✦Eighteen.

242 44 23
                                    

Los domingos no hacía muchas cosas, lo normal era fingir estar dormido para que sus padres no lo hicieran ir a la iglesia. Ellos no eran muy religiosos, pero de todos modos iban los domingos por costumbre.

Y Luke odiaba ese lugar. Pero no pudo escapar aquel domingo, Michael recién se había ido por la ventana, había pasado una semana desde que Ashton descubrió su secreto y fue una semana horrible, en que no fue a la escuela porque fingió estar enfermo. Y la cuenta regresiva para la graduación comenzaba.

"Te despertaste temprano", dice su padre al entrar a la cocina, Luke da un pequeño salto en su lugar y asiente.

"Buenos días".

El hombre mueve la cabeza en señal de saludo y se va al comedor, donde su madre estaba preparando la mesa para el desayuno.

"Irás con nosotros, cielo". Dice Liz sonriendo, feliz de ver que su hijo los acompañará, no hacían muchas actividades juntos hace mucho. Luke asintió fingiendo felicidad. "Ve a sentarte, yo te sirvo".

El rubio negó, creció viendo como su mamá servía a su padre y la situación le incomodaba. "Te ayudo".

"No, amor", negó quitándole la tetera de las manos, "Ya tengo todo listo, vamos".

Ella tomó la bandeja donde estaba la leche y el té, Luke la siguió hasta el comedor donde su padre leía el periódico. Liz inmediatamente llenó su taza con aquel líquido caliente.

"¿Te sientes mejor?", su padre lo miró sobre las hojas del periódico. "Las últimas semanas en la escuela son importantes".

"Estoy mejor, no me perderé las últimas clases", sonrió, de verdad estaba feliz de terminar la escuela, "Oh, tengo un trabajo para el verano".

Sus progenitores lo miraron curiosos, su madre dejó de untar mantequilla en su tostada y su padre bajó el periódico. Luke se arrepintió.

"¿Dónde?".

Se remueve en su silla, "En la florería".

"No está mal para ser tu primer empleo", dice su padre. Luke se sorprendió ante la tranquilidad de este, pensó que no lo iba a dejar o comenzaría a tratarlo mal.

"He visto que va mucha gente", comenta su madre, "Y la dueña tiene una hija muy bonita".

"La conocí, se llama Melissa", dice el rubio sonriendo. "Supongo que nos llevaremos bien".

Sus padres comparten una mirada rápida, indescifrable para Luke, quien solo se concentró en tomars su té con leche, feliz por la aceptación de sus padres.

El cura estaba en la entrada recibiendo a las personas que llegaban a la iglesia, Luke fue obligado a vestirse formal (eso significa sin sus amadas Converse rojas), así que llevaba unos aburridos zapatos negros, pantalones sueltos a juego con los zapatos y una camisa blanca.

Michael seguramente solitaria una carcajada estruendosa al verlo vestido así.

"Por fin puedo verte aquí de nuevo, Luke Hemmings", comentó el hombre mayor. "¿Qué tal va todo?".

"Nada ha cambiado, señor. Sigo igual".

El rubio sonrió de lado, algo triste después de la última vez que estuvo allí.

Sus delgadas piernas no le permitían correr tan rápido, estaba débil y necesitaba un descanso. Aquellos muchachos no dejaban de perseguirlo, querían golpearlo a toda costa.

"¡Ayuda!", grito en la entrada de la iglesia. Muchas veces escuchó que en ese lugar ayudaban a las personas.

El hombre salió, algo indignado por los gritos en el lugar sagrado ¡la juventud ya no tenía respeto por nada! De todos modos, salió a ver que ocurría.

✦hidden behind his eyes✦mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora