𝒅𝒐𝒔

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— ¿Podrías, dejar de hacer eso? — Pido con desesperación mirándola

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— ¿Podrías, dejar de hacer eso? — Pido con desesperación mirándola. — Por favor.

Young Jae levanta la vista hacía mi y suelta de golpe la pajilla dentro del vaso salpicando un poco de jugo sobre la mesa cerca de mis cuadernos, me sonríe con torpeza y se disculpa en un leve susurro que apenas puedo oír, pero asiento volviendo la vista a mi cuaderno otra vez.

Ella estuvo más de cinco minutos seguidos revolviendo su vaso y el sonido que los cubos de hielo emitían al chocar entre ellos me irritaban a tal punto que llegue a romper tres veces la punta de mi lápiz grafito mientras hacía los ejercicios de matemática intentando concentrarme, es una de mis asignaturas favoritas, pero eso no quiere decir que me vaya excelente.

Definitivamente me hace perder la cordura con todo lo que hace y acabar con toda mi paciencia limitada, creía ser paciente, pero ella me demostró que no lo soy o al menos no con ella.

— MinYing-ah, no entiendo estos ejercicios. — Dice formando una mueca con sus labios. — ¿Puedes por favor, explicarme o ayudarme a resolverlos?

— Los entenderías si prestaras atención en las clases Young Jae en vez de estar hablando todo el tiempo o jugueteando con tu celular. – Le susurró y ella pone su rostro de vulnerable para que caiga, tiene ese don y yo caigo por el. – Está bien, voy a explicártelo solo una vez más, pero préstame atención.

— Eres una buena amiga MinYing. — Sonríe.

La campanilla de la cafetería donde solemos venir a estudiar algunos días en la semana, suena ruidosamente y un grupo de estudiantes llama nuestra atención, más bien de ella que a demostrado ser una enamoradiza y débil por los varones.
Los muchachos que han ingresado, son bulliciosos con sus risas y sus roncas voces muy diferentes entre sí, llevan el uniforme de nuestra escuela, por lo que Young Jae se gira en su asiento a mirarlos hasta que ellos caminan lejos al fondo del lugar tomando asiento alrededor de una mesa y yo vuelvo la vista a mi cuaderno donde ya casi he terminado mis deberes.

— ¿Los conoces? – Pregunta emocionada codeándome y niego. — Creo que uno de ellos está en nuestro salón, se me hace extrañamente familiar, pero no sabría decirlo bien, aún no los conozco a todos.

— Yo jamás los he visto. — Susurró releyendo el ejercicio. —  Concéntrate y intenta entenderlos, ya casi acabé con lo mío para explicarte.

Diez minutos después cierro mi cuaderno y llevo el resto de batido a mi boca bebiéndolo hasta terminarlo, saboreando de la fresa natural.
El grupo de chicos no ha hecho nada más que reír y hablar demasiado elevado, Young Jae está tan fascinada por sus voces que se ha sentado a mi lado a mirarlos en vez de terminar de estudiar, no me dejo siquiera enseñarle por estar concentrada en ellos.

— Tengo hambre. —Susurra apoyando sus codos sobre la mesa mirándolos. — ¿Quieres comer algo?

— Estoy bien así, gracias. – Por más que mi estómago me pida algo de comer no acepto, por qué él dinero apenas me alcanza para tomar el autobús de vuelta hasta mi casa y ahora que lo pienso, he perdido la noción del tiempo. — De hecho ya debería ir a casa, ¿qué hora es?

  𝘍𝘦𝘦𝘭 𝘴𝘱𝘦𝘤𝘪𝘢𝘭    ||     N. JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora