Capitulo 17

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Diana

   Me despertaron las ganas de hacer pis, desperté acurrucada en el pecho de Astrid, sus brazos aún me tenían bajo su resguardo y me embriago de nuevo la felicidad de tenerla junto a mí de nuevo, la contemple dormir unos momentos hasta que mi vejiga ya no pudo aguantar más, con cuidado me fui apartando de Astrid para no despertarla pero a pesar de haber tenido cuidado me tropecé con algo que ocasionó un poco de estruendo para esa hora de la noche, pero para mi asombro Astrid ni siquiera lo noto, no entendía como en esta ocasión su sueño era tan profundo ya que en la casa de seguridad su sueño parecía ser ligero, supuse que se debía a que no estaba en labores sino de descanso y relajación.

   Cuando volví a la cama ella despertó, me busco de nuevo y yo a ella, fuimos atraídas como imanes e instintivas como animales, buscamos nuestros labios para fundirnos en un largo beso que comenzó lento, para al final terminar sin aliento, me estreche más a ella y a la vez enredaba mi pierna izquierda en Astrid que no perdió tiempo en deslizar su mano lentamente por toda mi pierna hasta llegar a mi cadera en donde su mano se metió de bajo de mi blusa para tocar mi piel, nuestras bocas aún seguían unidas y nuestras lenguas habían comenzado a danzar llenas de jubilo, poco después sentí como la mano de Astrid volvía a moverse pero esta ves buscaba deshacerse de mi chor pijama y bragas, así que le facilite el acceso quitando la prisión que le hacía mi pierna, mi corazón latía rápidamente mientras mi respiración se agitaba cada vez más, sentí sus labios en una de las plantas de mis pies, sus manos cálidas envolvían mis tobillos para luego ascender y descender con caricias, yo me erguí para quitarle la playera que llevaba puesta la cual me dejó al descubierto sus dos senos pequeños y perfectos que cabían perfectamente en la palma de mi mano, los acaricie mientras ella cerraba los ojos disfrutando de mis caricias, luego también me despojó de mi blusa dejándome completamente desnuda para ella, pero yo la quería en igualdad de condiciones así que la tumbe a la cama para quitarle las bragas de color negro que llevaba.

    Subí a su cuerpo, quería sentirla completamente, me demore en su boca mientras ella acariciaba mi espalda con calma y llegaba a mis glúteos, volvió a subir hasta que sus manos se enredaron en mis cabellos y de pronto ya me encontraba de nuevo bajo de ella sintiendo su peso sobre mí, sintiendo su piel sobre mi, su respiración agitada cerca de mi boca y nariz, pasó de mi boca a mi cuello, se deslizo un poco a mi costado derecho pero sin dejar de sentir su cuerpo, su mano comenzó acariciarme desde mi omoplato y descendió de a poco hasta llegar a mi sexo en dónde revoloteo como mariposa en flor si posarse definitivamente donde ya la esperaba ansiosa, urgente, y ella lo sabía pero quería verme padecer porque sus ojos me miraban atentamente, nos miramos intensamente a los ojos y de pronto sentí como entraba en mi delicadamente y comenzaba a acariciarme, mientras yo me dejaba caer al abismo de placer que Astrid abría para mi y el abismo fue aun más profundo cuando me penetro con dos dedos y su pulgar se plantó en mi clítoris que estaba duró e hinchado por la excitación que me provocaba el tenerla de esa y muchas maneras, cerré los ojos cuándo sentí que mi cuerpo se tensaba más y más y el placer se acercaba como una avalancha que arrasaba todo a su pasó, y si, me arrasó y me aplastó haciéndome olvidar de todo lo que había pasado, continuo dentro hasta que ya no hubo más en mi y mi respiración era complicada, me beso en los labios que remató por dejarme sin aliento, se abrazó a mi mientras yo regulaba mi respiración.

   Cuando recobre el aire y fuerzas yo tome el control, la bese por cada una de las partes de su cuerpo y en determinado momento succione su piel sin importarme si dejaba huella en ella, pero no se quejo sino que la escuché soltar un largo suspiro y momento después dejaba escapar un gemido el cuál me indico que le estaba gustando y para mi sorpresa yo me excitaba con su excitación, me excitaba saber que le gustaba, al final decidí descender a su sexo pero antes de entrar a el, bese la cara interna de sus muslos, la escuche jadear y se removió ansiosa en la cama, no quise hacerla esperar mas y entre en ella despacio, sintiendo como sus cálidos pliegues se abrían solo para mí dejándome entrar a su mojado ser. Deslice mi lengua despacio por su cavidad, pero después perdí la calma y comencé a moverme más rápido una y otra vez, Astrid se unió al compas y para terminarla de poner loca me pose en su clítoris el cuál estaba duró, rojo e hinchado pero delicioso para lo que se venía y de pronto exploto, gimió mientras la sentí estremecer, era maravilloso verla de esa manera tan encantadoramente desarmada ante mí, Astrid volvía hacer mía y yo de ella, bese su pubis y ascendí hasta su abdomen en dónde me restregué en ella como si fuese una gata contenta por tenerla para mi, ella llevó sus manos a mis hombros y luego a mi nuca la cual acaricio para luego enredar sus dedos en mi cabello otra vez, para atraerme a su boca en donde me beso con frenesí y dio una suave mordida a mi labio inferior.

-Te amó – me dijo en un susurró con voz ronca.

-Yo también te amó – le dije ahora besando la comisura de sus labios, mientras ella ponía sus brazos alrededor de mi.

-No vuelvas a dejarme - me dijo estrechándome fuerte – no hagas caso a nada de lo que puedan decir, la gente siempre habla. Sólo tu y yo sabemos lo que hay en realidad.

-No volveré hacerlo, te lo juro por mi vida.

   Guardamos silencio y lo único que escuchábamos era el sonido de nuestra respiración, para luego comenzar a caer de a poco en el sueño.

   Desperté a su lado, ambas completamente denudas cubiertas por una sabana, creó que pasaban ya las ocho de la mañana por la claridad que se colaba por mi pequeña y única ventana y por el bullicio mañanero de afuera, muy a mi pesar la desperté se le miraba hermosa durmiendo pero seguramente debía ir a trabajar, no tardo en despertar y dejarme ver sus ojos castaños los cuáles quería mirar despertar todos los días de mi vida, le sonreí y ella se acercó para besarme en los labios, nos levantamos enseguida y ella entró a la ducha mientras yo le preparaba el desayuno y por primera vez desde hacía varios días sentí mucha hambre, comió rápido para ir a su casa a buscar algunas cosas personales, ponerse sostén y una camisa, se marchó sin antes darme un largo beso en los labios y regalándome  una de esas sonrisas que me encantaban.

DESCUBRIENDO EL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora