VII. Confianza

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Después de una batalla en la cual el francés demostró ser honorable aun cuando estaba siendo controlado te inmiscuiste solo hasta el final junto a Jotaro para eliminar el brote de carne del de cabellos plateados.

-¡Dense prisa! ¡Esos tentáculos son asquerosos! -Se quejaba el señor Joestar evitando mirar la escena.

Soltaste un bufido mientras Jotaro le gritaba de que se quejara, esta vez a diferencia de la primera distribuiste tu hamon por todo tu cuerpo por lo que si algún tentáculo tocaba tu piel inmediatamente se quemaba siendo que el sol también ayudaba en gran manera a retirar aquel brote de carne tan asqueroso.

-Ya está. -Dijiste finalmente volviendo a colocarte tu collar silenciosamente.

-Ahora que sacamos su brote de carne podrá brotar nuestra amistad ¿no creen? -Comento Joseph a lo que le observaste en silencio tomando la mano de Kakyoin quien te ayudaba a ponerte de pie.

-¿No les irrita tener que viajar con un viejo payaso como este? -Pregunto Jotaro a lo que te encogiste de hombros mientras el de cabellos cereza sonreía.

-Te acostumbras. -Respondiste estirándote.

Luego de un rato tras haber dejado al chico francés por ahí el grupo siguió su camino hasta el puerto siendo que decidiste comprar un bocadillo para satisfacer tu aun hambriento estómago, bocadillo que compartías con Kakyoin ya que Jotaro rechazo tu oferta.

Ibas tranquilamente comiendo cuando el grupo se detiene ya que el de cabello plateado había vuelto a aparecer.

-¿Qué sucede? ¿Necesitas algo, Polnareff? -Pregunto Avdol causando que recordaras el nombre de aquel usuario de stand.

-No te he dado las gracias por liberarme de Dio. -Respondió el joven de ojos azules.

-Deberías agradecerle a Jojo y la señorita Mustang. -Replico el egipcio.

-No es necesario. -Dijeron tanto tu como el pelinegro al mismo tiempo mientras te echabas otro de tus bocadillos a la boca.

-Parece que nadie quiere tus agradecimientos. -Dijo el hombre de tez morena esbozando una media sonrisa causando que Polnareff hiciera una mueca de preocupación.

-Entiendo, detesto presionar a las personas. -Finalizo el de piel pálida y ojos azules -Pero hay algo más, Monseiur Joestar y Mademoiselle Mustang, tengo una pregunta algo rara para ustedes, primero usted señor.

-¿Una pregunta rara? -Replico el mayor a lo que te quedaste mirándole en silencio.

-Puede que sea algo entrometido pero cuando comíamos, usted no se quito los guantes, ¿no tendrá usted una mano derecha por izquierda? -Pregunto finalmente señalando a Joseph.

-¿Qué mi mano izquierda sea una derecha? Que pregunta más rara ¿A que quieres llegar? -Cuestiono el señor Joestar intrigado por toda esta situación.

-Busco al hombre que asesinó a mi hermana menor.

El grupo entero se sorprendió ante tal declaración, el joven relato que no conocía al sujeto que realizo aquel horrible homicidio pero lo único que sabia de este era que tenia dos manos derechas a lo que Joseph se quito el guante de su mano izquierda mostrando la mano protésica que tenia desde los veinte años -según la abuela Suzie te había relatado- el francés se disculpo pero Joseph ya sintiéndose bastante inmiscuido en el asunto pregunto por más detalles, Polnareff contó que hace tres años en un día lluvioso su hermana volvía a casa de la escuela con una compañera de clase por un camino rural de Francia se toparon con un hombre al lado del camino que parecía cubierto por un campo de fuerza ya que a pesar de la fuerte lluvia que caía se mantenía completamente seco, cuando de repente el pecho de la compañera de la hermana de Polnareff se abrió como si hubiera sido atravesado por una hoz, tras ello el hombre abuso de su hermana para luego matarla, al parecer eso era lo único que ese hombre buscaba. Polnareff se entero de esto por la compañera de su hermana quien logró sobrevivir de milagro y le conto lo sucedido aunque fue tildada de loca por todos por culpar a un hombre de dos manos derechas que la había atravesado con una hoz invisible, Polnareff le creyó porque pensó que aquel hombre podría llegar a tener un poder como el que él se había esmerado tanto en ocultar, Polnareff juro que vengaría a su hermana para sí lograr que esta descansara en paz.

Amar y perder a la vez →「Jotaro Kujo; Dio Brando」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora