Capítulo XIX

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Victor Kingwell.

Probablemente parecía un tonto, pero no podía parecer nada más después de derramar jugo sobre la camisa de otra persona, un jugo en caja, es decir, cualquiera derrama el líquido de un vaso, pero no el de una caja, al menos no de ese modo. El chico iba en otro salón, le llevaba apenas unos tres centímetros, pero parecía más delgado. Tenía una amplia sonrisa en su rostro, sus ojos eran grandes, incluso con ese gesto podía ver el color verde grisáceo. Sus pestañas eran largas, era una de las cosas que más llamó su atención, agregando su rubor natural y labios extrañamente rojizos. Era como si alguien hubiera retratado a la chica más bonita en un chico.

—Will– William Byers. Fue un accidente, ella iba empujándome y–

Extendió su mano con timidez, llevando su vista a la caja de jugo vacía, tan pronto como lo hizo, el chico sujetó su mano, demasiado formal para su gusto. Max observaba la escena con una pequeña mueca, como si fuese lo más extraño que haya visto en su corta vida.

—¡No es cierto! Tú, rata mentirosa con complejo de puberta en musical.

La pelirroja dio un pequeño golpe en su hombro, haciendo un pequeño guiño para comenzar a caminar, aprovechando para tumbar un cuaderno de Victor al pasar a su lado. En un musical, o una boba película, seguro ambos se habrían agachado a recoger el insignificante objeto que iniciaría una historia de amor inolvidable, pero en ese caso sólo lo vieron caer, manteniendo su vista sobre este por un par de segundos, sin decir una palabra.

—Se te cayó... ¡Debo irme! Cuídate Vince– ¡Victor!

El ojiverde hizo aún más amplia su sonrisa, asintiendo como si estuviera viendo a un niño pequeño. Se agachó para recoger su libreta y, para cuando levantó la mirada, ya no pudo ver al chico de corte de hongo por el pasillo.

—¿Por qué hiciste eso?

—¿Hacer qué?

—¿Qué hizo? —Preguntó Mike, con falsa sorpresa, siendo que ya se había acostumbrado a que Max los metiera a cada uno en problemas.

Todos estaban atentos en la mesa, pues había una extraña mezcla de disgusto e ilusión en el rostro de Will, cosa que creyeron haber visto antes, pero desconocían por completo cuándo y porqué, así que no pudieron relacionarlo.

—Hizo que derramara jugo en la camisa de un chico.

—Corrijo, un chico lindo.

—¿Por qué harías que Will derramara...? —Antes de que Lucas concluyera, recibió una mirada amenazante de la chica que ya era su ex novia, recordando lo de la tarde del otro día.

—Porque yo quería una cita con él, ¿Qué parte de "chico lindo" no quedó clara?

Mike ni siquiera pudo detenerse a hacerle uno de sus habituales gestos de desagrado, pues su mirada se fue directamente hasta Will, que permanecía cabizbajo mientras los otros discutían. Parecía jugar con sus manos, como si estuviera realmente ansioso, pudo reconocer ese gesto antes. Cada que estaba cerca de él, sus ojos eran justo así, distraídos, más saltones y vacíos, pero era imposible que estuviera así por alguien que acababa de conocer, o eso quería creer Mike.

—¿Lo conocemos?

—Es Victor Kingwell.

Todos se vieron detenidamente, como si fueran una secta secreta, más Eleven y Max no parecían entender del todo lo que estaba pasando, mientras que Will pareció avergonzarse a tal grado de pintar sus mejillas de un rosa, no muy intenso, pero sí visible.

—¿Qué? ¿Qué tiene? ¿Por qué todos se ven así?

—Max, llega un punto de la amistad en la que tenemos que ser sinceros —El rizado habló, con sus "s" marcadas, mientras sujetaba la mano de la ya mencionada, dejando un silencio suspensivo en el aire—. Él es marica.

Por su mente cruzó un: "no me digas, genio", pero recordó que se suponía que era ella la que se había sentido atraída hacia él, así que sólo pudo fingir una mueca de dolor.

—No puede ser, ¿Cómo no pude verlo antes? No tengo ninguna oportunidad con él, no cabe duda de que-

—¿Cómo lo saben? —Dirigieron su mirada al castaño, esperando que especificara— Eso de que es marica... ¿Cómo lo saben?

—Se le nota —Habló Lucas, como si fuera lo más obvio del mundo.

—¿Por qué?

—¿Viste sólo su camisa o pudiste ver su rostro? —Preguntó Dustin, con cierta cizaña— Creí que Max se daría cuenta, pero después de salir con Lucas creo que ella puede salir con cualquiera.

—¡Hey! No es cierto, ella no cree eso, ¿No, Max?

Mike dejó su lugar, ignorando por completo la situación, no sin antes dejar un beso en la mejilla de su novia, para pasarse frente a ella, a un lado de su mejor amigo, posando su mano en su pierna, ejerciendo un poco de presión para después acariciar un poco, acción que causó que se estremeciera, evitando cruzar sus miradas.

—¿Estás bien?

—Mike, aún somos mejores amigos, ¿No?

—He dejado en claro que por nada del mundo íbamos a-

—Victor me parece lindo.

—Oh... ¿Qué clase de lindo? ¿Lindo tonto? ¿Lindo como tierno? ¿Lindo pero no me toques?

—No sabía que había tantos tipos.

Lo sabía bien, porque Mike estaba en la primera clasificación, pero no sabría en cuál poner al chico con el que recién habló. ¿Hablar? Eso no estuvo ni cerca de ser una conversación. Sintió la curiosidad apoderarse de su cuerpo, como si fuera poseído por ella. Esa noche no dormiría si no hablaba con él otra vez. Entonces compró otra caja de jugo, con dinero que Max le prestó y...

—Acababa de secarla.

—¡Lo siento!

—No te preocupes, es una camisa muy fea, ni siquiera me gusta...

—¿En serio?

—No, en realidad es una de mis favoritas.

Si cualquier otra persona pudo golpearlo, molestarse o llorar, él sonreía como si fuese nada, incluso parecía que le habían dado una buena noticia. Había algo raro en su optimismo, algo que te intrigaba y atraía. Atraer. No sabía realmente a qué se refería, tampoco podía poner en palabras lo que sintió cuando lo vio. No era amor a primera vista, como en las historias. Amor era el que sentía por Mike, pero Victor sin duda movió algo dentro de él.

𝐘𝐎𝐔 ↬𝐁𝐲𝐥𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora