Capitulo 19

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Diana

    Llevábamos dos semana viviendo juntas y todo hasta el momento va bien, yo había conseguido un empleó que no ocupaba  muchas horas entraba a las ocho de la mañana y salía a las tres de la tarde, el trabajo me quedaba cerca así que iba y venía caminando, al llegar a casa me ponía a cocinar para ambas pero más para ella, porque de nuevo tenía un motivo para seguir adelanté.

   Astrid aún no se reconciliaba con su madre así que seguían distanciadas y me hacía sentir culpable la situación en cierta manera, ya qué sabía que su madre lo hacía por que quiere lo mejor para Astrid, sé que no soy la mujer modelo pero la amó y no la cambiaría por nada del mundo.

   Una tarde del jueves Astrid me llamó para avisarme que llegaría tarde a casa, que no la esperara para comer, debo decir que mi ansiedad por verla se volvió mas grande, ahora entendía por lo que pasaba su madre cada día cuando se iba a trabajar, y ahora que lo pensaba bien necesitaba hablar con ella a solas, decirle que yo amaba a su hija de verdad, esta era mi oportunidad para ir a su casa arreglar ese problema que tenía contra mí y repercutía a Astrid, que aunque no me lo dijera sabía que le afectaba estar enojada con su madre, me arregle y salí rumbo a casa de mi suegra, sentí muchos nervios en cuanto llegue frente a la puerta de la casa, el valor que había reunido para verla se había esfumado en ese instante pero ya estaba allí y no podía echarme para atrás, toque a la puerta y momento después ella preguntó quién era.

-Soy Diana – le dije y enseguida abrió la puerta sorprendida.

-¿Qué quieres? ¿A que has venido? – preguntó seria.

-Hola señora ¿Cómo esta? – salude.

-Bien – dijo cortante - ¿Qué quieres? – volvió a preguntar.

-Quiero hablar con usted.

-¿Le pasó algo a Astrid? – dijo preocupada.

-No, ella esta bien, aún esta trabajando me dijo que llegaría tarde.

-¿De que quieres hablar?

-Se que usted no me quiere para su hija pero yo la amó de verdad – dije sintiéndome aún mas nerviosa.

-Pasa – me dijo con cara de pocos amigos pero por lo menos me había hecho pasar.

-Yo no quiero alejar a Astrid de usted, yo sé lo que es que una madre este preocupada por su hija, mi madre también lo estuvo por mi y sé que no fui la hija que esperaba, yo solo quería que ella estuviera bien pero al final… ella murió sin que yo pudiera evitarlo – le dije cuando tomamos asiento en los sillones de la sala.

-¿Te estas justificando?

-No – dije pensándolo – no claro que no, pero de otra manera no hubiera conseguido que mi madre viviera un poco más, pero no me justificó que después de su muerte seguí haciéndolo.

- ¿Y que quieres?

-Que me acepte por lo menos un poco o que tal vez solo finja por Astrid que me tolera – su rostro mostró sorpresa – ella esta triste por que usted no esta de acuerdo con nuestra relación, no me ha dicho nada pero lo noto, se que ella la quiere mucho y que haría cualquier cosa por usted, pero en este momento la ha hecho elegir con quien quedarse y ella nos quiere a las dos, pero de distinta manera.

-Sabes que eso será difícil de aceptar para mí.

-Lo sé – dije con la cara ardiendo – yo solo quiero que ella este felíz, yo en verdad la amó – dije mirándola a los ojos.

DESCUBRIENDO EL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora