⁀➷O9: Forzando.

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"¡Debiste morirte tú!. Te odio, ¡Te odio tanto! ¡Tú los mataste, tú maldito egoísta, tú eres el causante de esto!."

"Muerete, muerete... Quiero que te mueras tu... Tú debiste morirte y no ellos... Tú debiste morir."

"Maldigo el día en que tú y yo cruzamos caminos, lo maldigo, así como me maldigo a mi al haberte considerado mi amigo."

"Los matasté, matasté a mi familia por qué tú no pudiste tener una."

"Así que paga las consecuencias con el peso de la culpa"

TaeHyung miro suspicaz cada movimiento del sujeto frente a él, en como sus manos se hacían dos puños y su respiración se ponía pesada, en como las lágrimas abandonaban sus ojos cada que el cerraba sus párpados para que nadie le viese, su rostro miraba hacia el techo, TaeHyung comprendió que quizá se imaginaba o recordaba algo que le dolía. Tal vez era algo que le lastimaba el alma, pero aún así, no quitaba que el sujeto de nombre JungKook parecía herido, muy, muy herido.

¿Qué tanto daño hiciste y que tanto daño te han hecho? Pensó, el prisionero. Posiblemente había hecho más daño que haber sido dañado, tal vez haya sido al revés. No lo sabía. Pero tampoco estaba interesado en saberlo.

Así que alejo su atención del Dios del Cristal Negro, y prefirió perderse entre sus recuerdos, aquellos que añoraba con su vida. Pensar en cosas buenas lo haría olvidar por un momento el tormento que su mente, alma y cuerpo estaban viviendo.
Ayudaba mucho que su carcelero le haya encerrado en una celda no muy lejos del trono, así podía al menos tener una cama, para dormir, no cómoda, pero no podía pedir algo mejor en su posición. Se dio la vuelta, viendo a la pared, intentando con todas sus fuerzas no escuchar el leve sollozo del chico que se volvía un eco entre las paredes del castillo solitario y justo eso le hizo pensar también a TaeHyung.

Este castillo, parece que siempre ha sido así de solitario, ¿Quizá, nadie se atrevía a ver al dueño de tal construcción?. Entonces volvía a lo mismo, ¿Que tanto daño había hecho ese Dios como para que su propio castillo fuera igual de solitario que él?. Tal vez, algo muy grave, volvía a repetirse TaeHyung, algo que quizá daño la vida de muchas personas como para que todos lo odiarán.

TaeHyung sacudía su cabeza, no era su problema, se repetía con insistencia. El debería de estar recordando sus buenos momentos al lado de sus seres queridos, debería, pero lastimosamente no lo hacía. En su mente solo podía preguntarse y preguntarse una y otra vez.

¿Por qué lloras así, tan, tan desconsoladamente?. Odiaba tener que sentirse así, tan curioso de él, tan jodidamente necesitado de saber el por qué, y como siempre, como en cada ocasión ocurría el provoca la ira del Dios del Cristal Negro con sus insistentes preguntas.

Dejo de hacerse el dormido para ponerse de pie, avanzo unos pasos de su celda para poder estar un poco más cerca, le miró retador como siempre, antes de preguntarle:- ¿Por qué lloras?. -su pregunta resonó por todas las paredes, captando la atención de JungKook al instante-. Anda, escupeló, me tienes harto con tus lamentos. -dijo molesto, tanto que pateo las rejas de la celda-. ¡Solo dilo, por tu llanto no he podido tener paz al dormír!. -temblo leve al saber que el otro chico se había enojado, guardo silencio por un momento, JungKook le miró tan carente de alguna emoción en su rostro.

-No te interesa. -respondio muy bajo. Con la manga de su traje se limpio bruscamente el rastro de lágrimas, respiro profundo y se dio la vuelta para poder sentarse en su trono.

TaeHyung chasqueo la boca.- Tan mentiroso, tan mentiroso, tan mentiroso, tan mentiroso. -repitio casi ido-. Tan cobarde y mentiroso. -JungKook rechino los dientes mientras escuchaba los alaridos del humano encerrado unos metros lejos de él.-. Y sobre todo, un quejumbroso.

Los Dioses del Cristal. © |YoonMin, TaeKook, NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora