❝Una muerte, un castigo eterno, dos tumbas malditas, dos entes peligrosos, dos poderes destructivos, tres exploradores curiosos, una advertencia ignorada, dos tumbas abiertas, dos seres peligrosos liberados de un castigo eterno, una venganza, una gu...
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Para eso de unos quinientos años, los rumores de la completa conquista de dos dioses, era el tema de la humanidad de ese entonces.
Las leyendas sobre el Dios del Cristal Negro y el Dios del Cristal Blanco crecieron tanto, que no había quién no supiera que sus grandes emperadores eran seres inmortales que nadie podía derrotar.
La gente adoraba a sus Dioses, después de todo aquellos que los gobernaban les habían dado completa libertad en decidir. No existían desigualdades, todos eran tratados por igual, no importaba quién tuviese más riqueza o quién tuviese poca, eso jodidamente no importaba, porque esa era la ley que habían impuesto sus líderes.
Desde hace quinientos años ellos regían el reino dividido en dos, la gente entonces tuvo que escoger a que reino querían pertenecer. ¿El reino del Zafiro, o el reino Templado?. Cuando la gente decidió a qué reino pertenecería también habían aceptado las reglas que cada líder tenía.
JiMin, quien era el emperador del antiguo imperio Sur, ahora conocido como Reino del Cristal Templado, les puso cinco inquebrantables reglas a sus ciudadanos. La primera: nadie podía quitarle nada a nadie con intensión de avaricia. La segunda: todos debían ayudar al desamparado no importando su estatus. La tercera: aquél o aquellos que se atreviesen a tan siquiera querer arrebatarle su trono, sería ejecutado. La cuarta: las tierras serían divididas para la gente, cada quién tendría una vivienda propia y el que quisiera expandirse debía pagar una cierta cantidad de interés, eso para evitar los problemas. La quinta y las más importante según los que lo cuentan: nadie era propiedad de nadie y por ende, aquél que se atreviese a hacer algún trato ilícito que implicaba la vida de inocentes, sería ejecutado.
El reino del Cristal Templado se formó bajo toda la extensión de tierra que antes se creía muerta. Las calles y avenidas fueron pavimentadas con cristales blancos que también servían como una luz en las noches para que la gente tuviera seguridad. Las casas eran hechas del mismo material para todos, habían grandes construcciones hechas de cristal por todo el reino, el castillo que se mantenía muy alejado del pueblo era el que tenía un cristal mucho más delicado y brillante. La vegetación y los animales permanecían entre el pueblo como una fuente de alimento y consumo. Parecía ser un trato justo a cambio de solo lealtad. Eso decían.
Ahora pasando al otro imperio, aquel que era gobernando por Jeon JungKook. El Dios del Cristal Negro era un tanto más peculiar de lo que parecía, ya que el reino entero estaba rodeado de un muro de diez metros de alto que mantenía a las personas en su interior, aunque habían muchas salidas eso no quitaba en que seguían estando encerrados. El castillo del emperador del reino de Zafiro, se encontraba justo en el centro del imperio, este permanecía cerrado con grandes puertas que no le permitían el acceso a nadie. Las reglas de este imperio eran solo tres. La primera: aquél que se atreviera a estar en contra de su rey, sería ejecutado. La segunda: todos eran iguales y nadie tenía permitido hacer algo en contra de otra persona con intensión de lastimar o utilizar, aquellos que rompieran esta regla serían torturados y luego asesinados. La última regla era más sencilla: nadie debía entrar al castillo a excepción de los que lo tuvieran permitido.
