✦Thirty three.

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Abril, 20.

Michael jamás había visto a Luke tan vulnerable y asustado como aquella noche en la que le confesó sus secretos, su voz temblorosa, la inseguridad con la que hablaba y se movía inquieto por la habitación no eran característicos de él.

No le gustaba esa versión de Luke odiandose, tratando de rechazar lo que es.

Se encontraban en la habitación del mayor, después de otro periodo se saltaron la fiesta y fueron a casa de Michael. Su casi relación oficial avanzaba bien, cada día se volvían más cercanos, Luke era extremadamente cariñoso mientras que a Michael le costaba un poco más, lo que era extraño. No había peleas aún, todo marchaba bien.

El de ojos verdes tomaba suavemente el rostro del menor y dejaba un suave beso en sus labios fríos con sabor a menta y uvas, Luke mantenía sus manos hechas puños a los costados de la sudadera de Michael, tratando de tranquilizarse hasta que un sollozos escapó de sus labios y se separó.

"¿Luke?" Preguntó alarmado. "¿Hice algo que no querías? Lo siento, Luke, y-"

"No." Dice tratando de calmar su respiración, aún sentado con las piernas cruzadas frente a Michael sobre su cómodo colchón. "No fuiste tu."

Su cuerpo inmediatamente se tranquilizó, aunque seguía preocupado por el rubio que trataba de limpiar sus mejillas y se alejó cuando quiso tocarlo. Su pecho se apretó, quería hacer muchas preguntas, pero no quería asustar al Luke, más de lo que ya estaba.

Comenzó a pasearse por la habitación, sus piernas se sentían como gelatina y sus manos temblaban cada vez que las pasaba por su cabello o mejillas, sentía la mirada preocupada de aquel par de ojos verdes, atentos a sus movimientos.

"Toda mi vida he pensado que soy raro." Finalmente habló, su voz temblaba con cada sonido. "Le confesé lo que está mal conmigo al hombre de la Iglesia, dice que estoy enfermo." Su ceño se frunció mirando hacia el piso. "Y papá dice que -él está avergonzado de mi."

Michael se sentó al borde de la cama, lo miró esperando a que continuara. Luke se sentía ahogado, quería hablar pero no sabía que decir y tampoco sabía como volver a mirar a Michael. Su mente estaba corriendo muy rápido.

"Me dijo que tengo que rezar por mi alma, para sacar la enfermedad de mi cuerpo e ir al cielo como las personas normales." Finalmente levantó la mirada y las lágrimas brotaron de sus ojos mientras miraba al hombre sentado frente a él. Un sollozo hizo a Michael reaccionar y levantarse, quedando a pocos metros del rubio.

"No estamos enfermos." Su voz salió casi en un susurro. "Me dijeron lo mismo una vez. Pero no veo nada mal en mi o en ti, ni en ninguna otra persona que ame a alguien." Dio un paso hasta Luke, pensó que iba a retroceder, pero no fue así.

El rubio se movió más cerca, se veía pequeño, asustado y algo enojado, así que Michael tomó la iniciativa y lo abrazó. Luke sintió como todas las piezas de iban juntando mientras sentía el calor de los brazos de Michael a su alrededor, como de vez en cuando dejaba besos suaves en su cabello y acariciaba su espalda. También le susurró cosas tranquilizadoras.

"No sabemos si nos van a aceptar en ese cielo." Sus labios rozando la piel de su oreja. "Pero yo estaría feliz de ir al infierno contigo."

"Parece que estamos en el ahora mismo." Luke dijo sintiendo como el dolor volvía.

"¿Eso crees? Para mi se siente como el cielo."

Se separó unos centímetros de Luke y enfocó su mirada en aquellos ojos azules que estaban creando una tormenta. Definitivamente estaban en el cielo.

✦hidden behind his eyes✦mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora