XVIII

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Estaban solas en la habitación, se habían declarado su amor, que faltaba en ese momento? La entrega! la entrega de dos chicas que sin saber estaban esperando por ese momento. Eran solo dos chicas que estaban destinadas a conocerse y vivir el amor por primera vez juntas.

Valentina se levantó y llevó la silla donde estaba originalmente, Juliana fue tras ella y se acercó por detrás, la rodeó con sus brazos apretándola contra ella. Separó el cabello  de Valentina y besó su cuello, con su boca entreabierta y dando delicadas y suaves succiones y jugando con su lengua, su boca recorrió su cuello y se deslizaba hacia ambos hombros. Valentina era sensitiva y cálida, con ese contacto leve de las manos y boca de Juliana se estremeció por completo, los dedos de Juliana se movieron inquietantes y acariciadores por sus erectos senos y abdomen.

- Se siente tan bien, Juls! - Juliana se pegó y le musitó al oído, el calor de su aliento la excitó aún más a Valentina que sentía como su intimidad se humedecía haciéndola desear más caricias.

- Lo sé, Val! Yo estoy sintiendo tantas cosas también! -  susurró Juliana con con voz temblorosa y quebrada por la excitación.

Valentina giró y quedó frente a ella, sujetó el mentón de Juliana y buscó sus labios, fue un beso apasionado que las encendía a medida que se prolongaba, Juliana mordía y jalaba con voluptuosidad su labio inferior. Su lengua entró en la boca de Valentina y empezó a explotar su interior, podia sentir cómo se estremecía entre sus brazos, de repente, Valentina paró el beso,

- Pasa algo Val? - Juliana posó sus manos en las mejillas de la ojiazul.

- No sé! Estoy nerviosa! Y quiero hacer tanto!!!

- Tranquila, mi amor.

Juliana sintió su nerviosismo, estaba temblorosa, y asiéndole por el cuello con las dos manos, abrió su boca y la besó apasionadamente para reanudar el beso interrumpido. Para infundirle confianza. Valentina cerró sus ojos y Juliana la siguió besando, deleitándose en sus labios, sus caras se sentían arder por el deseo.

- Val! Me necesitas a mi como yo te necesito a tí! Te amo! No tengas miedo que solo haremos lo que las dos queramos.

La siguió besando mientras la guiaba a la cama, donde cayeron entrelazadas. Los dedos de Juliana la desprendieron de sus ropas, sin prisa y con una calma y cuidados máximos, Valentina repitió la acción y pronto estaban las dos tendidas en la cama desnudas en toda su esplendidez. Sus cuerpos se agitaban con sus caricias, dos cuerpos que por primera vez sentían esas sensaciones.

En ese momento Valentina ya no era la mujer frustrada, era una mujer liberada que estaba viviendo el amor con toda la fuerza de su ser. Jamás creyó que el amor sería así!

Aprendí a Amar (Juliantina) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora