Capítulo XV

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Al siguiente día todos se reunieron en Benny's Burgers, estaba agradecido por ello, pues quedaba cerca de su casa, así podría escapar en caso de que un inconveniente se presentara, en especial por lo que había pasado antes. Suponía que no sería la clase de "ambiente familiar" al que estaban acostumbrados, además, había que empezar con la tensión entre él y Mike, quien ni siquiera estando sentado frente a él le había saludado.

—No has comido mucho, Will.

La pelirroja parecía preocupada, y eso le causaba cierta incomodidad a su pareja, que seguía con la idea de que su amigo estaba enamorado de ella, así que no tardaría en armar una pelea típica de ese par, pues ya se habían visto amenazantes desde que Maxine decidió sentarse al lado de su mejor amigo.

—¿Me la das a mí? —Sin esperar respuesta, Dustin –que estaba en una orilla de la mesa, frente a Lucas– robó la hamburguesa de su plato—. Muchas gracias, no sabes cuánta hambre tenía.

—Acabas de comerte nuestros postres.

—El budín me gana —Se encogió de hombros mientras se llevaba la media hamburguesa a la boca.

—Hey, Will —El moreno tronó sus dedos frente a su rostro, para traerlo de regreso a la realidad—. Todos, escuchen esto.

—No empieces, Lucas —Amenazó su novia, como si hubiera leído su mente antes de que abriera la boca.

—Un anciano me dijo que una de cada cuatro personas es gay.

—Lucas.

Los colores subieron al rostro de Will, no era un rubor que llegaba por avergonzarse y con el que a todos les parecía tierno. Ese tono rojizo que habían tomado sus mejillas era por humillación, unas inmensas ganas de llorar se apoderaron de su cuerpo, incluso si Lucas aún no concluía, ya sabía lo que iba a pasar.

—Pero nosotros tres tenemos pareja, lo que significa que...

Dustin llevó las manos a su boca, formando una "O" con esta. Al mismo tiempo, Max golpeó la cabeza de su novio, mientras dejaba su lugar, al igual que Will.

—Que no tengo suerte con las chicas, sólo eso.

Su voz se quebró un poco, antes de que pudiera dirigirse al baño lo más relajado posible, para no hacer más notorio el hecho de que lograron hacerlo sentir una completa basura en tan sólo un par de minutos. Incluso a la distancia pudo escuchar a uno de ellos murmurar "es porque no le gustan las niñas".

Iba a ser breve, no iba a tirarse a llorar, sólo mojaría su rostro y después lo secaría, para poder salir e irse a su casa, diciendo que su hermano lo esperaba temprano o alguna excusa más creíble.

Así que eso hizo, pero hubo un inconveniente en sus planes, justo cuando abrió la puerta del baño...

—Fueron un poco... bruscos, ¿No?

—Hemos sido peores —Respondió Dustin, restando importancia al asunto.

—Pero Will es más sensible que nosotros, ustedes saben eso.

—Ya no es un niño —Volvió Lucas a la conversación.

—Es un adolescente que fue secuestrado por un monstruo cuando era niño, genio, ¿Cómo pueden ser tan insensibles?

—¿Desde cuándo te preocupas por las personas, Maxine?

—¿Disculpa? —Llevó su mano a su pecho, frunciendo el ceño y abriendo la boca con sorpresa— Supongo que me preocupan las personas a las que– no, ¿Sabes qué? No voy a explicarlo. Terminamos.

El resto en la mesa se vio con asombro, como si fuese la primera vez que la veían romper su relación, aún así, lo que sí sorprendía era el hecho de que siempre fuera un motivo diferente, como si cada pequeña cosa que él hiciera estuviera mal.

—Yo... Iré por Will.

—Te acompaño.

La pareja se levantó, dejando a Dustin escuchando la eterna discusión de los ahora ex-novios. Mike se detuvo en la puerta del baño, no entraría si Eleven estaba ahí, pues no sabía cómo reaccionaría Will, si llegaba a gritarle algo, sin duda que la chica escucharía, así que prefirió esperar afuera...

Se estaban besando, justo en frente de él, como si ni siquiera existiera. No le importaba verlos así, no tenía derecho sobre ninguno y no le afectaba ver al chico que le gusta besar a su novia. Lo que le había atravesado el pecho era el hecho de que estuvieran frente a él, al lado de la puerta, como si quisieran ser vistos por él en especial.

Mike notó su presencia, pues por un segundo abrió sus ojos, llevando su mirada al pequeño, quien creyó que ahí terminaría tan angustiante escena, pero no fue así; una vez más, cerró sus ojos, continuando con aquel beso.

Quiso convencerse de que era producto de su imaginación.

Mike no es así, él nunca haría algo para dañarme intencionalmente.

Él siempre se preocupa por mí, de haberme visto se habría alejado de ella.

¿Y si sí me vio? Seguro tenía una cara ridícula en ese instante.

Apartó esos pensamientos de su cabeza, una vez que se percató de que su rostro comenzaba a mojarse. Tuvo que comenzar a caminar, no, no caminaba, corría hasta la salida, sin freno alguno. No había llevado su bicicleta por la corta distancia a la que se encontraba su casa, nuevamente agradecía eso, pues lo que tanto le preocupaba terminó por suceder.

Y dolía mucho.

𝐘𝐎𝐔 ↬𝐁𝐲𝐥𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora