Mamá siempre solía trabajar de noche, la veía pintarse los labios de un rojo carmín del más barato, usaba demasiadas sombras brillantes y vestidos cortos casi siempre llamativos, mientras yo sólo la miraba en silencio desde algún rincón de la casa para luego verla marchar a penas estar lista, sin antes dicirme que fuera a la cama a dormir, mientras que mi padre le exigía que llegará con dinero esa noche, él siempre estaba ebrio, quitándole todo el dinero a mamá a demás de que solía golpearle cada que se le venía en gana, yo no lo quería, era malo y él tampoco me quería a mi, me veía como un estorbo, conforme iba creciendo descubrí que mi madre era una prostituta y mi padre un desgraciado padrote que no respetaba a su propia mujer, que le importaba más el dinero que mi madre, ese hombre era una basura y lo despreciaba.
Al cumplir doce años mi padre golpeó de más a mamá tanto que la dejó inconsciente en el suelo y huyó como el cobarde que era y nuca más volvió, mientras yo lloraba asustada por verla tirada en el piso sangrando de la nariz, nadie estaba ahí para ayudarnos vivíamos en una colonia pobre y fea, sumándole que nadie le hablaba a mamá por ser prostituta, mucho rato después mamá despertó y lo primero que hizo fue mirarme llorar, me abrazo para consolarme y me dijo “cariño no llores, ¡mira! Estoy bien” me alegraba mucho que estuviera bien, la ayude a levantarse y la vi esconder su dolor sólo por mi, en ese momento desee ser grande para poder sacarla de eso, sacarla de aquello que no me gustaba pero que gracias a lo que hacía me dio de comer y me logro dar educación, lo demás corrió por mi cuenta.
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DESCUBRIENDO EL AMOR
RomanceElla era una prostituta, pero a Astrid no le importó ya que su pasado tenía que ver con algo parecido ademas de que vivió violencia, pero ahora ya todo era cosa del pasado, era una inspectora de la policía y vivía de manera decente con su madre has...