El instituto no fue el mejor lugar al que pude ir en realidad, fueron muchos problemas y falta de emociones las que me hicieron casi perder el año. Mi cabello era tan largo que a veces se rompían las gominas que me amarraban para no tener cabello en la cara.
-Me dan ganas de cortarlo -comenté a Takumi mientras me agarraba todo el montón.
-No estaría mal -botó aquel humo de cigarrillo.
-¿Puedo fumar? -.
-¿Qué? -me miró atónito.
Yo no veía lo raro en probar un cigarrillo a una pubertad edad, claro que Takumi era dos años mayor que yo y aun así iba en curso bajo como el mío, entendía su rareza yo siempre había sido la más tranquila y misteriosa del salón. Eso a ellos les gustaba.
-Te harás daño con esto -.
-Sólo quiero probarlo -.
-...Esta bien, pero no mucho -me lo dio.
Inhale un poco como lo hacia los demás, pero apenas entró entró mi garganta toci como enferma mental; Imagínense la tos con flema e imaginence tener esa flema con falta de respiración, todo eso junto era yo tosiendo.
-Sabe asqueroso -.
El palo andante se reía en mi cara por la ocasión además el gesto que según él había hecho en ese momento. No teníamos clases, sólo estábamos haciendo hora hasta que nos dejen salir del Instituto para ver a Levi, tan sólo pensarlo se me aceleraba el corazón, pero a mi compañero no le gustaba la idea que estuviera con él, como siempre Takumi evitando mis contactos con hombres que no sean él.
Takumi podía parecer tóxico, pero en realidad le gustaba joderme la existencia.
-¿Qué tal el Instituto? -Levi me preguntó con algo de interés. Habíamos pasado la mitad del camino sin hablar.
-Todo bien, no pasamos nada especial -.
Observé nuestras manos entrelazadas y no evite en sonrojarme de tal manera que sentía que parecía un tomate, más sensaciones venían en ese sonrojo, que me hacían preguntarme si Levi también sentía esa sensación o sólo era yo sintiendo por los dos juntos, a estas alturas no dudaría que haya sido la última.
-Hiciste algo -me observó por el rabillo.
-¿Qué? -.
-No haz hablado y estas nerviosa -me miro serio esperando una respuesta.
-...Fume un poco -respondí apretando el brazo de la mochila.
Levi obviamente no estaba muy contento con lo que le dije, de hecho su rostro se tornó oscuro. Acercándose a mi, estábamos solos en el departamento, su madre trabaja y su tío no volvía hasta dentro de dos días, mikasa estaba en taller de reforzamiento y no venía ni llegaba a casa hasta las ocho. Por lo tanto ambos podíamos hacer lo que quisiéramos en esa casa. Además que mi madre trabaja encerrada en una mansión como sirvienta y tenía permiso de salir los domingos para volver ese mismo día en la noche.
Me tumbó en la cama acorralandome por completo.
-¿Quien te dio? -.
-Un compañero... -susurre.
-¿Qué compañero? -se acercó para besarme.
-...Takumi -antes de hacerlo se frenó, me miro por severos momentos y se apartó de mi disgustado.
-Ve a lavarte los dientes, hueles a tabaco -.
Me quedé echada en su cama meditando lo que me dijo para luego con la poca dignidad y las ganas de llorar que tenía, me levanté para hacer el mandado, por suerte siempre llevaba un cepillo en mi mochila para después de cada comida en el Instituto.
Sentí como un cuerpo se apego en mi parte trasera una vez me agacha para enjugar mi boca con el líquido del agua y así terminar mi lavado. Movió sus manos debajo de mi falda acariciando mis muslos y luego meter su mano en mi ropa interior.
-Levi... -.
-Mereces un castigo, no puedes estar fumando -olfatio mi cabello- incluso te quedo ese aroma atabaco en el pelo... vamos a ducharnos -.
Y en ese entonces, nosotros ya lo habíamos hecho un par de muchas veces en la bañera al igual que en su cama siendo él mi primera vez entre tantos hombres que me deseaban como lo hacia Levi y siendo primeriza sabía muy bien que el oliva sabía manejarse en temas del sexo y que no había nadie que se moviera mejor en la cama que él al punto de no dejarme saciada de su propio cuerpo y moviendome como el quería.
-Aah, Levi -susurre con lujuria mientras me movía arriba suyo.
-Tsh... mocosa -apretó mis pechos, moviendome en círculos sacándole uno que otro gemido, cosa que me encendía más.
Porque no había nada mejor que Levi gimiendo vulnerablemente.
-Me veo que no dejaste el cigarro después de todo -lo mire.
-Hum.. -.
-Rompiste la promesa -se apoyó en la pared.
-Tengo como juzgar eso Levi y lo sabes -apague el cigarrillo.
Esos bellos ojos me juzgaban de arriba abajo como buscando algo o deseando. No me sentía incómodo, pero tampoco era como que quisiera que tenga deseos lujureosos conmigo en estas horas de la en el trabajo en un día Lunes nuevo de la semana. Al parecer el incidente de ayer se le había olvidado.
-Me tengo ir -me retire lo antes posible apretando el botón del ascensor.
-¡Levi! -me retorci de placer al sentir más profundo aquello que le hacía hombre - ah... ah -.
Entré al ascensor de prisa, queriendo escapar del mismo demonio, pero era demasiado tarde, Levi había entrado conmigo lo cual me pone más nervioso estando encerrados los dos solos en un lugar tan pequeño y casi sin gente, puesto que nos toco quedarnos a terminar proyectos o al menos ese era mi caso.
-¿Te gusta? -movía sus caderas en círculos- ¿Te gusta que te la meta? -Me penetró con fuerza.
-Si... -susurre exhausto.
Ocasionaba algo de sonido como mi dedo índice contra la pared café del ascensor para calmar mi ansiedad, aun que creo que eso lo hacia notar más de lo debido, cosa que hizo que Levi no me quitará la vista de encima.
Cerré los ojos.
-Me encanta tu cuerpo ...ah -jadeo.
Volví abrir los ojos de golpe al recordar aquel momento en donde su cuerpo chocaba con el mio cuando teníamos apenas deciciete años y yo había decido entregarme a Levi de una forma diferente terminando gustandome y hacerme adicto a un cuerpo que no terminó siendo completamente mío después de todo y a él gustandole la forma en la que yo era tan vulnerable en simples cosas haciendolo sentir el amo.
Me coloque más nervioso y el oliva no demoró en agarrarme la muñeca estanpandome en la pared de la salida del ascensor, en es pasillo completamente solos.
-Te mereces un castigo por fumar -.
Me besó y yo todo vulnerable como siempre, termine por corresponder porque yo también quería que me castigará de esa manera, porque después de todo lo deseaba lujuriosamente y eso era lo único que teníamos en común los dos.
-¡Ah! ... ______ -.
Mi departamento fue en esta ocasión.