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Desperté gracias a un sonido muy desagradable, proveniente de un teléfono celular, el mío. Rápidamente abrí mis ojos y salí de la cama, me dirigí a mi morral que estaba cerca de la puerta en el suelo. Me agache y lo agarre, volví a la cama y saque mi celular dejando el morral en la cama.
-Hola-conteste algo cansada tallando mi ojo derecho.
-Hola-una bella voz sonó del otro lado de la línea, abrí mis ojos grandes sorprendida.
-¿M...Milo?-dije algo dudosa. Yo no le había entregado mi celular.
-Si soy yo-dijo con una pequeña risa.
-¿Cómo obtuviste mi numero?-dije sentándome en el borde de la cama.
-Ser maestro da muchas ventajas-dijo y rio. Aunque estaba en la otra línea su voz sonaba perfecta.
-Que bien-dije acomodando un poco mi alborotado cabello, como si el estuviese acá-¿Sucede algo?-pregunte algo temerosa.
-Si-dijo en un suspiro.
Mi corazón se paró, si el me llamaba hoy era porque lo de ayer no había sido un sueño, fue verdad, el beso, su propuesta todo. Pero ¿que abra ocurrido?-Hoy ibas a venir a mi casa, para hablar de nosotros, ¿te acuerdas?-pregunto dudoso. El alma se me vino al cuerpo de vuelta pero aun no cante victoria.
-Si-dije nerviosa.
-¿Podemos posponerlo para el lunes?-pregunto Milo , ¿espera que día es hoy?, me levante de la cama y me dirigí a mi escritorio, allí había una agenda, la abrí y me fije en el día de hoy. "SÁBADO " decía con letra mayúscula y en color celeste.-Es que me olvide de decirte que me es imposible los fines de semana por que no estoy en casa esos días ¿podemos posponerlo?-volvió a preguntar.
-Claro no te preocupes-dije entrelazando mi cabello con mis dedos y llevando para atrás de la cabeza.
-Gracias-dijo algo aliviado-Emm debo irme hablamos más luego, agenda mi número, adiós, cuídate-dijo algo apurado.
-Adiós-susurre, antes de colgar.
Ni un "Te quiero" o tal vez un "te amo", nada, tal vez era muy pronto para decir esas dos palabras o tal vez no las sentíamos de verdad, por mi parte si las sentía y mucho pero ¿por la parte de él? Sacudí mi cabeza dispersando esas ideas estúpidas, si lo sentía, no lo demostraba pero creo que lo sentía, ya que sino ¿por qué me habrá propuesto ser novios?, tal vez no estaba listo para decir aquellas palabras tan fuertes.
Agende su número. Volví a mi cama y me senté en el borde nuevamente, mire el suelo y vi a Ziam tirado en el, tal vez se me abra caído cuando me levante de golpe, lo agarre y lo limpie del polvo, me acerque al librero y antes de depositarlo ahí le di un tierno beso en su negrita nariz.

Rasque mi nuca algo cansada y mire el reloj despertador que estaba en mi mesita de luz al lado de mi cama. La pantalla reflejaba las 11:45 am, pegue un fuerte suspiro y mire mi ropa, no me había dado cuenta que había dormido con la misma ropa, me dirigí a mi armario y tome mi bata de baño y me encerré en este, iba a tomar una larga y dulce ducha. Después de una ducha de 35 minutos, salí del baño.
Me vestí con unos vaqueros ajustados azules, una remera de tirantes negra y una camisa azul marino, con mis converse obvio. Peine mi cabello, simplemente una cola alta y nada más. Agarre mi celular y marque el número de Sia, mientras esperaba a que contestara me senté en la cama.
-¿Hola?-la voz de mi mejor amiga resonó en la otra línea. -¿Sia?-pregunte algo dudosa.
-Si soy yo, ¿ocurre algo?-pregunto temerosa. -No...nada...solo...quería verte, ¿podemos encontrarnos hoy?- -Claro, pero ¿estás bien?-pregunto de nuevo.
-Si...muy bien...tengo que contarte muchas cosas, nos vemos a las 13:30pm en el centro comercial ¿okey?- pregunte.
-Okey, hay nos vemos, adiós-dijo para después colgar.
Cerré mi celular, ya que era con tapita y me dirigí al armario, de allí saque mi morral, en este metí, mi cuadernillo, mi celular, unos lentes, mi billetera, agarre mi chaqueta y con mi morral y todo salí de mi cuarto.
-Hola Mika-la salude entrando a la cocina.
-Hola señorita, ¿quiere que le prepare algo?-pregunto Mika mientras besaba su frente.
-No, comeré algo con Sia, iré a verla-dije y sonreí. - me devolvió la sonrisa, la salude con un beso en la mejilla y me fui.
-Gracias-le dije al chofer del taxi antes de salir.
Yo ya estaba en el centro comercial, entre y me encamine al patio de comida, no sé por qué pero estaba algo nerviosa. Extrañaba a mi amiga, aunque la veo prácticamente todos los días, pero no era lo mismo, quería que esta tarde hiciéramos cosas de nosotras, compras, helado, juegos todos eso, como antes, lo extrañaba y necesitaba, además debía contarle todo lo que sucedió con Milo
-Sia-grite al ver a mi amiga parada al lado de una tienda. Me acerque a ella y la abrace fuerte, ella copio mi acto y también me abrazo.
-_____ ¿qué sucede?-pregunto con miedo, mientras nos separábamos. -Nada, solo te extrañaba-dije riendo nerviosa.
-¿Qué?-pregunto algo confundida Sia.
-Si soy una tonta-dije sonriendo.
-Amiga-dijo y volvió a abrazarme-Ahora me tienes acá 100 por ciento a tu disposición, ¿qué haremos?- pregunto sonriente.
-¿Compras?-pregunte levantando una ceja. -No es lo tuyo pero okey-dijo y sonreí.

Entrelazo su brazo con el mío y comenzamos a caminar a una de las tiendas de ropa.
-A que no sabes que me paso-dijo Sia con una sonrisa tonta en el rostro, yo desvié la vista de los vaqueros que estaba viendo y la mire levantando una ceja.
-¿Qué?-pregunte.
-¿Te acuerdas de Derek, el de química?-pregunto mientras agarraba una camisa y se la apoyaba sobre su cuerpo, viendo si era de su medida.
-Si-dije y reí.
-Bueno me invito a salir esta noche-dijo y yo la mire con los ojos como plato.
-¿Cuándo ocurrió eso?-pregunte golpeando su hombro.
-Fue el jueves-dijo frotándose el hombro donde la había golpeado.
-¿Y ahora me lo cuentas? pensé que no teníamos secretos entre nosotras-dije algo apenada.
-Hey, tú estabas ocupada con tu profesorcito y me dejaste sola-dijo algo ofendida, la mire con cara de puchero y ella se acercó a mí a y me abrazo.
-Lo siento-dijo en mi oído, aun abrazándome.
-No te preocupes-dije riendo-era solo una broma, pero ningún secreto más, aunque sea chiquitito, ninguno- dije señalándola.
-Te lo prometo-dijo levantando el dedo menique.
Lo junte con el mío y comenzamos a reír, pero en ese momento, por mi cabeza se me cruzo Milo, debía decírselo, no había secretos entre nosotras y este que era muy importante para mí, debía decírselo, confiaba planamente en ella.
-Emm, me gustan estos-dije agarrando unos vaqueros negros algo ajustados y de cintura alta-¿qué te parecen?-pregunte a Sia, yo de moda sabia poco y nada, ella era la que le gustaba todo eso de la moda y el maquillaje.
-Me gustan, ven vallamos a los vestidores-dijo agarrando los vaqueros y comenzando a caminar.
La seguí por detrás, cuando llegamos a estos, me encerró junto con los pantalones en uno de los pequeños vestidores.
-¿_____ qué estás haciendo allí adentro? ¿Por casualidad te comieron los pantalones o qué?-pregunto Sia con un tono cansado en la voz, pegue un fuerte suspiro y salí del vestidor.
-Me encanta-dijo Sia al verme salir.
-¿Te gusta?-pregunte viéndome en el espejo.
-Sí, te quedan fabulosos y más con tu cintura, jamás me había dado cuenta del trasero que tienes este te asienta bien-dijo dándome la vuelta para que mirara mi trasero. Solté una pequeña risa algo nerviosa.
-Hay amiga, si utilizas esto con el profesor Manheim quedara rendido a tus pies-dijo Sia mordiendo ligeramente el brazo, viéndome por el espejo.
La sonrisa se me borro, creo que era tiempo de decirle, aunque estaba algo nerviosa y quería un poco, evadir el tema.

-¿Emm...Sia...quieres ir a Starbucks?-pregunte entrando nuevamente al vestidor para quitarme los vaqueros.
-Pero nos falta recorrer todavía medio centro comercial-dijo. Me puse rápidamente mis pantalones y salí con los vaqueros en mis manos.
-Si...lo sé, pero debo contarte algo-dije bajando la mirada y caminando hacia la caja. Sia me agarro del brazo asiendo que retrocediera.
-¿Que sucedió ____?-pregunto mi amiga con un tono algo preocupado.
-Tomemos un café y te contare todo, tranquila-dije zafándome de su agarre y caminando a la caja.
-Dos capuchinos, por favor-pedí a la chica del Starbucks que estaba en la caja.
-Claro, ¿algo más?-pregunto amable.
-Emm...sí...dame un pedazo de pastel de chocolate con dos cucharas por favor-
-Claro, ¿a nombre de quién?-pregunto.
-_____-respondí. ésta asintió y se retiró.
Camine hasta la mesa en donde estaba sentada Sia con su celular táctil en la mano mandando mensajes.
-¿Con quién te mensajeas?-pregunte sentándome al lado suyo mientras me acercaba para leer los mensajes.
-Con Dereck-dijo mordiendo el labio sin despegar la mirada de la pantalla-Creo que esta noche no se me escapa-dijo moviendo las cejas coqueta.
-Sia-dije golpeando su hombro.
-¿Qué? sabes muy bien que no soy virgen-dijo y agacho la cabeza.
Ese tema era algo duro de hablar entre nosotras porque algo muy fuerte sucedió con eso.
-Sí, lo hiciste con Louis...Louis Tomlinson, tu tutor-recordé.
-Gracias-dijo irónica-No quiero hablar de él, por favor, mejor hablemos de ti-dejo el teléfono sobre la mesa y me miro a los ojos-¿Qué ocurre?-pregunto temerosa.
Estaba por hablar pero justo escucho el "_____" atrás mío, era mi pedido, ya estaba listo. -Ahora vengo-dije levantándome de mi asiento y yendo nuevamente a la caja. -_____-dije con la mano.
-Acá esta su orden-dijo entregándomela-Son 25 dólares-dijo el cajero.
Saque mi billetera y le di el dinero, le agradecí y volví a mi mesa.
-mmm...-dijo Sia cuando deje las cosas en la mesa y me sentaba a su lado, cada una comenzó a tomar su capuchino mientras comíamos el pastel entre las dos.
-Creo que estas evadiendo el tema-me reprocho Sia. La mire y respire hondo, era verdad, estaba evadiendo

Mi alumna favorita, (Milo Manheim y tu ) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora