Noviembre Vil

Miracle Queen

Chloé sintió como un escalofrío le recorría la espalda, miraba anonadada al hombre de mascara plateada y traje morado que le tendía una caja café rojizo, algo en su interior le decía que debía salir corriendo, sin embargo, sus pies se mantenían firmes en el suelo.

Hawk Moth sonrió complacido por la reacción de la menor y abrió la caja permitiéndole ver aquella peineta que tanto anhelaba volver a tener entre sus manos.

—Con mi ayuda, harás pagar caro a Ladybug por dejarte de lado, nadie más que tú será excepcional y ellos... Nada.

Las manos de Bourgeois comenzaban a temblar, sabía que era una locura aliarse con aquel hombre, aun así, la tentación era demasiada.

—No eres una superheroína, solo buscas tu beneficio —espetó Alya con los brazos en sus caderas, toda la clase la miraba mal. La juzgaban, se había equivocado al creer que al fin la aclamarían.

—Mírate, tanto que admiras a Ladybug y no eres nadie para ella. A diferencia mía, que soy su mejor amiga. Seguro que aceptaría darme tu miraculous —afirmó Rossi con altanería, desde el escalón que estaba arriba de ella, no solo físicamente.

—Lo lamento Chloé, por tu seguridad y la de quienes amas... Queen Bee no volverá a ayudarnos —Ladybug colocó una mano en su hombro, no obstante, la rubia la retiró bruscamente y retrocedió, quería reclamar, pero el nudo en su garganta la enmudecía.

—Ambos tendremos lo que queremos —declaró con seriedad la ojiazul mientras llevaba su mano al miraculous de la abeja—. Pero Ladybug es mía.

—Tenemos un trato, Miracle Queen.