Astrid
Descubrí que el nombre de aquella mujer que revolvió muchas emociones en mi era Diana, cuando toque a la puerta de su casa quien abrió fue nada más y nada menos que ella, note su cara de sorpresa y yo estaba igual de sorprendida aunque no dejaba de ver sus ojos negros como la noche que lucían cansados, luego de esta sorpresa pedí nos dejara entrar á su casa y tras explicarle el motivo de nuestra visita accedió a ir con nosotros para que nos diera información sobre el feminicida y así poder capturar al homicida de esas pobres mujeres, al llegar a nuestras oficinas ella confesó todo sin problemas pero dijo tener miedo de que su agresor la matara está vez, nosotros le aseguramos que su seguridad estaba en nuestras manos y así era, yo personalmente la lleve a su casa y la note nerviosa, también fui consiente de su mirada sobre mi cuando camine delante suyo, no sabía que era lo que causaba en ella, podría ser que le gustará o que simplemente se sentía inferior a mí, realmente no lo sabía, pero lo que si sabía era que ella me gustaba pero su modo de vida no la veía compatible conmigo, aunque no la juzgará por lo que hacía, ella tenía motivos para hacerlo y eran válidos.
Una vez que regrese, mi jefe me esperaba para hacer la estrategia de captura para Roberto Cantú Olivares y sus posibles cómplices, no podíamos actuar inmediatamente debido a que estábamos esperando el resultado de las últimas pruebas de la víctima para proceder a su captura. La estrategia sería ir a su casa con una orden de cateo y si se podía una de captura, mientras que afuera los elementos policiacos se desplegarían por toda la redonda, también por sí acaso, otros elementos irían a su lugar de trabajo en caso de que estuviera allí, además de que todos los aeropuertos estarían vigilados al igual que todas las salidas de la ciudad ya que trataríamos de informar y mostrar a las autoridades del lugar una fotografía del susodicho.
Esa noche mi jefe me mandó a vigilarla a Diana a su lugar de trabajo junto a un compañero por sí ocurría algún atentado en contra de ella, ya que Diana era una pieza clave para poder dar con Roberto, para mí no fue ningún problema ir a ese lugar ya que pensar en volver a verla bailar me entusiasmaba.
Al llegar al lugar tratamos de tener un perfil bajo para no llamar tanto la atención ya que mi compañero era bastante atractivo y atlético, tratamos de estar a una distancia prudente del pequeño escenario en donde bailaban, nos instalamos a una distancia bastante cerca el uno del otro por si necesitábamos ayuda pero sin dejar notar que veníamos juntos, nuestro trabajo fue estar atento a cada sujeto ya que de alguna manera nos habían enseñado a como distinguir a un agresor en público, pero minutos después miré a un tipo sospechoso que trato de adentrarse lo más que pudo entre los asistentes hasta quedar casi al frente del escenario, para ese momento a penas iba a comenzar la función, está vez las bailarinas entraron en otra orden a la noche anterior y Diana no fue la tercera en salir, sino que fue una de las últimas y el público estaba eufórico al verla bailar, incluso yo, pero a pesar de todo no me distraje mirándola porque noté que aquel hombre era el único que no estaba enardecido por verla danzar tan mensualmente, de pronto lo vi buscándose algo y fue entonces que me fui acercando a él mientras que a la vez le hacía señas a mi compañero para que hiciera lo mismo y cuando casi llegábamos hasta él lo vi empuñar un arma apuntando directo hacia Diana, corrí lo más rápido que pude al tiempo que mi compañero lo detenía antes de que jalara el gatillo en dirección a ella, el disparo quedó en el aire mientras yo ayudaba a mi compañero a someterlo, una vez esposado mire a mi alrededor y descubrí que los ahí reunidos se dispersaron para esconderse y escapar de allí, después busque a Diana y la descubrí en el suelo, al verla sentí un raro alivio dentro de mi y me acerqué a ella al tiempo que pedía refuerzos.
Le tome del brazo para ayudarla a levantarse, ella me miró asustada pero no lloraba, ni decía ni una sola palabra, no lloriqueaba como podría haberlo hecho cualquier mujer en su situación, sólo me miraba a los ojos e inconscientemente la acerqué un poco a mí y descubrí que estaba temblando, no era por frío o porque estuviera en lencería, sino porque tenía miedo.
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DESCUBRIENDO EL AMOR
RomanceElla era una prostituta, pero a Astrid no le importó ya que su pasado tenía que ver con algo parecido ademas de que vivió violencia, pero ahora ya todo era cosa del pasado, era una inspectora de la policía y vivía de manera decente con su madre has...