𝐘𝐎𝐔 ↬𝐁𝐲𝐥𝐞𝐫

Capítulo XVII

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—Él tiene sus motivos para hablarme después de lo qué pasó, supongo.

—¿Por eso vas a fingir que no lo estás dañando?

—¿Qué hay de mí, Max? Mi mejor amigo me dijo que le gusto, sabiendo que tengo una relación, obligándome a hablarle incluso si ahora cualquier cosa que haga podrá malinterpretarla, ¿Por qué no pensó en cómo me sentiría?

Ambos guardaron silencio, por primera vez en muchísimo tiempo, la pelirroja había quedado pensativa en medio de una discusión con aquel chico, a quien siempre molestaba con respuestas espontáneas. Era más que una pelea infantil, se trataba del mejor amigo de ambos, Will, el chico de apariencia frágil al que querían demasiado, incluso más de lo que podían demostrar.

—No estás en obligación de hablarle, pero si sólo piensas acercarte para recordarle que tienes una novia, entonces aléjate.

—Bien, entonces díselo.

—¿Qué?

—Que no volveré a dirigirle la palabra.

—No, escúchame —El agarre que tuvo la chica en el cuello de su camisa fue tan brusco que consiguió sacudir su cuerpo, sacándolo de su estado neutral—. Si Will vuelve a llorar por ti, voy a...

No pudo terminar su amenaza, pues sintió que le empujaban con fuerza, consiguiendo que cayera de espalda, golpeándose contra el piso, sin lograr levantarse, pudo llevar la vista al frente, más su respiración era tan irregular que sentía que apenas y podía enfocar. Ahí estaba Eleven, tan molesta, con sus puños a los costados y ligeramente cabizbaja, con su vista clavada en ella, como si pudiese matarla.

—¡No!

Incluso el chico se asustó por aquella reacción, más que eso, le preocupó que Max resultara herida, cosa que nunca en su vida iba a aceptar, pero lo demostraba, al encontrarse corriendo a levantarla en menos de cinco segundos.

—¿Estás bien?

—Habla con Will —Incluso si se dirigía a Mike, su mirada estaba clavada, como un cuchillo, en su «amiga», que cada vez se acercaba más, intentando parecer más amenazante, aún sabiendo que era difícil asustar a un Mayfield—. No vuelvas a hablarme o tocarme en tu vida, pero habla con él.

—¿Qué quieres que le diga?

—Lo que pienso decirle a tu novia si no lo haces tú primero.

La sangre se fue de su rostro, dirigiendo el flujo como una gran corriente a sus piernas, con la necesidad en correr, huir de la situación. Se sentía expuesto, como si en un par de segundos hubiese logrado desnudar su alma, entrar a su mente y ver cada uno de sus recuerdos, cada cosa que le apenaba, cada secreto y cada momento.

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—El sigue siendo mi chico favorito —Pensó Mike—. No me siento orgulloso de lo que estoy intentando hacer. No me gusta verlo triste... pero no puedo corresponderle. No siento que pueda hacerlo. No quiero mantenerlo cerca. No quiero hacerle creer que algún día yo podría...

—¿Qué quieres?

La voz de Jonathan, quien acababa de abrir la puerta, interrumpió sus pensamientos, sorprendiéndose por el modo en que le había hablado, jamás usaba ese tono de voz en él, no, en nadie, él, era un buen chico, no tenía motivo para tratarlo tan fríamente... ya suponía que Will le había contado todo.