⁀➷14:『El Cuento antes de dormir.』

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Nuestra historia se remonta a finales del periodo Paleolítico[1], entre el sur y norte de lo que ahora conocemos como Francia en el año 3500 a.c, nos situaremos en la zona abandonada de un imperio antiguo que no es necesario decir su nombre, ya que, al lector seguro eso no ha de importarle, para esos tiempos se dice o se tiene la creencia que la humanidad pobló gran parte del continente que ahora conocemos como Europa, pero cabe aclarar que está la teoría de que hace ya bastante, pero bastantes milenios solo existía una extensión de tierra habitable, claro, que los cambios atmosféricos y sísmicos provocaron después que lo que antes era solo una extensión de suelo, se convirtiera en lo que ahora son cinco grandes continentes, pequeñas y grandes islas alrededor del mundo. Debemos decir, que esa teoría no está aún del todo confirmada.

Pues bueno, como ya hemos dicho, la historia se centra en los tiempos en que se dice la tierra poseía un solo suelo, extensamente grande, que era habitada por el triple de humanos de los que existe ahora, eso quiere decir que era un aproximado a 21,000,000 millones de personas, pero como siempre recordemos, que no hay una cifra exacta, pudieron haber sido menos o quizá mas, pero bueno, dejándonos de tantas explicaciones vacilantes empecemos con el relato que a todos nos interesa.

Para esos tiempos, se tiene la creencia que la humanidad era gobernada por un solo imperio que se dividía en dos, el imperio Norte y el imperio Sur, quienes resultaban siendo los mismos pero divididos. Ya que, en ese entonces la humanidad tenía un incremento de natalidad y una disminución de mortalidad, se había dictado que solo las personas que eran de utilidad tenían el derecho de vivir en las ciudades grandes que se dividían en sectores. Pero, para aquellos que no eran de utilidad para el imperio se les exiliaba a la zona cero o bien, como se le conocía vulgarmente, la zona abandonada donde todos los que llegaban no tenían las de sobrevivir más de una década.

Dicha zona se localizaba a las orillas del imperio, donde grandes muros de aproximadamente veinte metros de alto y diez de ancho protegían las entradas para que nadie de ese lugar pudiese huir o intentar entrar.

Más que todo, era una prisión para gente que no cumplía los requisitos para tener una vida al menos decente, todo aquel que era enviado a la zona cero, tenía el destino de ser solo un estorbo, inservible, y jamás, jamás se le permitiría entrar al gran imperio; también, aquel que desertara contra el reino sería castigado y enviado a cumplir condena en dicho lugar, también tenemos que decir, que no exactamente vivían mártires en dicha zona, ya que era habitada por la peor clase que se podía haber, aunque también había gente que solo tuvo muy mala suerte... Tal fue el caso de Park KiungShi, un ex general que por solo tener diferentes ideales a los de su hermano mayor (quien resultaba ser nada más y nada menos que el gobernante del imperio Sur), fue desterrado y obligado a vivir el resto de su vida sin gozar de ningún lujo en la zona abandonada, donde tuvo que aprender a sobrevivir por si mismo, soportando los peores martirios, aún así, KiungShi era fuerte, valiente y jamás se rindió antes las adversidades y, poco a poco fue superándose y haciéndose de un renombre en la pequeña comunidad donde vivía, se desempeñó como herrero instruido por un anciano que fue muy amable y le tendió una mano, para cuando Park KiungShi tenía treinta años era una figura respetable y admirada entre toda la gente del pueblo, todos querían que fuese su amigo, vecino y entre las mujeres y también hombres soñaban también con que fuese su esposo, pero el joven herrero, ex general de la realeza solo tuvo ojos para una sola mujer en su vida y esa fue Jeon HyRel, una joven y bella muchacha de cabellos rubios y ojos verdosos que deslumbraba sabiduría y tenacidad, era de familia muy humilde nacida en la zona cero, ella al igual que él, sentían el mismo deseo poderoso del amor, y poco tiempo después se casaron, estando muy enamorados.

Tal vez no tenían los lujos con los que gozaban las personas fuera del muro, pero ellos poseian el amor que tanto añoraban los del exterior.
A los tres años, Park KiungShi y Jeon HyRel le dieron la bienvenida a su primer hijo, a quien nombraron Park JiMin, un pequeño y bello varón de cabellos castaños como los de su padre y atrayentes ojos verdosos como los de su madre, de piel extrañamente nivea y lindas manos pequeñas, con un rostro que transmitía paz y tranquilidad y sobre todo, labios un tanto abultados para su edad. Sin duda, era un bello ser, nacido entre tanta pobreza pero jamás le haría falta el amor.

Los Dioses del Cristal. © |YoonMin, TaeKook, NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora