Capítulo 4.

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Cuando salgo de mi aturdimiento me llevo una mano hacia mi mejilla

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Cuando salgo de mi aturdimiento me llevo una mano hacia mi mejilla. Mis lágrimas comienza. A caer, mi padre nunca me había golpeado. Él nunca nos levantó una mano a mis hermanas y a mí.

— ¡Por qué Mariana! Entiendo que no te querías casar, pero escaparte de la aldea. ¿Sabes lo que hiciste? Todos nuestro clan está decepcionados de ti, lo ancianos creen que no eres digna de llevar el apellido Espósito.

— Todos me juzgan, pero nadie me entiende... — me seco las lágrimas con rabia. — ¿Crees que es fácil para mí? Tengo que casarme con un hombre que me dejó por otra y creen que yo tengo que aceptarlo y bajar la cabeza. Nadie entiende lo que sufrí por causa de eso.... Mi madre me hubiera entendido.....

Al decirlo la mirada de mi padre mostró tristeza y me rápidamente me arrepiento haberla nombrado. Yo lo difícil que fue para mi padre perderla. Sacar adelante a su clan mientras se tenía que hacer cargo de dos niñas y un bebé. Mi padre nunca volvió a tomar mujer.

— Tu madre era una guerrera Mariana. ella haría todo para que su clan estuviera bien. Sabes que tengo razón. Al principio el amor no estuvo presente entre tu madre y yo, pero el paso del tiempo aprendimos amarnos y cuando te tuvo a ti me sentí el hombre más feliz, después vino Eugenia. Había gran amor entre nosotros, nunca me importó que no me diera ningún varón, porque estaban ustedes y cuando quedó embarazada de Rocío fue lo mejor. Tu madre me dios tres grandes tesoros. Cuando enfermó me sentí desbastado....., Pero ella me pidió que no me rindiera. Con su último aliento me pidió que viera por ustedes.....

— Hiciste un buen trabajo. — voy hacia él y lo abrazó. — nos diste mucho amor... — me aprieta fuertemente.

— Hija entiendo que no quieras casarte con él y si así lo deseas, le diré que no hay acuerdo.

— Lo haré papá. Me casaré con Peter.

— ¿Estás segura?

— Sí. Ya hablé con él. — no le diré que Peter no me dio una salida para escapar de ese matrimonio. — no debí escapar, debí esperar a que él viviera y hablar y ya quedamos bien.

— Eres igual a tu madre. Perdóname por haberte golpeado, pero es que cuando me enteré que te habías escapado quedé preocupado. Hay mucho bandidos y te solo imaginar que te hicieran daño.

— Estoy bien... Y si tuve unos contratiempo, pero Peter y sus guerreros me salvaron. Solo que perdí a mi yegua.

— Lo siento tanto pequeña.

De pronto se escucharon unos alborotos y mi padre preguntó que pasaba. Una de las criadas nos dijo que los guerreros Lanzani y nuestros guerreros querían medir fortaleza.

¿Por qué los hombros son así?

Pero la curiosidad no mata y vamos hacia la arena. Al llegar veo a mis hermanas que están maravillada viendo todo. Ahorita está luchando Pablo y mi hermana Rochi no lo deja de ver encanta, sonrió ya que noto que ese guerrero la a cautivado. Cómo era de esperar Pablo termina ganando y le da la mano al otro guerrero.

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