4

3.5K 169 14
                                    

El fin de semana paso tranquilo, la pase todos los día con Sia, hablando, saliendo y todo eso. Era lunes, estaba en mi casa, recién había venido del colegio, hoy tenía que ir a la casa del profesor y estaba algo nerviosa. Mire el reloj despertador que estaba en mi mesita de luz, las 13:45 pm, en minutos tenía que estar en la casa del profesor y todavía no me había preparado. No me gustaba ser impuntual.
Me dirigí al mi armario, de allí saque unos short de jeans, una remera hombro caído de color negra con estampado gris, mis convers negras y mi ropa interior. Agarre mi bata de baño y me encere en el baño. 10 minutos después salí, me seque y cambie rápidamente, me senté en la silla frente a mi escritorio, el cual tenía un gran espejo, me maquille no tan excesivo, me perfume, no me había dado cuenta de cuanto había crecido mi pelo, antes lo tenía por las costillas y ahora estaba llegando a mi cintura, tenía el color de pelo negro azabache, de mi padres, con algunos reflejos casi visible de color rojo, como mi madre.
Deje mi pelo suelto y me coloque un gorrito de lana. Agarre mi morral violeta y allí coloque, mi celular, mi cuadernillo, mi cartuchera, mis lentes y las llaves de la casa. Mire nuevamente el reloj 14:30 pm, arregle nuevamente un poco mi cabello y de mi cuarto. Estaba bajando las escaleras en eso veo que Mika sale de la cocina.
-¿Señorita Peters va a salir este día?-pregunto Mika educada.
-Sí, voy a....-no podía decirle donde iba-voy a la biblioteca, si mi madre llama y pregunta dile que estoy ahí, en la biblioteca-dije, como una orden.
Ella asintió y después se retiró, abrí la puerta y salí de casa.
(...) Estaba frente a un viejo edificio, bueno no tan viejo, de mi morral saque el papelito que el profesor me había entregado.
-En el centro de Londres, edificio 1369, tercer piso, departamento D-repitió la voz en mi cabeza.
Aunque era el centro de Londres, era muy tranquilo y relajador, tome aire y cruce la calle para ir a la puerta de entrada. Apoye mi mano en el picaporte y la abrí. Entre a lo parecía ser el lobby, no vi un ascensor pero si unas escaleras, Dios las odiaba, pero no había otra forma de subir. Me dirigí a ella y comencé a subirlas, lo cual fue una tortura.
Mientras subía iba acomodándome el cabello y alisando mi ropa. El número 3 apareció al precio de la escalera. Llegue hasta él y comencé a caminar por el pasillo, me detuve al frente de la última puerta de este. La D estaba con negro profundo, mordí mi labio y temblorosa toque timbre. Comencé a acomodarme el cabello, mis manos temblaban, cálmate, me repetía en la cabeza. En eso la puerta se abre y mis ojos se abrieron como platos.
El profesor estaba parado en el marco de la puerta, con solamente una toalla rodeando su cintura, las gotas de agua le caían por el cabello recorriendo todo su pecho y su formado torso, pude ver diversos tatuajes sobre su piel, era bronceada y sin bello. Tenía muchos tatuajes, que eran extraños pero muy bonitos.
-_____-dijo algo sorprendido-no pensé que ibas a venir tan puntual-dijo. Me quede viéndolo de arriba abajo, pero tuve que volver a la realidad.
-Lo siento odio ser impuntual, no sabía que se estaba bañando, si quiere que me vaya lo hare-dije queriendo caminar de vuelta a la salida.
-No, quédate, solo me cambiare puedes esperar en la sala, pasa-dijo abriendo la puerta más para que yo entrara.
Trague saliva y entre. Era un amplio departamento, lo primero que vi fue un gran piano color negro en una esquina, al frente había unas puertas corredizas que daban a otra habitación, había un sillón, una mesita, un televisor y un montón de muebles más.
-Siéntate en el sillón, en un rato regreso-dijo y camino hacia las puertas, las abrió y después las cerro atrás de él.
Seguí su orden y me senté en el sillón, saque mi cuadernillo y mi cartuchera y espere. Mordí mi labio, esto era mala idea, porque le hice caso a Sia, siempre me dejo llevar por ella, estaba por pararme para salir de la casa pero en eso el profesor sale del cuarto, con unos vaqueros, una remera manga corta y el pelo despeinado.
-Lo siento-dijo refiriéndose a lo de hace un momento. -No, tranquilo-dijo y mordí mi labio.
-Bueno ¿empezamos?-pregunto sentándose al frente mío, en un pequeño sillón del mismo material que el grande, dándole la espalda al televisor.
-Sí, veo que les gusta los tatuajes-dije señalando, uno que eran unas ¿Líneas raras?...
Em... si-dije riendo-este me lo hice cuando era joven, me recordaba a un gran amigo, ¿te gustaría un poco de café?-pregunto
-claro, profesor gracias-dije sonriendo a media.
-Acá dime Milo, me resulta algo extraño que me digan profesor fuera del colegio-dijo parándose y dirigiéndose a lo que creía yo era la cocina.
-Claro, ¿toca el piano?-pregunte.
-Si-dijo saliendo de la cocina con dos tazas en las manos.
Las coloco en la mesita que estaba entre nosotros, eran dos tazas color marrón, volvió nuevamente a la cocina después salió de ella con los cucharitas y un tarrito de azúcar.
-Acá tienes-dijo entregándome una cachara y dejando la azucarera en la mesita de centro.
-Gracias-dije agarrando la cuchara y colocando dos cucharadas de azúcar a mi café.
-¿Desde hace cuánto que toca?-pregunte mientras tomaba con mis manos la taza y bebía un sorbo de café.
-Desde los...-se rasco la nuca pensando-creo que desde los 8 o 9 no recuerdo mucho-dijo y tomo su café.
Mordí mi labio, pensando lo tierno que debía haber sido a los 8 o 9 años.
(..) Las horas pasaron y el cada vez me contaba más cosas de él, lo que hacía cuando era chiquito, las travesuras y bromas con sus amigos y otras cosas más.
-No puedo creer que hayas hecho videos con tus amigos y los hayas subido a Youtube eso debe de ser muy vergonzoso-dije colocando una mano en mi estómago, ya que tanto reír me hizo doler la panza.
-Si yo tampoco-dijo riendo. El estéreo se encendió de la nada, asustándome.
-Tranquila, está programado para que se encienda solo-dijo agarrando el control del estéreo y bajando el volumen. La música que sonaba era lenta y creo yo clásica, muy hermosa.
-Que hermosa canción-dije con una pequeña sonrisa.
-Si me encantan las lentas-dijo mirándome.
En eso su celular comenzó a sonar, apago la música y contesto.
-<Hola> <Si estoy acá> < ¿Ahora?> <Esta bien, te espero>-dijo para después colgar.
-Creo que es mejor que me valla-dije levantándome del sillón.
-Si lo siento, es que nos sabía que iba a venir-dijo haciendo una mueca con su boca.
-No hay problema, además ya es tarde y debo irme-dije. Agarre mi bolso y me encamine a la puerta, Milo me abrió esta y me dio paso.
-¿Mañana puedo volver? Debo seguir investigando-dije
-Si claro, te espero a las 15:00 pm -dijo con una sonrisa.
Hice un movimiento con la mano en forma de saludo y después camine por el pasillo. Narra Milo.
Estaba en mi departamento, 1 hora después de que ____ se haya ido, era una buena alumna y muy hermosa por cierto. Me alegraba mucho de que me haya tomado en cuenta como su modelo a seguir. El timbre sonó sacándome de mis pensamientos. Me acerque a ella y abrí la puerta.
Ella estaba parada hay en el marco de la puerta, vestía con un vestido negro y unos zapatos de tacón, que le quedaban súper sexis. Tenía el pelo atado pero mechones estaban algo sueltos.
-Hola-susurre con una sonrisa en el rostro.
-Milo terminemos con esto-dijo entrando al departamento y dirigiéndose a la habitación.
-Meg por favor hablemos-pedí cerrando la puerta y parándome en el marco de la puerta del dormitorio.
Meg estaba metiendo toda su ropa en un bolso que estaba sobre la cama de dos plazas, la que compartíamos.
-Milo, ya hablamos, ya no podemos más con esto-dijo mirándome y cerrando su maleta.
-Pero hablemos, solucionemos las cosas-dije acercándome a ella y agarrando su rostro para que me mirara a los ojos-No me dejes, yo te amo-dije.
Ella saco mis manos de su rostro y desvió la mirada.
-Lo siento Milo, yo también te amo, pero no puedo con esto, necesito cosas para mí, mi tiempo, mi espacio, contigo esas cosas no lograre obtener-
-¿Quieres más cosas?, está bien trabajare horas extras en la escuela para comprarte todo lo que desees pero no me dejes-pedí.
-Milo no es eso, además con el salario de tu trabajo no podré comprar nada de lo que yo quiero-dijo y agarro su maleta y salió de la habitación.
Yo la seguí por detrás. Ella se dirigió a la puerta, con intención de irse y creo yo nunca más volver.
-Por favor no te vayas-pedí, no iba a llorar pero sentía las lágrimas cerca. Ella se dio la vuelta y se acercó a mí, con sus pequeñas manos agarro mi rostro y beso mis labios.
-Lo siento pero no puedo vivir así, necesito cosas para mí, necesito mi tiempo y espacio y contigo no lo lograre, perdón-dijo y luego, agarro su maleta y se fue del departamento.

Mi alumna favorita, (Milo Manheim y tu ) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora