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Narra Tercera Persona

Después de tal encuentro, Pete y Ae se dedicaron a admirar la hermosa noche que tenían frente a sus ojos. Ae estaba sentado en el frío pasto mientras que Pete se encontraba acurrucado en su regazo.

Ae por fin había podido hacer que Pete durmiera, el último mencionado no quería dormir ya que al día siguiente partiría, y este quería pasar toda la noche junto a Ae.

Para que Pete pudiera conceder el sueño Ae decidió tararearle una canción, una que en ese instante se convirtió en la melodía favorita de ambos, ya que Pete se le unió y dejo de tararearla cuando se quedo profundamente dormido.¿Cómo se llamaba la canción? A lo mejor se llama "Te Amo" o "Nunca Te Vayas" ya que esa pequeña sinfonía fue creada desde lo más profundo de su corazón, una melodía hecha por ambos y solo para ellos.

Actualmente, Ae se encuentra hincado en el suelo de la habitación de Pete mientras que su mano acomodaba lo cabellos castaños del bello durmiente que  se encuentra acostado en su cama.

—Sabes Pete, eres lo mejor que me ha pasado, te extrañare tanto...

Ae depositó un beso en la frente de Pete y lo miro una vez más, el mayor dio un suspiro en donde todos los momentos (en especial la noche que se conocieron) vinieron a su mente. Sería todo un reto no ver la cara de Pete para Ae.

   >>¿Hay alguna manera para poder contactarme contigo?<<

Dijo Ae en sus pensamientos. Ahora que lo pensaba, hay una manera de contactarse con su novio y no exactamente por un celular, ya que Pete no tiene uno.

¡Cartas! Claro, esas cartas que vió como se hacían en primaria, ¿porqué no comunicarse así? Aunque no podría ver el rostro de su amado, vería su bella caligrafía.

Ae rápidamente busco una hoja y un lapicero en los cajones de la habitación, cuando los encontró empezó a escribir sus datos, como su C.P., dirección y otras cosas.

*Abrir*

Ae pegó un brinquito al escuchar como la puerta se habría, volteó a ver y se encontró con la responsable de su susto, la Abuelita de Pete.

—23:50, primera vez que traes al niño temprano.-dijo la Abuela.
—El pobre se quedó dormido, quise traerlo porque viajar a la capital no es algo fácil.-respondió Ae.
—Mmm, ven, necesito hablar contigo. No tardes muchacho.

La Sra. Kanda cerró la puerta dejando a Ae un poco nervioso. El rápidamente metió la hojita en una mochila que cree que Pete se llevará mañana. Depositó un beso en los labios del castaño y se fue después de haber recalcado un firme "Te Amo".

Salió de la habitación y se dirigió al comedor de la casa donde la Sra. Kanda se encontraba. Con demasiada confianza, Ae se sentó enfrente de la mayor.

—¿Pasa algo?-preguntó Ae.
—Toma, las tenía guardada desde hace tiempo y pensé dártelas ahora. Se que ambos las necesitarán.

Lo que la Sra. Kanda le dió a Ae  dos fotografías. La primera era la fotografía que ella le había tomado a escondidas, donde ambos se dieron un beso en el cuarto de Pete, el día que Ae le pidió que fuese su novio (cap. 5). La segunda había sido tomada ese mismo día solo que en un momento diferente. Ese momento fue cuando Pete estaba viendo su ventana y Ae lo tenía abrazado de su cintura (cap. 4).

—¿Usted las tomó?-preguntó Ae.
—¿Crees que Pete aprendió solito a tomar fotos o qué? Puedo estar vieja pero no por eso estoy "desactualizada".

𝚃𝚄 𝙼𝙸𝚁𝙰𝙳𝙰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora