✦Extra I

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Michael terminaba de poner el último clavo en la cerca mientras Luke se encontraba recostado sobre su espalda sobre el césped verde, sus ojos suavemente cerrados, el sol calentando su piel y su pecho tibio al escuchar al amor de su vida tarareando una canción, su voz dulce y tranquila.

"¿Qué vamos a cenar?"

Luke rió. "¿Qué quieres comer?"

"Katie me dijo que quiere lasaña." Responde Michael. "Y yo también."

"Lasaña entonces."

Michael sonrió feliz volviendo a su trabajo. Ya eran seis meses desde su llegada, Loraine le dio trabajo en la granja, así que no tuvo que luchar por conseguir algo en el pueblo, donde no lo conocían y él tampoco conocía el lugar, entonces aceptó sin dudarlo. Los niños lo adoran, juega con los más pequeños y a los más grandes los impresionó con su talento para tocar la guitarra así que les está dando clases.

Lo mejor es que está junto a Luke, despertar junto a él todos los días, saber que ambos están a salvo en un lugar donde los aceptan y no corren peligro es lo que siempre soñó, es perfecto.

Cuando todo quedó en su lugar, cayó junto al rubio, quien inmediatamente tomó su mano y abrió sus ojos.

"Mañana tengo mi día libre." Comentó con una sonrisa que contagió a Luke. "Podemos comenzar a trabajar en nuestra casa."

Un grito de emoción salió de los labios rojos del ojiazul. Loraine les había comentado de una cabaña unos metros lejos de la casona, llegaron a un acuerdo de dinero porque ninguno aceptó no pagar por el lugar aunque Loraine les dijo que lo tomen como un regalo, ellos dijeron que el mejor regalo era recibirlos ahí cuando ninguno tenía donde ir. Finalmente arreglaron todo y tendrían una casa para vivir juntos, crecer y fortalecer su relación.

"Estoy muy emocionado." Dice Luke acurrucandose a su lado. "¿Crees que podríamos tener una cocina como la de tu casa? Esa me gustaba mucho."

"Tendremos todo lo que quieras, Luke."

Deciden volver a casa cuando el estómago de Michael gruñe y las mejillas de Luke están rojas por el sol, así que suben a sus bicicletas.

Al llegar Katie los sorprende con un abrazo mientras juega con algo de barro y su mini cocina de juguete, junto a ella está Marcus, 1 año mayor que ella sentado en la tierra.

"Marcus está haciendo galletas."

"Hola, Luke." Saluda el niño, su rostro manchado con lodo. "Hola, Mike."

Ambos miran a los niños sin poder creer el desastre que le hicieron a su ropa, pero lo entendían, son niños. Aún así si Loraine los ve, va a enloquecer porque ellos deberían estar en la sala haciendo tareas antes de la cena.

"Vamos a la ducha, niños." Michael es el primero en hablar. "Antes de que llegue Loraine."

Katie y Marcus corren en dirección a parte trasera de la casa, donde entrarían por la cocina sin ser vistos por los demás. Se supone que hay niñeras para ellos, pero no se veían por ningún lado. Luke ve como Michael desaparece por el pasillo persiguiendo a ambos niños mientras ellos ríen y gritan.

Todo va tan bien entre ellos, a veces siente que la felicidad no cabe en su cuerpo, que no merece la vida perfecta que está construyendo, pero ahí están esos ojos verdes diciéndole que merece todo eso y más. A veces recuerda como era vivir encerrado, los gritos y los golpes, el asco que sentía por él mismo, días lejanos que jamás van a volver porque se eliminó de la vida de sus padres y es lo mejor que pudo haber hecho.

En unas semanas o meses su casa estará lista para empezar una etapa nueva junto a Michael, está pensando en estudiar, el trabajo de las maestras que están con los niños lo ha inspirado a seguir su camino, los ha inspirado. A Michael le gustaría enseñar música y a Luke todo lo que tenga que ver con idiomas le llama la atención. Ambos se apoyan y harán lo posible por lograrlo.

✦hidden behind his eyes✦mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora