Capítulo 3

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Diana

Era mi último día de reposo tras mi incidente y mañana volvería al trabajo, me encontraba viendo la televisión cuando de repente vi en las noticias que habían encontrado a una mujer muerta, con múltiples golpes y lo que más me llamo la atención fue que a ella también le habían cortado las venas, sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo pues enseguida me vino a la mente que podría ser él, nadie más tenía esa manera de hacer la cosas, tal vez había encontrado una nueva manera de satisfacer sus más oscuros y retorcidos deseos, sentí miedo al pensar en que pude haber muerto y de que aún podía estar en peligro de muerte si habría la boca o si a él se le ocurría cambiar de opinión y venir a buscarme, así que mejor apague la televisión esa había sido demasiada información para mi por esa noche, así que me desnude y entre a la ducha, necesitaba sacarme aquello de la mente para dormir bien, una vez salir del baño apague las luces y me metí a la cama, por lo menos desde mañana no me sentiría tan aburrida. Me acurruque entre mis sábanas y disfrute de dormir de noche por última vez en mi cama.

Al día siguiente por la mañana lave mi ropa sucia, al terminar salí hacer mis compras para eso de las cuatro de la tarde estar desocupada y salir nuevamente pero esta vez para ir al club nocturno, necesitaba practicar un poco el baile en el tubo y calentar luego de semanas sin mover mi cuerpo, pero cuando caminaba por la calle un tanto distraída choque con alguien de frente sacándome rápidamente de mis pensamientos, la mire y descubrí que era una mujer con mucha presencia, alta, fácilmente rebasaba mi altura unos ocho centímetros, sus ojos eran grandes color castaños, me miraban con gran escudriño y seguridad, era de una belleza natural porque descubrí que en su rostro no había ni una pizca de maquillaje, rápidamente me pareció guapa, era la primera vez que alguien me parecía guapa, de pronto me sentí más insegura de lo que de por sí me sentía cuando caminaba por la calle, esa mujer me hizo sentir aun más pequeña sin decir absolutamente nada, con tan solo su cercanía y mirada me hacía polvo, pero de pronto me di cuenta de que ella me había sujetado de los brazos para que no cayera, ahora entendía aquella electricidad que recorría todo mi cuerpo, yo me había tambaleado mientras que ella ni se inmutó, de pronto me sonrió y sentí que el tiempo se detuvo para mi un instante y al mismo tiempo me quedaba sin aliento.

-Discúlpame - dije yo, una vez recobrando la compostura y ella me soltó.

- Lo siento - dijo ella, su voz era grave, notándose que tenía voz de mando.

-Venía distraída - dije tratando de sonar lo más normal que pude - lo siento - dije una vez más.

- No ha pasado nada - y me sonrió de nuevo - hasta luego.

Y emprendió su camino de nuevo, que sensación tan extraña sentía todavía cuando se alejaba de mi, era algo jamás experimentado en mí pero sin duda me hacía sentir bien, era como adrenalina, sin poder evitarlo voltee a verla y para mi sorpresa ella hizo lo mismo, me dedico de nuevo otra sonrisa y yo se la devolví aunque en el fondo sentí una enorme tristeza por ser quien era, de no poder ser alguien que pudiera hablar con personas del tipo que me acababa de topar esta tarde, me sentía sucia y el insecto más rastrero sobre la tierra, una mala persona por ser quien alejaba a muchos hombres de las esposas y novias, pero si no era yo, había muchas más u otras que tal vez ni siquiera se dedicaran hacer lo que yo, pero que al final del día robaba las caricias del ser amado, quizás esa era una de las razones por las que jamás me había enamorado, no creía en los hombres ya que mi padre abandonó a mamá a penas yo naciera, la pobre trabajo muy duro para mí, yo la pasaba entre guarderías y escondida por las tardes de bajo del escritorio de mamá, decía que yo no daba muchas molestias y que era fácil de manejar, así fue durante un tiempo hasta que fui al jardín de niños y por las tardes guardería, ver a mi madre se hizo menos, al entrar a la primaria volví por las tardes a su lugar de trabajo, hasta que casi al final de la secundaria la corrieron debido a que el negocio quebró, tardo días en encontrar empleo hasta que consiguió ser cajera en una tienda y yo fui cerillera durante los fines de semana para ayudarla, pero enfermo del corazón y vinieron muchos gastos, termine la secundaria para trabajar del diario de cerillera y así poder comprar su medicina y pagar la renta, luz, agua, comida y gas, sumándole los gastos que surgieran de imprevisto.

DESCUBRIENDO EL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora