𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆

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Es lunes por la mañana, no estoy preparada para salir de mi habitación para ir a clases, estoy muy avergonzada de encontrarme a Jaemin después de como actúe el ultimo día que nos vimos, de confrontarlo y que él me pregunte sobre lo que sucedió, no...

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Es lunes por la mañana, no estoy preparada para salir de mi habitación para ir a clases, estoy muy avergonzada de encontrarme a Jaemin después de como actúe el ultimo día que nos vimos, de confrontarlo y que él me pregunte sobre lo que sucedió, no puedo decirle la verdad, debe estar creyendo que escape de él o cosas peores.
La imagen del jueves, de el besándome tan fortuito y luego yo huyendo del autobús avergonzada por que él viera donde es que vivo, debió haberle dado una idea equivocada, por qué no sabe la razón de por qué escape, solo lo hice con una excusa tonta que ni siquiera yo me creí.
Escape minutos después de que me besara y que estuviéramos cariñosos en el autobús, pero él debe haber creído que me arrepentí, porque se sintió así la escena.

Cada vez lo revivo en mi mente me hace sentir cobarde y necia por escapar, por no decirle la verdad, por ser tan rara.
Pero qué sucede si a él no le agrada como vivo o si mis padres lo tratan mal que termina alejándose de mi, lo quiero cerca ya me acostumbre a tenerlo, incluso a solo mirarlo en algunas horas al día, así que no quiero que se arruine, sobre todo no quiero que él salga lastimado, es lo más importante de todo, pero probablemente ya lo lastime.

Doy pasos hacía la parada sintiendo frío en mi rostro y cuello descubierto, al menos pude encontrar medias que cubrieran por completo mis piernas y mis manos las enrede con mi bufanda en vez de ponerla en mi cuello donde debería ir.
Me subo somnolienta al autobús cuando el chofer aparece en segundos mientras lo esperaba, me saluda como de costumbre y me siento detrás de él mirando por la ventanilla rodeada por un aire tibio del lugar.

Despierto cuando siento movimiento a mi lado o más bien alguien empujándome y el autobús se encuentra repleto de gente sin que yo me haya dado cuenta y me pongo de pie cundo veo a una anciana mujer sostenida apenas, nadie quiso darle el asiento, así que yo lo hago.
Me imagino a mi abuela cuando solía tomar el autobús, espero que siempre alguien le cediera el asiento y no tuviera que viajar de pies con sus delicadas piernas de mujer esforzada.

— Gracias muchachita. — Me sonríe y me tiende unos caramelos que saca de su bolsillo. — Ten un dulce día.

Me afirmó con fuerzas de un asiento del autobús cuando tengo que avanzar hacía atrás, siendo aplastada al igual que el resto y alguien se apoya contra mi cuerpo un poco sobre mi lado izquierdo cuando queda poco por bajarme, avergonzada de mirarlo me quedo ahí, incómoda y intentando de moverme hacía el costado para alejarme aún que más estudiantes se encuentren ahí, así que estoy atrapada entre un desconocido y estudiantes ruidosos.
Miro hacía el frente reflejándome en la ventanilla y miro al costado para ver de quién se trata.
Cuando lo veo, él me sonríe a través de la ventanilla, alborotando mis mariposas inexistentes en mi estómago y me giro rápido para verlo de frente, su cercanía es fascinante, sus ojos recorren mi rostro lentamente hasta mis labios y rápido, avergonzada por lo que acaba de hacer, con mi mano libre, rodeo su cuerpo sintiéndome aliviada de saber que es él y no algún tipo de acosador, pero me alejo cuando me doy cuenta de lo que hice.

— Estába preocupado por ti.— Dice antes de que pueda saludarlo. — Volviste a desaparecer MinYing.

La voz de Jaemin golpea en mis oídos y su mano sube por mi espalda, por debajo de mi pesada mochila.

— ¿Te encuentras bien? — Asiento. —Me alegra saber que lo estás, te estuve esperando el viernes.

— ¿Como estas tu? — Susurró avergonzada. — Lo siento, tuve algunas cosas que hacer.

— Lo se, todos tenemos cosas que hacer, solo que, quería verte durante el fin de semana y estar contigo, pero solo volviste desapareciste sin dar alguna señal. — Está muy serio.

Habla justo después de mi así que no responde mi pregunta, siento su mano rodear la mía que está apoyada sobre la barandilla, bajándola y tomándola correctamente dejándome solo afirmada con mi otra mano cuando me aleje de abrazarlo, los nervios aparecen y siento mis mejillas sonrojarse, no puedo mirarlo a los ojos, más bien ni siquiera a la cara.

— Lo siento. — Susurró, acaricia mi mano y eso lo tomo como una respuesta a que no importa.

Nos quedamos en silencio tomados de la mano y muy juntos, no solo por el poco espacio qué hay en el autobús, más bien porque queremos estar juntos.
Nos bajamos cuando llegamos a la parada y vuelvo a envolver mis manos en mi bufanda por el frío mientras caminamos con el resto de estudiantes, no soy valiente para dejar que tome nuestras manos otra vez y que los demás nos vean, no quiero que hablen sobre él y inventen teorías de que podría tenerme lástima o que digan cosas sobre él.
Veo a Jeno caminar más adelante empujando a Renjun y este solo está ignorándolo exitosamente.

— Los chicos van allá. — Le susurró.

— Luego podré saludarlos, prefiero caminar contigo porque tendré que aguantar más horas sin volver a verte.

¿Porque es así? No se da cuenta que con cada palabra me enloquece o aún peor me hace sentir que no lo merezco, mis pensamientos negativos me hacen siempre dudar.
Jaemin me cuenta que fue lo que hizo después de darse cuenta que no tenía forma de comunicarse conmigo por más que quisiera, así que solo se dedicó a hacer algunas de sus tareas y jugar videos juegos con sus amigos.
Lo miro mientras caminamos intentando de no tropezar o caer y pienso que enserio quisiera volver a tomar su cálida mano pero sigo sin atreverme.

– Minying. – Me detiene justo cuando voy a subir el primer escalón intentando concentrarme. – Aún que estuve ocupado, en realidad no del todo, pero no pude dejar de pensar en ti.

No tengo palabras para decirle que yo tampoco deje de pensar en él, pero el pudor es más grande que yo y otras cosas también, como la inseguridad y el miedo.

— Lo siento, estaba avergonzada por cómo actué como para verte el viernes por la mañana. — Hablo rápidamente antes de arrepentirme. — Necesitaba pensar un poco y estar sola.

— ¿No debí haberlo hecho? — Pregunta y la campanilla suena.

Todos los estudiantes corren hacía sus clases, pero ninguno de nosotros se mueve, solo nos miramos, el muy normal o así es como se ve, pero yo estoy muy sonrojada y por dentro odiándome.
Entiendo a que se refiere, confirmo que debo haberlo hecho sentir mal después de haber escapado.

Saco mis manos de la bufanda y rodeo sus mejillas con mis pequeñas manos, se queda quieto mirándome fijamente y acercó un poco mi rostro al suyo.

— No habló sobre eso, me- me a gustado.

Sonríe y lo veo sonrojarse también.

— Tengo algo para ti. — Se quita la mochila y bajo las manos de su rostro. — Pero no te lo daré hasta que terminen las clases y te acompañe a casa esta vez.

— Ah, sobre eso, yo hoy no iré directamente a casa. — Finjo y sonrió incómoda. — Tengo que ir a otro lado, pero podemos vernos en los recesos.

— Está bien, Minying. — Sigue buscando algo dentro de su mochila. — Esto es para tí, es mi antiguo celular, puedes usarlo para que podamos mensajearnos y poder escucharnos cuando queramos, no puedo permitir pasar un fin de semana sin saber sobre ti.

Extiende un celular hacía mí, muy moderno para ser su antiguo celular y no quiero tomarlo, me avergüenza hacerlo.

— Tómalo, ya no lo uso. — Sonríe y su gran e confiada sonrisa aparece. — Es tuyo ahora.

— Gracias Jaemin.

— No quiero que te castiguen, vamos a clases. — Toma mi mano jalándome para caminar. — Te buscaré en el receso.

  𝘍𝘦𝘦𝘭 𝘴𝘱𝘦𝘤𝘪𝘢𝘭    ||     N. JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora