⁀➷O4: Un sueño, una pesadilla.

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NamJoon miro de nuevo el teléfono en su mano, no sintiéndose capaz de hacer la llamada. Tenía días intentando contactar a sus abuelos o papás, cada vez que estaba a nada de marcar recordaba que el los había desobedecido y que de seguro cuando ellos contestarán del otro lado de la línea, él se rompería en llanto explicando lo que había sucedido.

Tenía miedo de las reacciones de su familia, no se sentía capaz de hacer algo en esos momentos.- Entre más lo pienses, más dificil se te hará. -se dijo así mismo.

El castaño miro hacia el patio de su casa, justo donde estaba la cerca que dividía la montaña de su hogar, trago pesado al solo recordar el rostro de aquel tipo. Habían pasado casi once días desde lo sucedido, cuando él y sus amigos encontraron la salida de la montaña, ninguno tuvo el valor para decir o hacer algo.
YoonGi se había despertado después de aquel ataque de pánico que tuvo, el rubio se despidió de ellos y tomo rumbo a su casa, TaeHyung hizo lo mismo, sin embargo el menor no se despidió ni dijo absolutamente nada. El solo se fue mirando hacia el suelo.
NamJoon por su parte sentía un miedo horrible al estar solo en su casa y más, estar tan cerca de ese lugar.
Él sabía que algo malo iba a pasar, lo sentía de alguna manera extraña, pero lo sentía, además, los animales que habitaban la montaña huían de la misma buscando refugio en algún otro lugar. El viento se mecía de manera extraña desde hace largo rato, además el juraba decir que se escuchaba un lamento en lo más profundo del lugar.

Rendido, dejo el teléfono a un lado de la mesa, frotó su rostro intentando alejar la tensión que iba creciendo.- Buenas tardes. -dijo una voz detrás de el castaño quien pegó el grito al cielo por el susto, miro hacia la puerta, TaeHyung estaba parado mirando al suelo con expresión de cansancio.

-¿Podrías tocar la puerta y no entrar solo así?. -reprocho con el corazón latiendole rápido- Cielo santo, me asustaste.

-Lo siento, pensé que no estabas en casa. -murmuro muy bajo en lo que se hacía paso hasta estar al lado de NamJoon, se sentó frente a él, jugo nervioso con sus manos.

NamJoon no le tomo importancia, se limitó a asentir- ¿Y eso que vienes a verme?. -pregunto, le causaba curiosidad ya que desde aquel día TaeHyung no se había aparecido por su casa.

-Bueno. -dijo el menor incomodo- YoonGi me llamo, me dijo que viniera. -respondio.

-¿YoonGi? -eso sonaba extraño-, yo lo estuve llamando y nunca me contestó las llamadas.

-Yo también lo llame, pero no me contestó, fue él quien me llamo esta mañana y me dijo que viniera a tu casa.

-¿Así que va a venir?.

-Sí. -afirmo- me dijo que no tardaba que el, quería hablar con nosotros sobre, eso. -termino a decir haciendo comillas con sus manos.

Justo a tiempo el rubio mayor entro a la vivienda de NamJoon, seguía teniendo ese aspecto frívolo y aburrido en su rostro, vestía con ropas oscuras y en su mano llevaba una bolsa de cervezas- Hola chicos. -dijo desganado, su voz sonaba casi rota como si no la hubiese usado en días- Traje cerveza y botanas. -menciono dejando la misma bolsa en la mesa, no pidió permiso ni nada, él solo se sentó sin mirarles, sacando las cosas de la bolsa. TaeHyung miraba hacia el suelo, NamJoon evitaba tener contacto con ellos.- Sírvanse. -el castaño tomo una lata de cerveza al igual que TaeHyung, solo bebieron sin decir nada.

El silencio era tan incomodo para todos ellos, no sabían que decirse ni como romper la tensión, era abrumador ya que nunca habían estado en esa situación. NamJoon miro la tercera lata de cerveza que se tomaba, estaba inquieto, tanto que por puro instinto miro de reojo a sus amigos, ellos estaban igual, cada quien en su propio mundo.
NamJoon miro el aspecto de TaeHyung, el chico tenía ojeras marcadas en sus ojos, la sonrisa que siempre lo acompañaba parecía haberse borrado así como así, se miraba tan mal.
Después miro a YoonGi, el rubio miraba hacia el patio, a ese lugar más allá de la cerca, NamJoon no paso desapercibido en ningún momento la expresión de preocupación en su rostro, incluso, sus ojos estaban hinchados y rojos, como si hubiese estado llorando sin parar por días, mordía sus labios con impaciencia, movía sus dedos inquieto, incluso suspiraba para no llorar.

Los Dioses del Cristal. © |YoonMin, TaeKook, NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora