↠Abril, 14.
Continuación.Su corazón latía con fuerzas contra su pecho y sus manos temblaban cuando se separó del rubio, jamás se había puesto así de nervioso. Luke seguía a escasos centímetros de su rostro, podía sentir sus alientos chocar y el calor de las manos del menor sobre sus hombros.
"Espera lo inesperado." Susurró Luke con una sonrisa antes de dejar un beso corto sobre sus labios y alejarse lentamente. "Sígueme."
Ambos temblaban, no sabían si era por el frío o estaban realmente muy nerviosos. Luke quería culpar al frío y a la mala elección de su vestuario, Michael solo culpó al rubio caminando delante de él guiandolo a quien sabe dónde.
Luke decidió correr, aunque sus pies resbalen sobre el pasto verde y mojado. Y obvio que Michael lo siguió, corriendo detrás de él fue como llegaron a la cancha en la que se desarrolló el partido. Estaba vacía e iluminada, los carteles y papeles de colores seguía en el césped y en las gradas.
"Amaba entrenar hasta tarde aquí." Dice Luke tomando uno de los balones a la orilla de la cancha. "Hasta que las luces se apagan y debía ir a casa."
"¿Por qué lo dejaste?" Pregunta acercándose y recuperando el aire.
"Papá quería esto. Me obligó a estar aquí desde que probé que era bueno, comenzó a decir que me volvería un hombre real." Una sonrisa se dibujó en su rostro y Michael no supo leerla. "Así que lo dejé."
El mayor se acercó a él y le quitó el balón de las manos, le dio unas vueltas y luego miró que Luke. "Es un tonto."
Ambos rieron y el rubio asintió, el usaría otra palabra para describir a su padre, pero no lo discutiría porque no quería hablar de ese hombre.
Dio un paso hacia Michael, este dejó de dar vueltas el balón entre sus manos y se concentró en el rubio, quien lo miraba con aquellos ojos azules y estaba nervioso ante aquella mirada. Comenzó a sentirse pequeño y débil frente a ese par de ojos y cada vez que se acercaba sentía como su respiración se volvía irregular.
"Bueno, Michael Clifford, cuéntame más de ti."
Iba a hablar, pero en lugar de eso acortó la distancia y tomó los labios de Luke entre los suyos una vez más. Aquellos fríos labios con sabor a uva y que se estaban volviendo adictivos. No quería alejarse y al parecer Luke tampoco.
Se recostó lentamente al lado del rubio, quien miraba las estrellas con sus ojos muy abiertos y el fantasma de una sonrisa adornaba su labios, se encontraban en el patio de la casa de Michael, la fiesta había terminado y Luke no tenía ganas de ir a su casa. Y tenían que hablar.
El césped estaba frío, así que le tendió una manta a Luke y el se refugió en la suya.
"Es extraño. He pasado meses y años sintiéndome mal conmigo mismo, no entiendo por qué contigo todo es más fácil." Admitió el menor. "Quería correr cuando nos besamos hace una horas y llorar para siempre, pero luego te miré."
"¿Y...?" Michael volteó a mirarlo, sus ojos seguían perdidos en el cielo.
"Y no tuve miedo." Dijo simplemente, sin mirarlo aún. "¿Cómo supiste que soy...?"
La pregunta quedó en el aire, no se atrevía a decirlo en voz alta. No estaba preparado y aún sentía un poco de miedo corriendo por su cuerpo.
"No sé." Se encogió de hombros. "Tampoco sé qué fuerza sobrenatural me llevó a besarte, de verdad quería hacerlo y ni siquiera pensé en cuál sería tu reacción, solo lo hice y, dios, que alivio cuando respondiste."
Luke rio bajo y una sonrisa se formó rápidamente en los labios de Michael.
"¿Qué sigue ahora?" Pregunta el rubio y, finalmente, se decide a mirarlo. Los ojos verdes encontraron a los azules.
"Si me das otro podríamos-"
"¡Michael!" Protestó Luke con diversión. "Es un tema serio."
Ambos rieron a la par, hasta que Michael decidió levantarse y se sentó con las piernas cruzadas mirando a Luke, quien seguía de espaldas y acurrucado en la manta.
"Solo sé que de verdad me gustas." Dijo finalmente, Luke se levantó quedando apoyado en un codo. "Me gustas mucho y me alivia poder decírtelo. Me gusta ver como ríes mientras nadamos, tus ojos y tu sonrisa, tu cabello rubio y la forma ridícula en la que te gusta el chicle de uvas." Suspiró, un suspiro tembloroso mientras decía lo que tenía guardado hace tiempo. "Como vas y te sientas en la barra con tu aburrido libro de matemáticas y pides la malteada que odio porque no me gusta el kiwi." Luke rie ante aquella confesión, pero sigue escuchando a Michael mientras sus mejillas se vuelven más y más rojas. "Y en como llamas la atención cuando entras y sonríes, una sonrisa arrogante mientras pareces bailar cuando caminas en tus zapatillas rojas, me gusta tu mochila roja, me gusta que vistas con ese color y en como tus ojos resaltan cada vez que los miro mientras estamos en la playa, un perfecto contarte con el mar."
El alivio recorrió su cuerpo cuando terminó de hablar, le gustaban muchas cosas más de Luke, pero no se iba a exponer tanto ¿y si no sentía lo mismo? Además, Luke lo estaba mirando solo con una sonrisa que Michael no sabía interpretar.
"Tu también me gustas." Dijo finalmente. "¿Quieres que haga un listado también? Porque acabaría en un año o más."
Michael rio, pero negó lentamente. No estaba preparado para oír a Luke diciendo lo que le gusta de él. Se sentiría muy avergonzado.
"Podríamos intentarlo. "
"¿Intentar qué?" Preguntó el rubio ladeando la cabeza.
"Tu y yo- digo, podríamos intentar tener una relación. Sé que es difícil, que somos dos hombres y no podemos salir." Habló con algo de tristeza en su voz. "Pero te prometo que va a funcionar."
Luke se acercó a él y tomó sus manos, un escalofrío recorrió su cuerpo y su corazón latió rápido.
"Creo que hacer que esto solo sea nuestro lo hace especial. No me importa no poder que gritarlo al mundo." Dice con una sonrisa suave, Michael fija su mirada en sus ojos. "Lo haremos funcionar."
Probó sus labios nuevamente esa noche, bajo la luz y confidencialidad de la luna.
✦Jeje volvimos al pasado, el próximo capítulo ya es del presente, les aviso que estaré actualizando el sábado o domingo, ya que tengo planeado hacer un mini maratón, esoooo, espero les hay gustado.
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✦hidden behind his eyes✦muke
FanfictionNo había nada más suave que su piel. Su risa era su melodía favorita. (...) Y su amor... la historia más hermosa jamás revelada.