—Dijo tu madre que estabas teniendo complejo de "desapego" con tu ropa ¡Toma!—Mierda...
El sonido de aquel juego de combate en la consola estaba bastante alto, y Aarón ya había perdido tres partidas seguidas en contra su mejor amigo que lo había ido a visitar; Vicente, un chico de baja estatura, delgado y con el cabello largo y negro. Si bien ya había pasado casi medio mes desde que se dictó su arresto domiciliario, Aarón sentía la necesidad de conversar con personas, y que su amigo lo fuera a ver a las nueve de la noche se adaptaba a lo que necesitaba.
—No veo el motivo de seguir ensuciando ropa estando acá dentro.
—Dale Aarón...
Aarón miró hacia su ventana como por inercia y vio su telescopio, el cual aún no había usado.
—¿Por qué pusiste esa cosa? —preguntó Vicente levantándose hacia el telescopio y abriendo las persianas para ver hacia afuera.
—¡No!
Al abrirlas una ráfaga de flashes envolvieron su habitación y ambos quedaron cegados por unos dos segundos, hasta que volvieron a mirar hacia afuera y vieron a Zachary con una cámara fotográfica sacando fotos. Vicente quedó perplejo, y Aarón, quien como de costumbre solo tenia sus boxers puestos, hizo notar su molestia.
—¡Vamos! —le gritó desde su casa a Zachary. —¡¿En serio recurres a eso?!
—¡Hasta que te vistas! ¡Si quisiera ver idiotas desnudos prendería la laptop!
—¡Quizás no te molesta tanto la vista!
Zachary se hecho a reír. Pero no contaba con que Aarón ya tenia pensado algo que le funcionaria si o si para al menos tomar la ventaja en esta guerra.
—No... —dijo Vicente al ver como las manos de Aarón comenzaban a deslizarse entre sus boxers.
Rápidamente, Aarón tomó sus boxer y se los bajó haciendo que Zachary se echara a reír aún más fuerte, al mismo que Aarón. Ambos entendían ese tipo de humor exagerado y de bromas llevadas a otro nivel.
—Dios... —susurró Vicente desviando su mirada, riéndose para adentro.
Otro flash. Zachary tomó otra foto.
—¡Esta la dejare de fondo de escritorio!
—¡Estoy seguro que lo harás! —le respondió Aarón.
Zachary cerró las cortinas de su cuarto y Aarón cerró sus persianas aun con una sonrisa en su rostro. Vicente solo se giró a mirarlo una vez ya se había vuelvo a subir su ropa interior, y le pidió una explicación.
—Estamos en guerra.
—¿Por qué motivo especialmente? Porque la ultima vez que te vi intentando coquetearle a un chico, con un vaso de vodka te bastó.
—Este es diferente.
—¿Qué tan diferente?
—Pues tuve que bajarme los boxers ¿no ves?
—Pensé que habías dicho "no quiero tener que ver con chicos nunca más" después de tú sabes quién.
—Bueno, a veces uno cambia de parecer, como tu volviendo con Sarah.
—Eso es diferente...
—Ah, verdad, porque ustedes siempre rompen y vuelven, rompen y vuelven.
—Algo así...
Ambos rieron.
—¿Y cómo comenzó? —preguntó Vicente.
—Él creyendo que lo estaba espiando.
—¿Y no era cierto?
—No soy un acosador Vic.
—Oh, si claro, ajá. Ahora dime la verdad.
—Simplemente que este chico es como yo, pero diferente a todos los demás.
—Ni siquiera has hablado con él ¿cierto?
Aarón no respondió.
—¿Entonces porque crees que es igual a ti? Recuerda que nunca terminamos de conocer a las personas, y ese es tu gran error cuando conoces a alguien, te dejas llevar mucho por las apariencias. Aprende... —le dijo golpeándolo en la cabeza con los nudillos.
Jugaron unas partidas en su consola y luego su amigo decidió irse, ya que eran casi las once de la noche.
Zachary por otro lado comenzó a pasar las fotos a su laptop y reía cuando las veía. Las primeras que tomó fue cuando Aarón y su amigo se asomaron, sus caras en cada foto era una secuencia de sus rostros deformándose al recibir el impacto de la luz, y Zach no podía parar de reir. Luego la foto de las partes de Aarón.
—Realmente es un completo idiota...
La sonrisa de Zach seguía en su rostro, y aunque no quería que ese pensamiento erótico se cruzara por su cabeza, si quería encontrar la excusa perfecta para seguir molestando a su vecino, y que talvez esto les permitiera hablar.
Zachary bajó a su patio unos minutos más tarde y se sentó en el césped, era uno de sus extraños fetiches, sentir y oler el césped. Apoyó su espalda en aquel muro que separaba su casa con la de Aarón y prendió un cigarro sabor arándano. Levantó la mirada y vio que el cielo realmente lucía nublado. Era invierno, era obvio que luciría así. Su teléfono sonó, era un mensaje.
—"Te extrañamos en clases, repone luego esa pierna y vuelve a clases, todo es demasiado silencioso."
Era un mensaje de Erick, uno de sus amigos. Zachary tenía amigos, no era aún ermitaño o un autista, tenia dos o tres amigos que conocía hace ya bastante tiempo. En la universidad la mayoría era realmente como decían ser, no necesitaban aparentar para encajar, y al menos esa parte de la adultez le gustaba al pelirrojo. No respondió el mensaje, estaba algo cabreado de recordar que aún le quedaban casi dos meses encerrado en su casa, y esos mensajes hacían exactamente eso, recordarle.
Miró hacia arriba y la luz de la habitación de su vecino se apagó. De seguro Aarón ya se había ido a a dormir, era lo más lógico de hacer a las tres de al mañana. Pero a Zach el sueño le iba y venía sin aviso y sin control. Este era uno de esas noches en que el insomnio ganaba, y quien sabe a qué hora se dignaría a dormirse.
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De la A a la Z leería tus grietas.
Teen Fiction「Terminada」 Dicen que las grietas del corazón son tan naturales como las del suelo árido. Pero eso no lo sabe Aarón; un chico problema y Zachary; otro chico problema. Dos vecinos jóvenes de veintidós años que jamás se han hablado y que se verán forz...