Insospechada Sorpresa |NamJin|

Capítulo 69: Una llamada y dudas

Parte 2

SeokJin suspiro totalmente agotado, sentándose en su vieja cama para apreciar la que fue su habitación por casi seis años. Jin observo las paredes, fijándose en como la pintura empezaba a caerse en algunas partes por la humedad y el tiempo que llevaba sin pintar su habitación. Jin la observo; vacía e insípida, al estar despojada de la mayoría de objetos que siempre mantuvo en ella.

Despacio cerro los ojos e inspiro hondo el olor a frutillas y caramelo que estaba por todo el espacio desde el día en que NamJoon empezó a quedarse en su apartamento, y SeokJin no pudo sentirse más que melancólico por todo lo que significaba mudarse de aquel lugar y abandonar aquellas cuatros paredes que fueron testigos de casi todos los acontecimientos importantes de su vida en esos años.

Pero aquellas cuatro paredes que le refugiaron de la tristeza que le persiguió cada día, también, impidieron que entrara la felicidad durante mucho tiempo.

Toda su infelicidad, inseguridades y miseria estaba ahí, dentro de aquel apartamento, arraigado como pintura a las paredes; eran más los momentos malos que buenos, tanto infortunio en un solo lugar había terminado enfermándolo sin siquiera darse cuenta en aquellos años, hundiéndose lentamente cada día mientras fingía que todo estaba bien.

Jin lo sabía más que nadie, y por eso estaba consciente que aquella tristeza que estaba causando que hipará mientras que incontables lágrimas salieran por sus ojos en ese momento, era el precio que se pagaba por vivir momentos inolvidables en un lugar; momentos imborrables que en su mayoría fueron completamente malos.

Pero eran partes de él y su historia, y por eso el sentimiento de melancolía y abandono era tan grande que se preguntó repetidas veces en las horas que tardo guardando en cajas sus pertenencias importantes, dándole instrucciones a los de la mudanza y por ultimo sentándose a ver todo el lugar: ¿Cómo veía su futuro? ¿Estaba haciendo lo correcto? ¿Era hora de dar el último paso?... Porque era malditamente insospechado todas las cosas que le sucedieron desde el día en que decidió aceptar la invitación de sus amigos y acompañarlos a aquella fiesta... Su vida había estado dando incontables giros después de cuatros años sumido en la abulia y la depresión que cada día acrecentaba por ir perdiendo el rumbo de su vida.

Pero sentando ahí, en aquella vieja cama mientras veía las paredes y su pintura deteriorada en las esquinas menos visibles, Jin podía contestarse aquellas preguntas que por culpa de la mínima inseguridad que aún se mantenía en él se cuestionó incontables veces desde que NamJoon le mostro la nueva casa. Y la respuesta era que locamente aquellos meses habían sido tanto los peores como los mejores de su adultez y que en la actualidad estaba siendo jodidamente más feliz de lo que lo fue en años gracias a todos esos cambios y giros en su vida. Jin estaba siendo feliz... jodidamente feliz, a tal punto que hasta un ultrasonido, una sonrisa de la persona que amaba, una pijamada con sus amigos y el verse al espejo y sentirse totalmente bien con él mismo: causaba una sensación de júbilo y sosiego que nunca creyó volver a sentir con nada.