↠Febrero, 18.
Habían pasado tres días, Luke no apareció en la cafetería aquella tarde luego de volver de su pequeño escape a la playa y tampoco los siguientes.
Michael pensó que se estaba recuperando de la resaca y que lo volvería a ver al día siguiente, pero no volvió. Sus amigos seguían yendo con normalidad.
"¿Tienes más servilletas?", Amelie, la amiga del rubio apareció en la barra. Michael asintió y se las dio, "Gracias".
No sabe por qué había ido a la fiesta, él en realidad no quería, su propósito en ese pequeño pueblo era juntar el dinero suficiente para irse lejos, no hacer amigos y no anda buscando problemas amorosos.
"¿Te divertiste en la fiesta?", pregunta ella "Te fuiste temprano y no pude preguntarte antes, soy una pésima anfitriona, una disculpa".
Michael ríe y niega, "Una disculpa por no avisar que me iba", responde, "Tuve un problema y no me dio tiempo de avisar, pero estuvo divertido".
Amelie, satisfecha con la respuesta, se aleja algo sonrojada y jugando con su cabello.
"¿Qué me ves?", pregunta el ojiverde a Rob, su compañero.
"Ella es linda ¿están saliendo?".
"No".
"Genial, porque quiero hablarle", responde sin dejar de mirarla.
"Deberías a la cocina por los pedidos pendientes, Rob".
El chico rie y le lanza a Michael el pañuelo con el que limpiaba las bandejas. La gente seguía llegando por helados, el clima estaba perfecto para los niños, quienes miraban embobados los helados en la vitrina.
Y Michael solo miraba el reloj.
Pero no se dio cuenta cuando la puerta se abrió y aquel rubio con el que habló por horas hizo su aparición. No fue hasta que la gente cerca de él comenzó a murmurar que levantó la mirada de los vasos.
"Te lo dije, es afeminado", susurró una mujer a otra mientras le tapaba los oídos al niño, "No quisiera a mis hijos cerca de él".
Las manos de Michael comenzaron a sudar y su corazón a latir rápido. Aquellas palabras las escuchó muchas veces antes.
"¿Por qué dice eso?", le preguntó a la mujer, quien lo miró algo indignada, "Lo siento, fue inevitable no escuchar".
Ella negó y tomó la mano de su hijo, sin dar alguna explicación a sus acusaciones, se fue.
Y Michael miró a Luke, quien llevaba sus típicas Converse rojas a juego con el marco de sus lentes de sol, detrás de estos se escondía una gran mancha morada alrededor de sus ojos, Michael no lo pudo ver, pero si alcanzó a notar el temblor en sus manos y su sonrisa triste.
ESTÁS LEYENDO
✦hidden behind his eyes✦muke
FanfictionNo había nada más suave que su piel. Su risa era su melodía favorita. (...) Y su amor... la historia más hermosa jamás revelada.