🌸Especial 02: El ramo de la novia🌸

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Años después

Narra Pete

—Tan pronto Champoo atrapó el ramo de rosas que lancé en mi boda sabía que ustedes serían los siguientes en casarse—dije con una sonrisa.

—Y no fallaste, Pete. Quien diría que todos seguiríamos juntos como hace unos años—dijo Dante.

—Si. Y eso me alegra.

Acurruqué mi cabeza en el hombro de mi marido. Era realmente feliz, desde hace años que este hombre me hace la persona más feliz del mundo.

Actualmente estábamos en un salón de fiesta festejando la boda de Dante y Champoo. Me había ofrecido a ser el camarógrafo oficial de la boda, tenía que tener por lo menos un trabajo para mandar mi currículum a la empresa en la que quiero trabajar.

Oficialmente estaba graduado de la universidad, quería empezar a trabajar a pesar de que Ae no quería pero logré hacer que cambiara de opinión de una forma eficiente.

En nuestra casa solo éramos el y yo. Can se había ido a vivir y estudiar a la capital junto con Tin, nos venían a visitar cada vez que pudieran. Hoy se dió la ocasión y vinieron.

Aunque he visto a Tin muy nervioso. Lo veo revisar su reloj a cada momento y mete su mano en su bolsillo muy seguido.

Decidí ignorarlo. Pin y Son se han vuelto mis sobrinos, siempre nos vienen a ver los fines de semana. Igual tuve que aprender el idioma de señas para poder hablar de mejor manera con Son, mi pequeña maestra fue Pin.

—Bueno, creo que ha llegado el momento en lanzar el ramo de la novia—dije tomando mi cámara—. Champoo, vamos.

—Oh, si si, voy.

Champoo le dió un beso fugaz en los labios a Dante y nos dirigimos al centro del salón. En esta boda si vino mucha gente, tanto niñas como adultas estaban ahí, bueno y en el caso Can que también estaba ahí.

—Bueno, ha llegado el momento en el que la novia tiré el ramo—dijo el señor que apoyaba a la banda sonora—. ¿Quién será la afortunada en lograr "condenar" a su pareja en el matrimonio?

Todas empezaron a gritar "Yo", Can solo hacía una cara de malicia, ahora que lo veía el ya estaba en su último año de universidad, estaba a meses de graduarse. Que rápido pasa el tiempo.

Champoo dió la espalda en la silla que estaba parada, empecé a enfocar y grabar el momento. Entre todas empezaron a gritar "1, 2... ¡3!"

—¡LO ATRAPÉ YO!

Enfoqué con mi cámara a Can, lo había logrado. Todos en el salón empezaron a reír. De repente las luces se apagaron.

Deje de grabar por el susto. Nadie veía nada, los murmullos entre la gente empezaron y pararon hasta que una luz del reflector iluminó a Can.

Can volteaba a todos lados buscando una respuesta hasta que Tin se paró junto a él. Lleve mis manos hacia mi boca, estaba emocionado, ¡Tin le pediría matrimonio a Can!

Tin estaba rojo, Can solo lo miraba con ese típico brillo en sus ojos. Tin se arrodillo y de su bolsillo sacó una caja roja, la abrió y un hermoso anillo se mostró.

—Se que estas a meses de graduarte. Esto lo había planeado para el día de tu graduación pero al verte tan decidido hoy de que conseguirías el ramo de la novia me motivaste para hacerlo hoy.

Tin tomó un respiro y prosiguió.

—Can, ¿te gustaría casarte conmigo?

*Silencio*

Nadie dijo nada. Can seguía en blanco, parecía estatua. Tin se paró preocupado y acarició su cara. Can lo miró aún sorprendido.

—Tin...

—¿S-si?

—¿Cuál era tu pregunta?

Casi se me cae la cámara al oír tal respuesta. Me esperaba algo como un "Si" o un "Solo ponme el maldito anillo" pero luego recordé que Can no era como yo.

—Err... ¿T-te quieres casar conmigo?

—Tin... yo...—miro todo el alrededor—. Err... ¿Se trata que tengo que responder ahorita?

—¡SI!—gritamos todos los presentes.

—Entonces... ¡Me quiero casar contigo!

Can enredó sus brazos en el cuello de Tin y lo besó. Todos aplaudieron, estaba realmente feliz por mi hermano y cuñado.

Unos brazos me rodearon la cintura, conocía a la perfección quien era. Me di la vuelta y le di muchos besos a Ae alrededor de su rostro.

—Veo a Can y a Tin ahora y me doy cuenta que tu cada día te pones más viejo, ¿era necesario dejarte crecer la barba?—pregunté acariciando su rostro.

—Si no te gusta el día de mañana no lo verás más.

—No, déjalo, me gusta.

Ae me besó por sorpresa, no pude evitar corresponder con una sonrisa.

—Te amo pequeño, no lo olvides.

—Igual te amo, Ae.

𝚃𝚄 𝙼𝙸𝚁𝙰𝙳𝙰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora