— ¡¿Donde carajos estabas Minying?! — El gritó de mi padre me sobresalta cuando abro la puerta. — ¿Te das cuenta que ya es tarde?Su voz retumba contra las paredes antiguas de la casa cuando la puerta se cierra detrás de mí y me encojo en mi lugar donde estoy por quitarme las zapatillas y las de ellos están esparcidas sin organizar.
Él se detiene frente a mí sosteniéndose de su bastón que reemplaza su dañada pierna y su dedo llega a mi frente, desde donde me empuja, doy un paso atrás tropezándome por los zapatos abandonados, me muerdo el labio conteniéndome del llanto y de decirle que me deje en paz, aún que es lo que siempre quiero decirle, no sale de mi ser cobarde.— ¿Donde carajos estabas? — Vuelve a preguntar pero no me deja responderle y se que tampoco quiere saberlo, es solo parte de su reto. — Debiste llegar hace una hora y media, ir a la tienda y preparar la cena, ahora Mi-Ja está cocinado por tu culpa, ese es tu trabajo mocosa irresponsable, minimo deberías hacer lo que te ordenamos para permanecer aquí.
Su gran mano llega a mi mejilla, sorprendiéndome y siento el golpe fuerte girarme un poco el rostro, el cabello me roza la mejilla que queda sensible y con las lágrimas a punto de escaparse de mis ojos sollozo para mis adentros.
Susurra groserías y algunas palabras que no entiendo mientras se aleja cojeando y haciendo ruido con su bastón sobre el piso de madera, sonido que he detestado toda mi vida, por qué es irritante. Tiemblo en mi lugar casi perdiendo el equilibrio y sollozo levemente cuando ya no está más cerca, permitiéndome ser normal y descargarme.— Debiste volver temprano. — Escuchó la fría voz de mi madre frente a mi y me toma del brazo para que de un paso pero tropiezo cayendo de rodillas. — Mañana asegúrate de volver temprano y ir a la tienda también, no volveré a hacer tus deberes aquí, ponte algo frío sobre las rodilla y deja de llorar de una vez.
– Si mamá, quiero decir Mi-Ja.
Nunca les gustó que les dijera así, pero mi abuela me enseñó que a pesar de todo tenía que respetarlos a ambos, llamarlos por lo que son y aún que me dijeran una y otra vez que los llamara Señor o señora, incluso por sus nombres, pero desde que ella ya no está más, ambos han hecho que les diga solo por sus nombres.
Mi madre se aleja también y me termino de quitar las zapatillas cundo me pongo de pie, las rodillas me arden por haber corrido el trayecto desde la parada y luego haber caído sobre estas.
Camino hasta mi habitación con la vista fija en el piso, intentando sollozar en silencio y escuchando sus voces alteradas desde algún lugar de la casa mientras discuten. Apenas siquiera respiro para no molestarlos o hacerlos enojar, ni tampoco les pido nada, pero aún así logran odiarme cada día más.Cierro lentamente la puerta corrediza de la habitación y suspiro sintiendo el nudo en mi garganta por contenerme de no llorar con fuerzas, mi celular suena y prefiero mirarlo que llorar como todo el tiempo por culpa de ambos.
19:30 || Young Jae
Espero que el chico devolviera tu celular, si fue así, respóndeme.Lo recuerdo, cansando y sudado frente a mí, sonriendo levemente o asiendo el intento y casi sentándose a mi lado en el autobús si no fuera por su amigo que no lo dejo.
Algo en mí se remueve, en mi estómago, pero no es nada más que por él hambre.19:32 ||
Si, él lo devolvió.
Hablamos mañana.19:31 || Young Jae
¿Llegaste bien a casa?
Minying!19:32 || Young Jae
Por favor dime que hablaste con él y que sabes su nombre, no puedo dejar de pensar en lo lindo que es y también sus amigos.
ESTÁS LEYENDO
𝘍𝘦𝘦𝘭 𝘴𝘱𝘦𝘤𝘪𝘢𝘭 || N. Jaemin
Hayran Kurgu𝘓𝘢 𝘦𝘯𝘭𝘰𝘲𝘶𝘦𝘤í𝘢 𝘭𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘢 𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘴𝘦 𝘷𝘰𝘭𝘷í𝘢𝘯 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘢𝘴 𝘭𝘶𝘯𝘢𝘴 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘭𝘦 𝘴𝘰𝘯𝘳𝘦í𝘢 𝘺 𝘭𝘢 𝘨𝘳𝘢𝘯 𝘴𝘰𝘯𝘳𝘪𝘴𝘢 𝘢𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤í𝘢, 𝘩𝘢𝘤𝘪é𝘯𝘥𝘰𝘭𝘢 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳 𝘦𝘴𝘱...