Familia Córcega-López [Aristemo/Dastián]

Epílogo

(6 años después)

—Hola a todos.— Habló Daniel, a través del micrófono. —Quiero primero agradecer a todos los que asistieron a este día tan importante, hoy mis pequeñas hermanas cumplen sus 15 años. Princesas, está canción la escribí especialmente para ustedes, felices 15.—

Y pensar que te cargaba en mis brazos, el día de ayer. Tan rápido
ya quince años, no puede ser.
Recordar toda la alegría que me
has traído y mirar en el ser hermoso
que te has convertido

Todos los presentes miraban al chico que estaba sobre aquél escenario cantando una lenta y bella canción a sus hermanas.

Como si de arriba, me dieron demasiado, como un regalo que no merecí, como si jamás, te me marcharás, ojalá pudiese pedirte que ya

¡Por favor, no crezcas más!

Y tal vez no sepas que yo, me levanto por ti. Que a veces si te
falta algo, no puedo dormir. Que
me asusta como el mundo vive,
el día de hoy, y mi anhelo es
mirarte siempre en bendición.

Las mellizas empezaban a llorar al escuchar esa canción, recordar como su hermano la ha cuidado desde que son unas niñas, recuerdos que guardaran sus corazones.

Como si de arriba, me dieron demasiado, como un regalo que
no merecí, Como si jamás, te me marcharás, ojalá pudiese pedirte que ya

¡Por favor, no crezcas más!

¡Siempre serás...
Mi pequeña!

Esas tiernas niñas que hacían diabluras y volvían loco a su hermano mayor, hoy se convertían en unas hermosas señoritas.

Todos los presentes lloraban, todos los que conocían a las mellizas Córcega López desde que eran unas bebés, recordar con nostalgia a esas niñas que sólo vivían en un mundo de dulces y risas.

Como si de arriba, me dieron demasiado, como un regalo que
no merecía, como si jamás, te me marcharás, ojalá pudiera pedirte
que ya

¡Por favor, no crezcas más!

¡Por favor, no crezcas más!

La canción finalizó con ellos lloraban, pues la canción en si fue triste, pero también lloraban de felicidad pues hoy Laura e Isabela dejaban de ser niñas para ser una señoritas.

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Todos seguían festejando los 15 años de las mellizas, pero ciertos adolescentes caminaban por la orilla de esa enorme playa donde era la fiesta.

—Entonces, ¿Es el adiós?.— Preguntaba Valeria mientras mirabs la arena para no llorar.

—Es un hasta pronto, algún día nos volveremos a ver, pero es momento de cada uno tomé caminos diferentes.— Contestó Daniel con una voz entrecortada.

—Los voy a extrañar mucho chicos, pero ¡Hey! No dejemos que la huella del team problemático muera.— Dijo Valeria mirando a sus dos amigos, quienes no entienden. —¡Isabela, Laura, Erick!.—

Los mencionado llegaron corriendo a donde estaban los tres jóvenes.

—Ya se que planeas.— Dijo Sebastián mirando con tristeza a su amiga, miró a sus tres cuñados quiénes miraban sin entender nada.—Peques, es hora de una nueva generación del team problemático.—

—Ustedes, ahora son el nuevo team problemático.— Finalizó Daniel mirando a sus tres hermanos.

Los pequeños al principio no entendieron pero luego de entender sonrieron con felicidad, los antiguos mlembros del team problemático ahora le dejaron esa tarea a ellos.

—¿Cuando sale su vuelo?.— Preguntó Valeria con tristeza.

—En unas horas.— Contestó Daniel con una leve voz. —Vamos a extrañarte mucho Valeria.—

—Y yo a ustedes, Dastián.— A este punto Valeria no aguantó más y empezó a llorar.

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—Es hora de irnos, familia.— Dijo Sebastián en hilo de voz.

—Les deseamos mucha suerte con su nueva vida, en un nuevo país para ustedes.— Dijo Valeria mientras sorbia su nariz.

—Recuerden que pueden visitarnos cuando quieran.— Dijo Temo aguantando las ganas llorar.

—Eso haremos papá, los quiero mucho familia Córcega López.— Daniel empezó a llorar mientras se despedía de todos.

—Pasaron con destino a Colombia, hora de abordad el avión.— Informó una voz femenina por los altavoces.

—Ese es nuestro vuelo, hasta pronto familia.— Dijo una última vez, Daniel, para luego entrelazar su mano con la de su novio.

Ambos chicos empezaron a caminar a donde debían abordar el avión con destino Colombia, mientras tanto los demás veían como los dos jóvenes se alejaban cada vez más.

—Nuestro pequeño principe, ya creció.— Aristóteles veía con nostalgia a Daniel alejarse cada vez más junto con Sebastián.

—Si, pero siempre será nuestro pequeño.— Decía Temo con una voz cortada.

Valeria no decía nada, solo veía en silencio a sus dos mejores amigos alejarse de ellos.

"Hasta pronto chicos" Dijo para si misma en su mente.

Ahora todos toman caminos diferentes, pero con esperanza de reencontrarse en algún futuro, porqué ellos siempre serán una familia.