capítulo 6: Propuesta.

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Elsa

Con las chicas nos quedamos más de tres horas en la piscina del jardín. Al llegar la noche, pedimos pizza, comimos y ahora nos acomodamos en mi cuarto.

– Y Elsa, ¿ya tuviste novio?

Su pregunta me tomó por sorpresa. Sonreí algo tímida e insegura.

– Sí.. – horribles, por cierto. – Pero no me gustan las relaciones, pienso que arruinan todo lo lindo.

– Cuanta sinceridad.. – Merida sonríe. – Al fin alguien que me entiende. – sigue buscando una película.

– ¿Tú? Si nunca en tu vida te enamoraste.

Merida la fulmina con la mirada.

– Lo que quiero decir es que no se puede opinar sin antes sentirlo, o más bien, vivirlo.

– Mejor diles eso a las chicas que terminaron con los corazones rotos por culpa de Jack. – contesta Merida con sarcasmo.

La película comenzó y en mí cabeza seguía rondando lo que Merida dijo. No soy de entrometerme en la vida de los demás ni nada de eso, es solo que no entiendo la razón, la 'satisfacción' que una persona siente al lastimar a otra.

No física, sino sentimentalmente.

~•~

– ¡Despierten de una vez! Habíamos quedado en ir al centro. – Merida sigue empujándonos.

Abrí los ojos lentamente y los volví a cerrar por la jodida luz que entraba por la ventana.

Anna se queja con los ojos cerrados. – Maldición, Merida.. Tengo sueño.

Mientras ella intentaba despertar a Anna yo me levante y fui al baño para cambiarme. No tardé tanto en escoger la ropa.

– ¿Vamos? – pregunta Anna, ya preparada para salir

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– ¿Vamos? – pregunta Anna, ya preparada para salir.

– ¿No van a desayunar primero, niñas? – pregunta mi tía.

– Comeremos algo en el centro, tía. – sonrío, dejándola más tranquila.

– Ok, cuidense.

Salimos de la casa y tomamos un taxi, en el camino pude ver muchas casas grandes y un hermoso parque donde los niños jugaban. Más a lo lejos había una escuela primaría, muy linda.

– ¿Te gusta la ciudad, verdad? – Anna sonríe leyéndome la mente.

– Sí.

Al llegar pasamos por al lado de los negocios, toda la ropa que cualquier chica desearía tener en su armario estaba aquí, y eso era genial.

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