La mirada de Anna realmente daba miedo, y mucho más porque sé que ella sabe a la perfección cuando yo miento. Es una especie de bruja y niña adorable a la cual hay que temer.
– Jack, espero que no sea lo que creo que es. – me mira mal.
– ¿Qué es lo que crees? – me cruzo de brazos esperando una respuesta. – Anda, dilo.
– Lo sabes. – se molesta. – No quiero que le hagas nada a Elsa, ella ahora es nuestra amiga.
– Querrás decir TU amiga, – aclaro. – porque mi amiga no parece. Además no sé porque dices eso si yo no le haré nada.
– No me importa, Jack. Si le haces algo a Elsa olvídate de nuestra amistad. – me advierte y se va.
Entiendo que ella, como amiga, es capaz de hacer cualquier cosa. Pero no entiendo cómo le tomó tanto cariño en tan solo unos días mientras que a mí me conoce desde que éramos niños.
No tiene sentido.
– Creo que estás en serios problemas.. – Hiccup cuestiona. – Será mejor cancelar todo.
– No me interesa lo que Anna diga, nada cambia, ¿ok?
– Lo que tú digas. Después no digas que no te lo dije.
Elsa
Las chicas me dijeron que su profesor podía llegar a ser estricto y lo fue. Pero cuando termine de cantar le fascinó mi voz, incluso dijo que tengo potencial.
– Te dije que lo harías de maravilla. – Merida sonríe.
– Todavía no puedo creerlo.. – digo emocionada. – ¿Dónde está Anna?
– Dijo que buscaría algo, ahora regresa.
Mientras nosotras esperábamos, Astrid y Rapunzel se acercan a hablarnos.
– Linda canción, estuviste muy bien. – Astrid se acerca a nosotras con una linda sonrisa.
– Gracias – sonrío.
– Sería un milagro que el profesor te acepte, – se acerca Rapunzel. – él sólo acepta a chicas que llevan años en su clase, no a nuevas sin experiencia.
De repente mi sonrisa se va.
Esta chica desde que la conozco que no nos llevamos para nada bien. No entiendo cuál es su problema.
– Por lo que yo sé todos fueron nuevos aquí, además, la última palabra la tiene él. – digo defendiéndome. – ¿No?
– Elsa tiene razón, Rapunzel. – Merida se pone en medio de nosotras. – Yo estoy segura que la van a aceptar y más con el potencial que tiene en el escenario.
– Bien.. Como digan.
En eso llega el profesor de música, Luke.
– Elsa, – deja su libreta sobre el piano. – me encantó como cantaste, de verdad. Tienes mucho talento y sobre todo lo disfrutas, eso es genial. – ¿Pero..? – Pero vas a necesitar de más práctica.
Y es ahí cuando mi felicidad y entusiasmo se va.
– Por ahora, no voy a ponerte en práctica ni nada de eso ya que estamos a mitad de año y sería pérdida de tiempo. Igual vas a tener que buscar un grupo.
ESTÁS LEYENDO
•Nunca Digas Nunca•
Teen FictionNo había mucho entusiasmo en la vida de Elsa, no hasta que sus padres le dan la noticia de que debe continuar con sus estudios en otro país, en otra ciudad. Las expectativas de cambiar su tímida personalidad estaban muy lejos de cumplirse, ya que pa...