observando con una sonrisa como la chica mencionada salía al verse atrapada.

-Buenas noches -Replico ella con indiferencia mientras pasaba a su lado para ir a su propia habitación e ir con lo planeado.

Pero Dio sujeto su brazo.

-Tú me perteneces.

La chica le observo en silencio ligeramente nerviosa aunque no sabía exactamente porque, aun así se zafo del agarre y observo al rubio de manera fría.

-Yo no soy un objeto para pertenecerle a nadie. -Y sin más se retiro a su habitación con el corazón zumbándole en los oídos. -Dame un respiro.

Después de un par de días salió con intenciones de charlar con Erina como siempre solían hacer pero esta le evitaba, pero Juno no se dio por vencida y termino siguiéndole hasta que la rubia le dijo la verdad: «Dio había robado su primer beso», sintió la rabia y vergüenza invadirle pero se quedo junto a la chica brindándole su apoyo especialmente cuando ella menciono que se marcharía de Liverpool.

Llegando la tarde se despidieron y Juno se marchó a casa pensando a las mil y una formas en las que haría sufrir a Dio por meterse con Erina y los sentimientos que tenían Jojo y ella, pero en el fondo también era por haber jugado con su corazón ya que por un breve instante Juno llego a creer que la idea de estar junto a Dio sonaba bien.

Al llegar a la mansión la puerta principal estaba abierta y Jonathan peleaba con Dio ferozmente, aun cuando Juno quería intervenir algo dentro de sí la detuvo mientras observaba a los dos jóvenes golpearse con fuerza, en un momento dado la mascara colgada en la pared cayó tras ser cubierta por la sangre del rubio quien permaneció en el piso.

Dio empezó a llorar y quejarse mientras se ponía de pie por el rabillo de su ojo la muchacha alcanzo a ver una navaja y rápidamente corrió para arrebatársela tomándola del filo y haciendo fuerza contra el rubio.

-Eres un... -Murmuro entre dientes la joven chica mientras la navaja se enterraba más y más en su mano, ahora su ira se había dirigido a lo tramposo y traicionero que resulto ser Brando -Lo juro por mi sangre, Dio Brando, no permitiré que le hagas daño a Jonathan ni a ninguno de sus descendientes.

-¿Qué esta pasando aquí? -La voz imponente y autoritaria de George Joestar resonó en los oídos de Juno mientras Dio escondía la navaja en su espalda.

Amar y perder a la vez →「Jotaro Kujo; Dio Brando」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora