Capítulo 11

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"La muerte es el desenlace natural de la vida y resulta inevitable."

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Hospital público de Guryong. Seúl, Corea – 17:20 pm.

|Actualidad|


Ahí, en ese hospital escondido entre edificios viejos y rutas sin fronteras, JiMinlo ha perdido todo, cada racimo de lo que construyó con esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas. Perdió su alquiler, ese lugar que llamó hogar, albergue y sustento, un sentido de pertenencia, su consuelo en medio de la tormenta, se esfuma entre sus dedos y se pierde como todo lo que alguna vez tuvo.

JiMin ya no puede volver allí, no si quiere seguir vivo, porqué sabe más que nadie, que él le está esperando. Está aguardando para volver a sacar sus garras y terminar lo que ha comenzado. Y JiMin teme que si lo vuelve a ver no habrá retorno, no habrá una segunda oportunidad y no podrá librarse tan fácilmente. Está acabado, desecho en un callejón sin salida, uno que él mismo ha creado.

Es por ello qué, ni reacio ni tonto, evade con torpeza la pregunta que le ha hecho el chico de piel pálida y cabellos negros. Él no tenía un lugar a donde ir realmente, y la vergüenza en su rostro de efebo es tan creíble que hasta el oficial siente pena por el chico.

—¿Por lo menos puedes decirme quién te ha hecho ésto? –vuelve a cuestionar el pelinegro para su sorpresa, y con disimulo, con una delicadeza impropia de él, YoonGi roza sus dedos callosos contra la mejilla lastimada de JiMin. La cuál se cubre de un rosado carmín, propio del bochorno de una mentira que no debe ser descubierta y la calidez que produce aquél toque suave en su piel.

Cierra los ojos por un momento, y se deja envolver por aquel roce imperceptible de dedos suaves pero fuertes al mismo tiempo, que envían oleadas de furor a su corazón, el cual late apresurado contra sus costillas.

El chicos de cabellos rubios no sabe en qué momento terminó sentado de nuevo en la camilla de hospital, con el pelinegro parado entre sus piernas abiertas, invadiendo su espacio personal, pero sin molestarle realmente. El calor corporal de YoonGi es bien recibido, como un bálsamo a sus nervios alterados, que se esconden bajo una máscara de falsa serenidad, que buscan sustento en unos brazos que le eran impropios, que no eran suyos pero los sentía como tal.

Hace tiempo que ha dejado de llorar, y el vestigio de la humedad en sus mejillas ya son un recuerdo más en su memoria, uno bochornoso que quiere borrar a toda costa. JiMin sabe que debe irse lo más pronto posible de ahí y esconderse en algún lugar, conseguir un poco de dinero y largarse de la ciudad por un tiempo, borrarse del mapa por unos días al menos, ponerse a salvo hasta que él se olvidé de su existencia.

RAIN IN HELL | YoonMin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora