Noviembre Vil

Ladybug

La heroína de traje rojo aterrizó con ayuda de su yo-yo, al ver a su compañero que ya la esperaba mostró una sonrisa.

—Espero que esto no sea una molestia para ti... —mencionó la azabache mirando el ramo de flores blancas que llevaba en manos.

—Para nada lo es mi lady, me atrevo a decir que me conmueve que lo hayas sugerido —respondió Chat haciéndose a un lado permitiéndole ver las veladoras que había traído, tal como se lo pidió la muchacha.

Ladybug observó con emoción el rostro del héroe gato, caminó algunos pasos y se arrodilló dejando las flores en el suelo.

—Gracias, en serio.

Chat se limitó a sonreír, se puso de cuclillas a su lado y sacó de su bolsillo una bolsa de fósforos, sacó uno y enseguida se puso a encender las veladoras dejándolas a una distancia prudente de las flores.

—Senti... Lamento que tu tiempo aquí haya sido tan agobiante —Ladybug comenzó a hablar con una sonrisa triste en su rostro—. El inmenso poder de los miraculous no debe causar daño a nadie, existen para hacer el bien y nadie debería olvidar eso.

—Haremos todo lo posible por detener a Hawk Moth y Mayura, no podemos permitir que sigan hiriendo así a los inocentes... Senti, esperamos que dondequiera que estés, encuentres la paz y te olvides de lo que viviste estando acá.

Ambos héroes miraban el improvisado altar que armaron a aquel senti monstruo que solo seguía las órdenes de otra ciega sirviente. Su partida les había dejado marca pues jamás imaginaron que un ser de su tipo pudiera ser capaz de tener emociones o ideas propias, tal como una persona. Sin duda continuarán descubriendo grandes detalles que los miraculous ocultan.