Somewhere Only We Know (Chalastor )

Parte 8. Party Night

Durante dos semanas, pulieron detalles aquí y allá, restauraron el papel tapiz, y cambiaron mil veces la distribución de las mesas del gran salón. Charlie no se decidía en donde colocarían a la orquesta, y el menú que ofrecerían a los invitados. Alastor insistía en que lo dejara en sus manos, al final cedió, convencida de que las habilidades culinarias de Alastor y su ejército de espíritus obscuros lograrían tener todo a tiempo y con una excelente presentación.

Para mejorar todo, un grupo de pecadores se acercaron al hotel pidiendo alojamiento y su ingreso al programa de rehabilitación, todos habían llegado al infierno por suicidio y, en la opinión de Alastor, solo eran un grupo de cobardes que buscaban refugio en el hotel. A pesar de eso, Charlie se ocupó de conversar con ellos, y trabajar en terapia grupal. Para el final de la primera semana, era un grupo unido y animado. Charlie estaba radiante de felicidad.

Alastor no había podido encontrar la oportunidad de pasar tiempo a solas con Charlie, ya que ella procuraba estar siempre acompañada, Vaggie sonreía mucho, disfrutando el cambio en la conducta de su novia, y paseaban de la mano por el jardín restaurado, que había quedado precioso, con un estanque en el centro.

La cabeza de Alastor zumbaba todo el día, al principio lo volvía loco pensar que su princesa estuviera revolcándose con su novia en algún lugar del hotel, y se teletransportaba a toda prisa cerca de ella para comprobar de que se trataba. Pasó noches en vela junto a la puerta del penthouse de Charlie, escuchando sus gemidos, apretando los puños para resistir el impulso de entrar y tomar lo que era suyo.

Al final de esas dos semanas,  estaba agotado. Talvez por eso, aceptó acompañarlos a un bar cercano. Le rogó a Rosie que lo acompañara, ya que estaba seguro de que la música no sería de su agrado y que, definitivamente no podría acercarse a Charlie.

Angel Dust había organizado la ida de juerga, ya estaba completamente repuesto de sus heridas y esa noche se había arreglado con una peluca rubia y maquillaje, se veía fabuloso. Husk y Niffty no quisieron acompañarlos, así que esperó al resto en la entrada sentado en un sillón circular, haciéndole ojitos a Husk que estaba tras el escritorio de la recepción, este intentaba ignorarlo mientras Angel adoptaba posiciones sugestivas.

Charlie y Vaggie salieron del elevador, ambas usaban pantalones apretados y blusas escotadas,  y ajustadas, botas largas hasta las rodillas. Y se habían peinado de una coleta alta. Charlie usaba el dije de Alastor y Vaggie usaba el de la piedra color negro que antes usaba la princesa. Charlie llevaba un maquillaje informal, con un poco de sombra negra en sus párpados. Ambas reían de la escena entre Angel y Husk. A pesar de que ellas estaban ahí, Angel siguió con su demostración de sensualidad.

- ¡Oh vaya ¡- Todos voltearon hacia la puerta, donde se encontraban Mimzy y Rosie, ambas usaban vestidos negros con el estilo que a cada una lo caracterizaba, solo que en esta ocasión eran más sencillos. Frente a ellas, apareció Alastor, saludándolas efusivamente, a pesar de la negativa de Mimzy. Vestía pantalones y zapatos negros y una camisa color vino y un botón desabrochado, con las mangas recogidas. Rosie lo miró, nunca lo había visto tan informal. Alastor reía por lo bajo mientras conversaba con las dos mujeres – Sus ojos se cruzaron con los de Charlie quien, por un momento, mostró una mueca despectiva. En seguida sonrió a las recién llegadas acercándose a saludarlas. Alastor no le quitaba los ojos de encima, su trasero redondo se marcaba perfectamente en los jeans ajustados que llevaba. Tragó saliva intentando mirar a otra parte. Sus ojos se detuvieron en el escote de Charlie, que era pronunciado. Era una prenda que él no le había incluido en el guardarropa. Hizo un gesto de desaprobación, pues no quería que su princesa se paseara así por la ciudad. Apretó los labios y se unió a la comitiva que subiría a la limusina, el cuello de Charlie se veía apetitoso con el cabello recogido. Charlie, Angel y Vaggie se instalaron al fondo de la cabina, bromeando y riendo como tontos de la cara que había hecho Husk ante el despliegue de sensualidad de Angel. Mimzy, Rosie y Alastor estaban sentados frente a ellos, observando a los jóvenes. Alastor no despegaba los ojos de Charlie.