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Daniel se encontraba triste en su cuarto, las lágrimas resbalaban por sus mejillas, sus ojos estaban rojos de tanto llorar, los sollozos se escuchaba por todo el cuarto. La puerta de su cuarto fue tocada.

—Daniel, somos nosotros.— Sus padres habían visto a Sebastián también triste y supusieron lo qué pasó.

—Hola.— La voz del menor era débil, casi en un susurró.

Daniel les cedió el paso a sus padre los cuáles ingresaron al cuarto de su hijo y sentaron la cama de este.

—¿Algún problema con Sebastián?.— Temo miraba a su hijo con tristeza, le dolía verlo triste.

—Tuvimos una pelea.— Contestó con las pocas ganas que tenía.

—Dany, mi niño, las parejas entre parejas son normales pero deben de saber que si los realmente se aman juntos van a luchar para contra todo y todos.— Aristóteles aferró a su hijo en un abrazó cálido.

—¿Ustedes tenían peleas cuándo eran novios?.— Daniel miró a sus padres con sus ojitos llorosos.

—Uf! Si te contaramos, no nos alcanzaría el día para contarte todas las peleas, ¿No es así tahi?.— Aristóteles miró a su esposo con un sonrisa divertida.

—Deben de hablar y solucionar la pelea, lo qué sea que haya provocado la pelea deben de estar juntos para enfrentarlo, como la pareja que son.— Temo miraba a su hijo con una sonrisa que siempre ayudaba a Daniel a ser fuerte.

—Gracias papás, siempre me ayudan en todo.— Daniel abrazó a sus padres. —Voy hablar con Sebastián.—

—Esta en sala, el pobre también está triste.— Dijo Temo

Daniel salió de su cuarto directo a la sala, al llegar encontró la escena más triste que sus ojos habían visto, Sebastián se encontraba tirado en eo sofá llorando.

—Sebas, ¿Podemos hablar?.— Daniel se puso enfrente del chico.

Sebastián sólo asintió con la mirada apagada.

—Creó que no debí en desconfiar en ti, me siento tan tonto.— Las lágrimas de Sebastián salían más rápido.

—Creó que yo fui el tonto, debí de alejar a Pili de mí.— Daniel agarró la manos de Sebastián. —Pilar no se compara a ti, neta no quiero seguir peleando contigo.—

—Yo tampoco quiero seguir peleado contigo.— Sebastián fue el que primero abrazó a Daniel, abrazo que al instante fue correspondido. —Te amo.—

—También te amo.— En los labios de Daniel se formó una hermosa sonrisa.

Por qué sin importarles los obstáculos que tengan que enfrentar juntos, ellos siempre se iban a amar con el corazón.

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•Ay! Hasta yo me emocioné escribiendo el final de este capítulo (Y eso que yo soy la escritora :v)

Familia Córcega-López [Aristemo/Dastián]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora