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Benjamín estaba atento de desde que ellos se fueron. Casi había conseguido tener a Lali para él. No podía creer que Peter tuvo que aparecer, si no hubiera llegado, en este momento Lali estaría con él.
— ¿Señor quiere que hagamos algo?
— No. No me conviene hacer algo en estos momentos. Mejor que se confíen, dejaré que ellos sean felices, porque cuando ataque no lo verán venir. Ahora lo que vamos hacer es irnos de regreso al clan, pero deja a dos de nuestros hombre vigilando aquí. Quiero saber todo lo que ocurra.
— Cómo usted desee.
Benja miró su espada y deseaba haber cortado la cabeza de Peter con ésta. Pero al estar Lali presente no podía dejar que ella viera lo malo de él. Algo que si estaba seguro que conseguiría vengarse.
Después esperó un momento y prendió el viaje de regreso, pero tomó otro camino para no encontrarse con los Lanzani. Solo de pensar que Peter tomó a Lali como suya, lo volvía loco. Aunque no la amaba, Él ya la había elegido para sus planes y ahora todo lo jodió. Hizo todo para impedir la primera boda, pero esta no la pudo evitar y aunque le costará admitirlo, Peter le había ganado esta ronda. Solo que no se confiara que las demás él la ganaría.
— Ricardo.
— Dígame mi señor.
— He decidido que iremos con alguien.
— ¿Con quién mi señor?
— Iremos junto a Laila. — sonrió. — ella me ayudará con mi planes nuevamente.
— ¿Está seguro? Sabe que.....
— Estoy sumamente seguro. Quiero hablar con ella.
— Si eso es lo que desea.
Laila sería una ficha para su nuevo juego y con ella iba a conseguir una ganada segura. Peter no se iba a imaginar lo que tenía planeado hacer. Además podría volverse a divertir con ella. Laila siempre le atrajo y era una mujer muy ardiente en la cama, por eso la eligió para su plan. Sabía bien que Peter no se iba a poder negar ante el atractivo de Laila. Cualquier hombre cae ante ella y Peter no fue la excepción. Ahora ella será quien vuelva arruinarlo.
Lali.
Después de viajar tanto, decidimos acampar. Lo malo que yo no quiero dormir en la mismo lugar que Peter, no quiero que vuelva a pasar lo que pasó ayer. Desde que nos bajamos del caballo; me estoy manteniendo alejada de Peter.
— ¿Me dirás que te pasa?
— Nada, Euge.
— Soy tu hermana y te conozco. ¿Crees que soy ciega? Veo como evitas estar lejos de Peter. Por favor dime qué pasa.
