Evillustrator

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Evillustrator volaba ayudado por su cohete con una amplia sonrisa en el rostro, había invitado a salir a la chica que le gusta y ella le había dicho que sí. Todo apuntaba a que por fin tendría un buen cumpleaños,

Descendió en un pequeño barco que había sido anclado a la orilla del río Sena, al no encontrar a nadie a bordo creyó que podía tomarlo prestado sin problemas. Después de todo era por una buena causa: impresionar a Marinette.

Poco tiempo después con mucha emoción recibió a la franco-china de coletas, la guió a donde tenía una sorpresa preparada, un par de bocadillos y una torre Eiffel a escala cuyo complemento era una lámpara flotante que simulaba la luna. Pequeño pero enternecedor.

—Te traje un regalo, no es gran cosa, aun así, espero que te guste —comentó la azabache tendiéndole un muffin envuelto en celofán.

El pelirrojo lo tomó entusiasmado y estrechó a la muchacha entre sus brazos, sin pensar plantó un beso en la comisura de sus labios, Marinette no se apartó. Contrario a lo que esperaba esbozó una tímida sonrisa y lo miró directo a los ojos, sus corazones se aceleraron, sin saber tenían el mismo anhelo y poca atención le prestaban a su lado racional que los detenía.

Cerraron los ojos y por fin sus labios se encontraron, con timidez se rozaban al principio, pero el deseo pudo más y pronto el ritmo cambio. Evillustrator estaba tan absorto de la realidad que notó cuando la muchacha le quitó el lápiz de la mano, la vuelta a la realidad era inevitable.

Noviembre VilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora