¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jaemin abre la puerta del restaurante haciéndose a un lado para que ingrese primero y lo hago, me sigue muy de cerca casi pisándome los talones, esperando que tome asiento en alguna mesa vacía. Me recuerda a la primera vez que salimos junto a Jeno y Young Jae, pero esta vez si se siente como una verdadera cita y lo es, aunque hemos salido solos antes. Ahora es distinto, estamos más unidos, nos conocemos más y también nos hemos declarado.
Aún me cuesta creer sus palabras, que soy especial y que le gustó, recordar que jamas antes alguien me lo ha dicho esta demás y él me demuestra que si es enserio por la simple forma en que me mira, por la forma en que me habla y también por la forma en que suele ser conmigo, como si fuese lo más delicado en esta vida y los detalles de estar siempre atento a mi es lo mejor de todo, no crei que tener la atencion de alguien fuera tan maravilloso, me gusta que siempre esté cerca de mi, que no respete mi espacio personal, pero de una forma protectora no desesperante, sabe cuando hay que dar espacio y cuando esta siendo demasiado invasivo.
— ¿Que quieres comer? — Busca algo en su mochila sin mirarme. — Puedes escoger lo que quieras.
— No lo se, cualquier cosa está bien para mi. — Con desesperación busca algo en su bolso llamando mi atención. — ¿Que sucede, perdiste algo?
— ¿Ah? – Sonríe mirándome y luego niega. — No, solo quería revisar algo, pero creo que lo olvide en la escuela.
— ¿Es algo sobre tus clases o importante? — Preguntó. — Podemos volver a la escuela, se que cierran alrededor de las siete, así que tenemos tiempo aún para ir a buscarlo.
— No MinYing. – Sonríe y mi corazón se agita. — No importa, vamos a ordenar algo, tengo mucho hambre, apuesto que estás hambrienta también.
Sonrió asintiendo, pedimos de comer Budae jjigae y esta tan deliciosa que no puedo evitar comerla rápidamente, avergonzándome por las miradas que él me da, pero siento el hambre consumirme con cada cucharada. Jaemin me sonríe y me sonrojo incómoda con el corazón latiéndome casi hasta en las mejillas, pero con cada segundo que él habla, siento confianza, hasta que termino relajándome en el asiento.
— Lo siento, no sabía que tenía tanta hambre. — Le susurró. — Sabe bien.
— No te disculpes Minying. — Me sirve agua. — Come harto y disfrútalo, solo hazlo lento o podrías enfermar.
— Gracias.
Su celular suena una y otra vez mientras estamos comiendo, ni siquiera lo mira para saber de quién se trata, solo esta interesando en mirarme y escuchar mi aburrida historia de como conocí a Young Jae con cada detalle, aún que recuerdo haberla contado antes y que es muy corta e aburrida, él ríe como si fuera lo más gracioso de la vida, contagiándome un poco la felicidad que transmite con su rostro.
— Tu casillero te causa problemas pero a la vez ha hecho que nos conozcas a todos nosotros. — Su voz se vuelve más suave en vez de ronca como siempre. — Jamás dejare de creer que no te vi antes, te tuve ahí frente a mis ojos siempre MinYing y pasaste desapercibida, no me lo creo, no me perdonaré por no notarte.