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— ¡No olvides limpiar la cocina y sacar la basura MinYing! — Mi madre sale de la cocina dejándome a mi, rellenar los platillos.
Me trago las palabras aún con miedo de decirles que ya no pueden tratarme como se les plazca por más que me prometí no tenerles miedo, pero no puedo evitarlo, porqué hace no mucho, mi padre me golpeó con tal fuerza la espalda que rompió su rasca espaldas en algo que no debería, solo porqué los llamaron de la escuela diciéndoles que necesitaban mis datos personales para enviarlos a la universidad y así conseguirme un dormitorio en esta. Sus deducciones fueron rápidas, no son lentos, me lo prohibieron, no dieron mi información y cortaron la línea telefónica prácticamente encerrándome del exterior, las clases han finalizado así que ya no tengo excusas para salir. Ya tengo veinte años, hoy es mi cumpleaños. Es el día que he estado esperando, terminar la escuela y irme, pero no podré hacerlo, no puedo siquiera responderle lo mensajes a Jaemin.
En mi espalda se ve con desagradable colores un moretón del mango del artículo, cada vez que me miro en el espejo no puedo evitar girarme y ver cómo se encuentra con el llanto acumulándose en mi garganta, el dolor sigue presente más aún por las noches cuando mi espalda toca la superficie de la cama.
Young Jae me regaló una bellísima blusa de mangas largas y anchos hombros como las que le gustan a ella, con la espalda descubierta y un delicado escote en el frente. Solo por haber logrado salir de la escuela soportando lo parlanchina que fue y no he podido usarla por más que ella insiste en que la use cada vez que me encuentre con Jaemin, pero no he podido usarla además ni siquiera a él he podido salir a ver.
El celular suena en mi bolsillos y ambos me miran cuando dejo con rapidez sus pocillos con arroz delante de ellos, haciendo un sonido para que no escuchen el aparato en mi bolsillo.
— ¿Que es eso?
Me hago la desentendida y me siento frente a mi madre, ella comienza a comer sabiendo que es lo que suena. Me ha visto sonreír frente al aparato ese, como ella le dice, mientras le respondo a Jaemin, él es todo lo que me alegra cada día, pesar de que no logro responderle, leo que me anima y me envía corazones.
— Debe ser la televisión, come, se va a enfriar. — Le acerca el platillo de más guarnición y el celular vuelve a sonar. — MinYing, ve y apaga esa cosa.
Me pongo de pie y mientras camino a la sala donde la televisión está apagada, saco mi celular del bolsillo y veo las diez llamadas que no le he contestado con un par dé mensajes. El timbre suena antes de que pueda abrir el chat de conversaciones y rápido camino hacía la puerta, la abro y la cierro rápido cuando lo veo de pie, con una expresión sería, hermoso por el atardecer detrás de él.
— MinYing. — Lo escuchó desde el otro lado y me alarmó. — Abre.
Levemente solo un poco abro la puerta y asomó mi cabeza entre el espacio, sonríe, con sus medias lunas formándose y su gran sonrisa apareciendo, me emociona verlo pero el medio es peor.
