"Todo comenzó con ese toque de lluvia y las ansías de liberar mis demonios."
La lluvia caía de manera lenta y pausada sobre el pavimento y los edificios, muy débil como para crear una tormenta, pero lo suficientemente fuerte para humedecer la ropa del pequeño y delgado joven, quien se encontraba recostado sobre el poste de luz de la calle menos transitada, en uno de los peores barrios marginales de Seúl. Aún cuando la temperatura descendía a dieciséis grados, aún cuando el frio se colaba debajo de su ropa, aún cuando la lluvia aumentaba y mojaba todo a su paso, él seguía ahí. Latente, con una pose que incitaba y una mirada de deseo implícito en sus ojos rasgados.
Los autos pasaban frente a él, algunos dejando el típico sonido de un claxon al ver su presencia, al admirar al atractivo joven de cabellos rubios, más ninguno se detuvo. La mayoría sabía lo que aquél joven hacía ahí, parado debajo de la lluvia y recostado contra aquél poste, con aquellas ropas ajustadas y reveladoras y a altas horas de la noche. Porque tontos no eran, pero astutos tampoco. Entre aquellas calles todos lo conocían, al sensual y provocativo Pink.
Relamió sus abultados labios, saboreando las humedad de estos.
Sus manos temblaban en los bolsillos de sus pantalones, sus labios rosados se volvían de un tono violeta con el pasar del tiempo y su ropa húmeda solo provocaba que su cuerpo se estremeciera con cada resoplido del viento. Se mentiría asi mismo si no dijera que estaba muriéndose de frio, pero también mentiría si no admitía que lo disfrutaba al mismo tiempo. Le hacía sentir vivo, o por lo menos que podía aún sentir, por más retorcido que sonará. La frustración corría al mismo tiempo que las horas por sus venas, miró disimuladamente la hora en el reloj que colgaba suelto en su muñeca y se sorprendió al ver que eran las una de la mañana. Regularmente tenía suerte y no pasaban de las diez hasta que conseguía un cliente, algunas veces nuevos y otras dónde solían venir los mismos de siempre, en busca de sus servicios. Pero ni Namjoon ni Baekhyung habían acudido a él esa noche, ni tampoco el urgido y desesperado de sexo de Sunho, un pobre adolescente hormonal con demasiado dinero en sus bolsillos y pocas neuronas en su cabeza.
Suspiró y miró las gotas que mojaban todo a su paso. Si la lluvia seguía de esa manera no iba a conseguir un cliente, solamente pescaria un resfriado con su mala suerte. Pero dinero no tenía y todo se lo había llevado el casero esa mañana por la renta atrasada de hace tres meses. No tenía que comer ni mucho menos el dinero suficiente como para pagarle lo que aún le debía a aquél viejo y cascarrabias hombre. ¿Pero como podría hacerlo si ya casi no conseguía ningún cliente y el dinero comenzaba a escasear? Solo quedaba aguantar el frio y soportar la inclemente tormenta que comenzaba a caer a raudales. Las cuentas no se pagaban solas y con ese pensamiento se mantuvo ahi, en aquella pose voluptuosa y su mirada provocadora, desesperado en conseguir a alguien lo suficientemente necesitado de sexo que pagará por sus servicios.
Manejando a través de la tormenta, en una patrulla que parecía perder su silueta entre la tempestad del agua y con una mirada de águila sobre las calles de aquél barrio marginal, Min Yoongi se encontraba lo suficientemente desesperado como para buscar un poco de liberación sexual.
Estaba cansado, agotado y frustrado, todo al mismo tiempo. Había trabajado arduamente toda la semana, entre caso tras caso, yendo de aquí para allá, de la estación a su apartamento y así sucesivamente. Necesitaba una liberación, algo que saciara su sed y calmé su libido, una noche dónde el sexo este involucrado y no el trabajo en la ecuación. Él no tenía tiempo para salidas románticas, o para pescar algun ligue de una noche en algún bar o quizás tontear con alguna de sus compañeras. Todas las opciones se encontraban descartadas, odiaba relacionarse con las personas, odiaba el contacto por mucho tiempo. Pero había pasado un año desde la última vez que había tenido sexo y su polla exigía algo más que solo sus rondas de masturbación de mes en mes. Y quizás su abstinencia seguiría, se mantendría tan intacta como su reputación, si no hubiese escuchado a su compañero, el agente Kim Namjoon, hablar de aquél barrio, dónde las prostitutas rondaban y no cobraban mucho, pero que aseguraban una noche de placer inolvidable.
Le parecía algo asqueroso, inimaginable, repugnante, pero la única salida a satisfacer sus necesidades sexuales sin la necesidad de relacionarse sentimentalmente.
Y ahí se encontraba, a las dos de la madrugada, con el cabello negro despeinado, con ojeras que abarcaban la mitad de su rostro y la ropa desaliñada; en busca de una de esas tantas mujeres que su amigo se yactaba de que le darían un placer inimaginable. Más de aquélla chica de sobre nombre Pink, de quién había oido cientos de veces de la boca de su amigo. Pero detuvo abruptamente su parloteo mental al divisar una figura a los lejos y aceleró el motor de la camioneta. Conforme más se acercaba la silueta tomaba más forma, era un ¿hombre, mujer?, no lo podía saber.
Arrugó el entrecejo, la tormenta no le dejaba ver claramente, pero si podía tener un atisbo de su figura, de como aquél ser se encontraba de brazos cruzados, quizás dándose calor o protegiéndose inútilmente de la lluvia, aunque claramente estaba completamente mojada o ¿mojado? Estaba apoyado contra un poste de luz, alzándose sensualmente en una postura que incitaba, que derrochaba un aura de atracción que avivaba su libido y atraía a sus hormonas a despertarse. Se acercó más, lentamente, admirando a través del parabrisas empañado a aquella persona, barriendo con su mirada a aquella silueta delgada y esbelta, entubada en pantalones apretados de cuero y una delgada camiseta de manga larga que apenas llegaba hasta su ombligo, dejando piel trigueña a la vista.
Se relamió los labios y chasqueo la lengua, cayendo en cuenta de que aquella persona no podía ser un transeúnte común y corriente con unas ganas insaciables de tomar un resfriado bajo aquella tormenta, no; definitivamente era un trabajador sexual y él, Min Yoongi, estaba interesado en sus servicios.
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RAIN IN HELL | YoonMin [+18]
FanfictionEs un psicópata. Siembra la sangre y la muerte. El terror y la tempestad. El veneno y la lujuria, dejando una estela de víctimas a su paso. Miente con maestría. No siente empatía por nadie. Frío y calculador como ningún otro. Es capaz de asesinar...