Hoja unø

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Ya había pasado seis años desde que Levi había tomado la decisión de dejarme plantado en pleno altar. Había estado mucho mejor, continuaba trabajando en la empresa de Erwin y nada había cambiado, excepto que el azabache se había ido al otro lado del mundo a cumplir cierto trabajo que Smith le había adquirido y él había decidido ir justo el día del matrimonio... con su otra amante.

-He.. Hola -Levante la vista encontrando a un chico de cabello rizado algo desordenado, pero que ciertamente le quedaba bastante bien.

Sólo sonreí.

-¿Puedo sentarme contigo? -al chico se le veía cierto nerviosismo.

Yo asenti a lo que había preguntado y se sintió más relajado. Por mi parte seguí anotando un par de cosas en los documentos que el cejas me había pedido que rellemara así que aproveché el tiempo libre para poder retirarme más temprano en un Lunes.

De reojo vi al tipo que se había sentado en mi enfrente y tenía pinta de no pasar los veinti tres años, portaba en las manos anillos metálicos, una pollera negra que en letras celestes tenía marcado el nombre the strokes (un grupo de rock alternativo) y encima portaba una chaqueta de cuero no tan exagerada y unas pulseras color negras en las muñecas al ser de piel clara le beneficia bastante.

Y consigo traía una taza de café latte.

-Oye, no creo ser del otro vando, pero me haz parecido un chico bastante atractivo -yo sólo reí ante el comentario.

No era la primera vez, pero tampoco era que me acostumraba a esos comentarios por parte de los chicos.

-Gracias, tu tampoco estas nada mal -el chico pareció sorprenderse.

Podía tener la apariencia de un chico, pero mi voz seguía siendo bastante fina, pero no muy molesta.

-Oh, eres chica -pareció sentirse más relajado-. La verdad por la vestimenta y tu cabello, pensé que eras chico, pero veo que es lo contrario -.

Sonreí de nuevo, no sabía que contestar puesto a que siempre es incómodo decir la verdad. Que era una persona diferente, pero que no era lesbiana.

-Oye, puedes estar tranquilo. No juzgó por mirar -.

-No es eso, sólo que es difícil de explicar -.

-Ah, ya veo. Eres una alienígena -.

Solté un sonoro Jum.

-Simplemente, aparento ser un chico, pero en el interior soy mujer, así que... Si, me gustan los chicos -.

Él  me sonrió y yo decidí por tomar un sorbo de café y seguir con mi trabajo, la hora se me estaba pasando por platicar con él y yo quería terminar lo antes posible con mi trabajo.

-Hay algo que me gustó más de ti -yo lo mire con curiosidad.

-¿Así? ¿puedo saber que es? -.

-...El profundo negro de tus ojos -.

Quedamos en silencio por un largo rato. Un largo y para nada incómodo rato para que yo analizará de que clase de piropo era el que me acababa de decir.

-Wua, bueno va mi lista de piropos oficialmente -respondí bromeando.

-¿Puedo anotar algo mas en tu libreta? -.

Asenti. Por lo cual tomó la libreta y comenzó anotar bastante tranquilo, yo sólo me limite a verlo. Tenía la piel bastante cuidada y un poco de bigote de quinceañero, pero no le quitaba lo lindo.

Me entregó la libreta.

-¿un número telefónico? -Levante una ceja.

-Es mi número telefónico -respondió orgulloso.

Ambos sonreimos y por mera causalidad desvie mi vista a la computadora donde salía que mi jora de almuerzo había pasado hace cinco minutos por lo cual me sobresalte y comencé comencé guardar mis cosas.

-¿Ya te vas? -.

-Si, me hice tarde -guarde mi computadora en mi bolso.

-Por cierto me llamó Manuel -le sonreí y camine hasta la puerta- ¿¡Y el tuyo!? -.

Me detuve y lo mire -Es uno de chica -.

Arranque apenas subí, me preguntaba el porque le había dado esa respuesta, no sonaba como algo totalmente misterioso y mucho menos algo sumamente cool, pero era lo primero que se me venía a la cabeza en ese momento...

La vida no es como las películas.

Estacione en la parte que decía mi nombre, era personal (tantos años en la empresa tenía sus beneficios), además de tener suerte de que sea por alfabeto, no pregunten quien el de la idea.

Aún así, podía pasar alado del estacionamiento personal de Levi y desde que de fue nadie pudo tocarlo. Sinceramente era mejor así.

Una vez las puertas del gran ascensor se abrieron fue recibida por una multitud muy grande de puros comentarios del tipo:

"¿cómo va esto?"

"¿anotó su asistemcia en el baile?"

"Compré frapucchino no capuchino"

"No me despida"

Cerré la puerta en cuanto entre a mi oficina, tomé una gran bocas de aire, porque me estaban sofocado demasiado, me quitaban el dióxido de carbono que a mi me costaba producir, pero mi soledad no queda allí. Apenas estaba por sentarme y Erwin salvaje aparece.

-Hola ______ -.

Me tiré de golpe en la silla.

-¿cansado? -.

-demasiado agotado -dije mirando el techo.

Me sonrió con cariño -¿piensas venir a la fiesta? -.

-aah, no -tomé la carpeta.

-¿porque no? -.

-Porque no quiero ser acosada -moví las manos.

-Deberías, quizás conozcas a alguien -.

Lo mire -de hecho conocí a alguien hoy en el almuerzo -.

-¿....? -.

-pero tener que enamorarme, sería como repetir lo que no quiero -.

-no necesariamente tienes que repetirlo, si te ha visto así y lo ha aceptado, debería ser suficiente para ti -.

-lo pensaré Erwin -dije al final.

Pienso que si me hubiera casado esa vez con Levi. Hubiera sido lo mismo que casarme con el mismo diablo.

SUSURRAME (Levi x Lectora) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora